Construcción de la Embajada de los Estados Unidos en La Habana, 3 de abril de 1951.
El 14 de agosto de 2015, con la presencia del Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, se realizó la ceremonia oficial de izado de la bandera de su país en la sede de la Embajada estadounidense en La Habana. Foto: Pablo Martinez Monsivais-AP.
Obra civil dotada de una tecnología moderna de audio y luces, donde se han realizado importantes conciertos como los de Air Supply, Kool and The Gang, Manu Chao, Calle 13, Van Van, entre otros.
El 1ro de septiembre de 1977 se inauguraron sendas oficinas de intereses, bajo la administración de James Carter, el presidente no. 39 de los Estados Unidos(1977 a 1981).

LA EMBAJADA DE ESTADOS UNIDOS EN CUBA ES UN EXPONENTE DEL MODERNISMO LATINOAMERICANO. PERO MÁS ALLÁ DE SUS VALORES CONSTRUCTIVOS SE RECONOCE COMO UN SÍMBOLO DE LAS RELACIONES ENTRE WASHINGTON Y LA HABANA

Solo la separan unos metros del Hotel Nacional de Cuba. Cruzando la calle, el malecón habanero, le devuelve una brisa con reminiscencias de sal. La Embajada de los Estados Unidos en La Habana difícilmente pasa inadvertida para quienes visitan la ciudad.  

Un bloque de hormigón de seis pisos con grandes ventanales de cristal, inaugurado en 1953, aloja la Embajada de Estados Unidos en Cuba. Fue diseñado en el estilo modernista por la firma de arquitectos Harrison y Abramovitz, quienes buscaban presentar a los Estados Unidos como una nación progresista en tiempos de postguerra.

La mayoría de los materiales fueron importados y se financiaron, en gran medida, con los créditos de la II Guerra Mundial. El travertino llegó de Italia, el acero de Bélgica, hormigón y mobiliario de Francia, y el equipo elevador y divisiones de oficina de Inglaterra.

Harrison y Abramovitz comenzaron los procesos constructivos en La Habana en 1950, mientras trabajaban en la embajada norteamericana en Río de Janeiro, Brasil (1948-1952). Con el concepto de sendas edificaciones, querían ofrecer una visión de futuro. Sin embargo, cuando se concluyó la embajada de Cuba en 1952, la Isla ya había desarrollado su propia arquitectura modernista, que se podía apreciar en los inmuebles de esa zona del Vedado. Este fue el mismo edificio que funcionó como sede diplomática hasta el 3 de enero de 1961, cuando el gobierno estadounidense, bajo la administración de Eisenhower, rompió relaciones con la Isla.

Más de un decenio tuvo que pasar para que comenzaran a flexibilizarse las tensiones entre Washington y La Habana. Jimmy Carter y Fidel Castro emprendieron conversaciones para llevar a efecto un acuerdo pesquero y otro sobre límites marítimos, que culminaron con la firma de los correspondientes documentos legales en La Habana el 27 de abril de 1977.

Este acercamiento de los dos gobiernos y la necesidad de mantener contactos regulares alentó la idea de que se abrieran oficinas de intereses en las capitales de ambos países.

La cubana funcionaría como parte de la embajada de Checoslovaquia y radicaría en los edificios donde había funcionado la delegación y el consulado cubano en la capital de Estados Unidos.

Por su parte, la oficina norteamericana o USINT Havana, estaría a cargo de la misión suiza en La Habana, en el edificio en que radicara la representación de Estados Unidos hasta 1961, pues el inmueble se había mantenido bajo la custodia de la embajada suiza desde la ruptura de las relaciones diplomáticas.

UN PARQUE HECHO TRIBUNA
En 1999 la madre del niño de cinco años, Elián González, tomó una embarcación rumbo a Estados Unidos. El barco zozobró y solo Elián llegó con vida a las costas de La Florida. El padre del menor, con el apoyo del gobierno cubano, solicitó de inmediato su repatriación.

La decisión fue respaldada por la Fiscal General de los Estados Unidos Janet Reno, y el presidente William Clinton, y se fijó el retorno del niño antes del 14 de enero de ese año; pero los familiares de Miami y grupos contrarios al gobierno cubano radicados allá, apelaron la decisión y llevaron el caso ante los tribunales norteamericanos.

Ante tal contratiempo, el 5 de diciembre de 1999 se realizó una multitudinaria manifestación frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA), para pedir la devolución de Elián a su país. A mediados de diciembre Fidel Castro planteó la idea de construir una tribuna abierta permanente.

Según la idea del Líder de la Revolución cubana este complejo debía ser fuerte y bien diseñado para recibir a grandes concentraciones de personas. Aclara además que una vez devuelto el niño cubano, no cesarían las actividades, solo se cambiaría la posición de los alto-parlantes que ya no apuntarían hacia la SINA, sino hacia el público.
El escenario se caracteriza por la movilidad, tanto de la base como del techo, y tiene en uno de sus laterales un ascensor para discapacitados.

La estructura se construyó en forma de antorcha abierta y encendida hacia la SINA. El piso es de color rojo, azul y blanco, los mismos colores de la bandera cubana.

La Tribuna Antimperialista José Martí
- Tiempo de construcción: 80 días con jornadas de trabajo de 24 horas.  Trabajaron en la obra alrededor de 500 obreros de todo el país.
- Lugar que ocupó: Antiguo parque 4 de julio, construido en homenaje al Día de la Independencia norteamericana.
- Capacidad: 10 500 personas sentadas, 30 000 de pie y más de 100 000 utilizando los espacios abiertos.
- Elementos del diseño: La explanada la componen diez torres verticales de acero que representan la Palma Real, el Árbol Nacional de Cuba. En las bases de las torres aparecen grabados los nombre de personalidades internacionales y cubanas como Carlos Marx, Federico Engels, Simón Bolívar, Salvador Allende, Ernesto Che Guevara, Carlos M. de Céspedes, Antonio Maceo, Martín Luther King, Malcom X, hasta llegar a 101 personalidades.
- A partir del escenario se colocaron, de mayor a menor, cuatro arcos de acero con 26 m, 23 m, 20.5 m y 16 m respectivamente, montados todos sobre dados de concreto de 2 m de altura.

El Monte de las banderas
A partir del 16 de enero de 2006 se podían distinguir a varios metros de distancia de la Sección de Intereses en La Habana, unos carteles lumínicos que pasaban en los ventanales del sexto piso del edificio. Los textos consistían en informaciones y artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

El Gobierno de Cuba, ante lo que consideró como una provocación, respondió con la creación del Monte de las Banderas: unas 138 banderas negras con una estrella blanca que simbolizaban la lucha de Cuba contra el terrorismo. La altura de las astas tenían el objetivo de impedir la  visibilidad hacia los paneles.

A partir de entonces las banderas negras permanecieron izadas y solo en ceremonias solemnes y actos oficiales se cambiaron por las banderas tricolores. Estas últimas ofrecían un paisaje maravilloso frente al malecón habanero.