Tortuguero: Playas negras para tortugas verdes
El Caribe costarricense se reserva en sus playas el disfrute del maravilloso espectáculo del desove de tortugas en su hábitat natural.
Unas 19 000 hectáreas abarca el Parque Nacional Tortuguero, en la provincia de Limón, al borde del Caribe. Su nombre le viene precisamente por constituir el lugar ideal para la procreación de tortugas, sobre todo en los meses de julio y octubre. Atravesado por multitud de canales y lagunas, un paseo en lancha permite disfrutar de la belleza de este sitio, en especial de los encantadores momentos del amanecer y el anochecer.
La alta biodiversidad del parque se compone de más de 400 especies de árboles y alrededor de 2 200 de otras plantas. Entre los animales vecinos del lugar resaltan mamíferos en vías de extinción, como el jaguar, el manigordo, la danta (el animal más grande de las selvas tropicales de América), el manatí, el tolomuco, el perezoso y tres tipos de monos. Además, hay 405 variedades de aves, sin descontar anfibios y reptiles, peces e insectos. Pero el espectáculo mayor es ese drama de la naturaleza que resulta el desove de tortugas, con el lento y tortuoso andar de las madres y, luego, el tremendo empuje de los bebés para entrar al mar.
Entre las cuatros especies que se reproducen en el mar Caribe y llegan a desovar en las playas de Tortuguero están la gigantesca baula, la tortuga verde (segunda en tamaño y la más abundante en el Parque), la caguama de color pardo y la tortuga carey, que es la de menor tamaño y está considerada en vías de extinción por el valor de su caparazón, que se utiliza en artesanía.
En el verdor de la floresta caribeña, al rítmico balanceo de las olas que lamen las orillas negras, sucede una vez más el milagro de la vida. Milagro que vale la pena ver, cada vez que se repite, como algo absolutamente único.