San Salvador de Bahía, Brasil, MIRANDO A ÁFRICA
San Salvador de Bahía de Todos los Santos es el nombre completo de la ciudad más negra de Brasil, quizá también la más alegre, llena de magia, música, playas y de la memoria africana. Atravesar esta colorida ciudad es como regresar al continente negro. En Bahía se puede comprobar que en este lado del mundo África no es el pasado, es memoria viva y actuante.
Bahía tiene alma africana. No en vano Salvador es la ciudad con mayor índice de población negra del mundo sin contar el continente africano: 80 % de su población es afrodescendiente. La cultura africana está siempre presente en el día a día de los bahianos, en la comida, en el arte, en su ritmo y, desde luego, en su religión: el candomblé.
En Salvador se mezclan las religiones. Conviven iglesias como la de San Francisco de Asís –en pleno corazón del Pelourinho– o la del Buen Fin –con sus rejas llenas de deseos–, que resultan el mayor exponente del catolicismo en la ciudad, y contrastan con los terreiros, templos donde se practica el candomblé, traído a Bahía por los esclavos negros en los siglos XVI y XVII y que tiene una gran influencia en la cultura local, como todo lo relacionado con África.
Seguramente es la bahiana el principal símbolo de la influencia africana en la cultura local. Es el personaje principal de las fiestas populares en Salvador, y tal es su importancia que el día 25 de noviembre se les homenajea.
Muy singular resulta la capoeira, un arte marcial que mezcla lucha y danza. Popular en todo el mundo, nació en Bahía gracias a la contribución de los esclavos de origen africano. Se dice que ellos disfrazaron este estilo marcial como si se tratara de una danza para ocultar que en realidad estaban aprendiendo a luchar, lo que es una muestra de la creatividad y el espíritu de resistencia de los bahianos.
También la música está muy presente y en torno a ella se organizan actualmente numerosas actividades que además redundan en la inserción social de colectivos marginados. Y si hablamos de música, por supuesto, no podemos olvidar el famoso Carnaval de Salvador.
El Carnaval se vive en Bahía de una forma muy especial. Tanto es así que es considerado como una de las mayores fiestas del mundo. En toda la ciudad late su corazón africano, los toques yorubas marcan el ritmo en las calles, las abarrotan… y todo Salvador se convierte en una fiesta. Y es que el carnaval aquí se celebra en las calles –a diferencia del famoso Carnaval de Río, por ejemplo–, y todo el mundo puede participar. Ya sea formando parte de un bloco (los grandes representantes en estas fiestas de la música, la danza y la cultura bahiana), desde tribunas instaladas en las calles –llamadas camarotes– o simplemente bailando entre la multitud, es imposible resistirse a la magia de esta festividad.
También la gastronomía se caracteriza por su exotismo. Es habitual el uso de condimentos como la leche de coco, el aceite de dendé o el jengibre, que también tienen su origen en la cultura africana. Los platos típicos de la región son el acarajé, la vatapá y el caruru. No olviden probarlos de la mano de las bahianas, que los preparan en las calles en sus famosos tableros.
Pelourinho es el corazón de la ciudad. Su traducción del portugués es picota, haciendo referencia a la forma en la que se asoma a la bahía. Es imperdonable no pasear por sus calles y dejar de disfrutar de su arquitectura colonial barroca portuguesa, excepcionalmente bien conservada. Y al caer la noche podrá degustar de una buena caipirinha. Mirando a África, por supuesto, porque es ahí donde apunta esta picota, y es justo así como ha crecido Bahía: mirando a la Madre Tierra.