Frijolada. El sabor de Brasil
Muchos aseguran que junto al Cristo Redentor, la samba y la caipiriña, la frijolada constituye otro ícono infaltable del gigante sudamericano. Se trata de un guiso de frijoles negros cocidos con gran variedad y abundancia de carnes saladas, ahumadas y frescas (costillas de cerdo, carne de cerdo magra en salazón, lomo ahumado, salchichas y embutidos de varios tipos), considerado el plato nacional.
Independientemente de su especialidad, son muy pocos los restaurantes brasileños que miércoles y sábados dejan de incorporar a sus menús la popular frijolada. De hecho en la tradición del país, es para esos días que se reserva el banquete, cuya paternidad suele atribuirse a Río de Janeiro. De sobra es conocida la variedad y diversidad de la gastronomía brasileña, una cocina que con particulares características en cada una de las cinco regiones de Brasil, brilla por su originalidad y la sofisticación de sus guisos a base de pescados, mariscos y sopas. Las autoridades turísticas locales han anunciado que utilizarán la gastronomía como atractivo adicional para los poco más de 600 mil turistas que se espera asistan al Mundial de Fútbol 2014, un evento que también se pronostica como una fiesta de sabores, en la que se espera que la frijolada sea una de las más activas protagonistas por su fama mundial. Se asegura que el gran secreto de la frijolada consiste en no olvidar poner en remojo los frijoles por los menos con 24 horas de antelación, al igual que las carnes saladas. Esa agua se bota y se pone nueva. A partir de este momento, se unen los frijoles y las carnes y comienzan a cocinarse juntos, después de hervir se baja el fuego y debe bullir por aproximadamente dos horas, hasta que comience a espesarse el caldo. Se le añade un sofrito con ajo y cebolla, y un rato después estará lista para servir. Normalmente las carnes y embutidos se extraen del cocido y se sirven independientes. Suele acompañarse de arroz blanco.