Huellas en el agua
La transparencia que prevalece en los mares de Cuba y los abundantes ejemplares de flora, fauna y otras curiosidades en sus fondos, convierten a la fotografía submarina en una de las más atractivas actividades para los amantes de la aventura y el arte.
Por eso cada año concurren los amantes de las profundidades marinas, no solo para bucear, sino también para llevarse en fotos esos instantes vividos, cual si fuesen huellas de la memoria grabadas en el agua.
Dos importantes eventos se realizan en Cuba con ese propósito, que además de promover el turismo convocan al cuidado del ambiente.
Imasub 2012 tuvo su segunda edición en junio, en el Centro Internacional de Buceo María la Gorda, en Pinar del Río, instalación que ha alcanzado un notable nivel de competitividad.
Pero desde 1982 se realiza Fotosub en la Isla de la Juventud, situada al sur en el Archipiélago de los Canarreos, donde se hallan formaciones coralinas en una extensa zona de buceo de unos 6 km (4 millas náuticas). La más reciente edición tuvo lugar en mayo pasado.
Generalmente se hacen fotografías de ambiente, con o sin modelos, que permiten apreciar distintos tipos de fondos marinos como arrecifes coralinos, barcos hundidos, restos de construcciones, praderas de algas o fondos arenosos. Otro atractivo lo constituye la fauna, que incluye peces, especies de invertebrados y mamíferos, tortugas e incluso aves.
La modalidad de macrofotografía contempla a los pequeños animales, detalles de estos o de la vegetación. En este caso el acercamiento logra superar algunas condiciones adversas que pueda presentar el agua para la foto, como la turbidez.
Con la convocatoria cubana a disfrutar de la infinita belleza de sus mares, se trasciende el instante para convertirlo en historia viva a través de imágenes solo logradas por la magia de la fotografía, en el vaivén de un universo cuya propia esencia misteriosa le hace más y más fascinante.