Covid-19: impacto demoledor al sector aerocomercial y al turismo
Cuando se dio a conocer el brote del coronavirus en China a finales del pasado año, nadie se imaginó que aquello se convertiría en un problema mundial y alcanzara las proporciones que hoy todos conocen, de epidemia a pandemia, como la ha calificado la Organización Mundial de Salud. No solo constituye un problema de salud, sino que ha golpeado duramente la economía mundial.
Una característica importante de esta afección es que tuvo como epicentro a China, país enmarcado en la región Asia-Pacífico que muestra muchas peculiaridades. Abarca un conglomerado de naciones que en su conjunto constituyen hoy una de las zonas con un mayor crecimiento económico. Si buscamos datos de años recientes, los pronósticos la señalan como la región con un incremento sostenido del PIB, con la densidad poblacional más alta del mundo y donde el sector aerocomercial ha mostrado un incesante y rápido crecimiento avalado por el tráfico de pasajeros, desde y hacia la zona; así como dentro de los países de la región. El crecimiento y consolidación de aerolíneas con su correspondiente parque de aeronaves ha sido primordial y ello ha repercutido en la industria del ocio con el consiguiente flujo creciente de turistas.
El dilema
Una de las medidas considerada decisiva para contener el brote del coronavirus ha descansado en las restricciones al flujo de personas desde las ciudades y regiones afectadas hacia otras donde no se había notificado la aparición del virus. Para hacerlas efectivas se imponía la cancelación de vuelos que, en realidad, son el medio de transporte que satisfacía el movimiento de personas y entre ellas, a millones de turistas.
Las primeras aerolíneas en tomar medidas de cancelación de sus vuelos a China fueron British Airways, Lufthansa, United Airlines, Delta Air Lines y American Airlines. A ello se le sumó la cancelación de vuelos de aerolíneas chinas que tenían destinos en América y Europa, así como los destinos domésticos y a países dentro de la región.
El coronavirus, ya denominado Covid-19, no respetó fronteras y comenzaron a detectarse brotes en Japón, Corea del Sur, Singapur y la aparición de casos aislados en otras naciones del área.
Las medidas de cancelación de vuelos se fueron extendiendo hacia los países afectados, muchos lo asumieron como un problema localizado en la región Asia-Pacífico, pero la aparición de casos en Italia e Irán hizo notar que el problema era más grave.
Cuando la epidemia llega a Italia, ya el Covid-19 había afectado a 87 000 personas en el mundo con un saldo de más de 3 000 fallecidos, la mayoría en China, mientras Corea del Sur anunciaba 3 736 casos.
El pasado 2 de marzo se informaba que la capacidad global de las aerolíneas había disminuido en un 3%, contrastando con las predicciones de IATA de un crecimiento de 4,7 % en el actual año.
Una de las preguntas dirigidas hacia la aviación comercial fue: ¿cuánto más se reducirá la demanda y la capacidad, y qué aerolíneas podrían no sobrevivir a la crisis?
Mientras, en Europa no había alarma entre las aerolíneas con rutas entre países europeos, sobre todo las llamadas aerolíneas «low-cost» con incidencia en la transportación turística. Pero el desarrollo de la epidemia en Italia ensombreció el panorama.
Según datos compilados por el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, el 6 de marzo se confirmaban 98.000 casos en todo el mundo, de ellos 80.000 están en China continental, 6 593 en Corea del Sur, 3.858 en Italia y 3.513 en Irán. Aunque el sur de Asia parecía no haberse visto afectado, se reportan 30 casos en India, cinco en Pakis¬tán y uno en Bután, Nepal y Sri Lanka.
Los efectos
Air France-KLM: KLM ha reducido el reclutamiento y la inversión de capital en un esfuerzo por ahorrar costos en medio de una menor demanda de viajes debido al brote.
EasyJet: la aerolínea económica ha destacado el impacto en la demanda de viajes aéreos, particularmente en las rutas italianas. Está reasignando capaci-dad, implementando un congelamiento de contratación y ha hecho una oferta al personal con respecto a la licencia no remunerada.
Finnair: El operador está analizando el programa de medidas de reducción de costos después de reducir los planes de capacidad y declarando que los resul-tados del primer semestre serán «significativamente» más bajos.
IAG (British e Iberia): El grupo está implementando recortes de capacidad en viajes cortos ade¬más de sus rutas asiáticas. La incertidumbre del brote significa que no puede emitir una perspectiva para todo el año.
Grupo Lufthansa: El negocio está implementando una congelación de con-tratación y ofreciendo al personal licencia no remunerada como parte de las medidas de reducción de costos en todo el grupo. Dice que los recortes de ca-pacidad ya son equivalentes a tener 13 aviones en tierra.
Wizz Air: la aerolínea de bajo costo suspende rutas selectas a destinos en el norte de Italia entre el 11 de marzo y el 2 de abril, lo que representa alrededor del 60% de su capacidad para el país.
Por otro lado, las operaciones bursátiles mostraron el desarrollo de la crisis. Si bien los prin¬cipales índices bursátiles euro¬peos, incluidos los de Alemania, Francia, los estados del Ben¬elux y el Reino Unido, cayeron alrededor de un 3-4% a medida que los mercados abrieron el 24 de febrero, el impacto en las ac-ciones de las aerolíneas ha sido más sustancial.
Las aerolíneas de bajo coste, que dependen en gran medi¬da de las operaciones de corta distancia dentro de Europa, pa¬recieron verse particularmente afectadas. EasyJet disminuyó en más del 12% y Ryanair en más del 10%, con las acciones de Wizz Air cayendo un 8,5%.
Las acciones de Air Fran¬ce-KLM cayeron más de un 9% y las de SAS de Escandinavia cayeron un 8,5%. El precio de las acciones de Lufthansa Group disminuyó de manera similar en casi un 8%, mientras que el de IAG, matriz de British Airways e Iberia, dis¬minuyó en más de un 7%. La compañía de ocio TUI Group ha sufrido de manera similar con un descenso del stock del 8%.
Con la reciente medida aplicada por el presidente de los Estados Unidos en cancelar todos los vuelos procedentes de Europa, la crisis tomó dimensiones dramáticas, la medida criticada por el Parlamento Europeo representa los siguiente:
Afecta a uno de los mayores mercados a nivel mundial, tomando datos de Cirium, 40 aerolíneas tienen 560 vuelos diarios programados con una capacidad de oferta de 160 000 asientos, si lo llevamos a un periodo de 30 días, la cifra arroja una afectación de 17 000 vuelos y de 4,8 millones de asientos. Un dato significativo es que las tres mayores aerolíneas norteamericanas American Airlines, Delta Air Lines y United Airlines operan en conjunto 200 vuelos diarios a Europa.
China, que ha disminuido el número de afectados por el virus, al parecer empieza a salir de la crisis, pero con un coste en pérdidas en el sector aerocomercial de 24,6 mil millones de yuanes ($3,52 mil millones de dólares) con una caída del tráfico de pasajeros de un 84% con relación a igual periodo del pasado año, informó la CAAC (Administración de Aviación Civil de China).
Mientras el virus se sigue extendiendo a otros países, se aplican nuevas medidas en un ambiente de incertidumbre, algunos esperanzados en que todo terminará pronto y otros que vaticinan un escenario más sombrío, algunas aerolíneas no podrán superar la crisis, como la británica Flybe que cayó en bancarrota, otras saldrán mal paradas y deberán trabajar duro en su recuperación y el sector turístico a nivel global se enfrenta a un momento que dejará sus secuelas.