El neoclásico edificio Casa del Pueblo.
Nueva Catedral de Managua.
Mirador en el cráter del volcán Masaya.

Para los visitantes esta resulta una ciudad peculiar, en la que contrastan con zonas urbanas ruinosas al borde del lago –desvastadas por un terremoto en 1972–, barrios tocados por la modernidad que ofrecen una imagen de renacer. Managua acoge a alrededor de millón y medio de vecinos y toda vía principal del país pasa por ella, lo que la convierte en el punto de partida ideal para cualquier desplazamiento a otras ciudades y destinos de Nicaragua. El legado folklórico y tradicional tiene mucho arraigo en las costumbres y la idiosincrasia de su pueblo trabajador y alegre, hospitalario y profundamente religioso. Estos rasgos se descubren bien, tanto en los días de carnavales-siempre en febrero, con carrozas, comparsas, mucho colorido y gran participación-, como en ocasión de su fiesta patronal, la cual se celebra en agosto, en honor a Santo Domingo de Guzmán, con procesión multitudinaria. Uno de los sitios venerados en el centro histórico de la capital nicaragüense es la antigua Catedral, joya de la arquitectura local que fue seriamente afectada por el referido terremoto de 1972 y que la devoción popular ha querido mantener en pie, aún en ese estado, aunque sólo para admirarla desde fuera. Otros lugares citadinos son el Parque Central, el Teatro Rubén Darío y el Palacio de la Cultura, donde funciona el Museo Nacional. La construcción reciente de lugares como el complejo comercial Metrocentro o la Plaza Inter, las rotondas El Periodista con su lindo monumento, y la de Colón, con su Fuente Luminosa, así como la Concha Acústica en el Malecón y la nueva catedral, ejemplo notable de excelente arquitectura vanguardista, se unen a otros atractivos de interés histórico y cultural, como el museo de Acahualinca, donde se conservan huellas humanas de 6 000 años. El carácter alegre y laborioso del habitante de Managua se ve con nitidez en sus artesanías, muy creativas y coloridas. Existen en la ciudad varios mercadillos de la bella artesanía nacional, aunque para adquirirla es mejor irse a las afueras, a poblados como San Juan de Oriente y Catarina, donde están los grandes maestros de la cerámica nicaragüense. Buenos hoteles se encuentran en esta ciudad como el Princess, el Intercontinental Managua y el famoso Crowne Plaza, con su impresionante forma piramidal; así como el Camino Real y el Mozonte. El lago Managua, de oscuras aguas, hace parecer a la urbe una ciudad costera. Tiene playas muy populares entre los habitantes capitalinos y se le augura buen futuro, en medio de las gestiones de los países centroamericanos por promover la región como un gran multidestino, aprovechando las variadas maneras de complementación que ofrecen al viajero. Pero nada más espectacular que la Loma de Tiscapa y la bella laguna del mismo nombre. Sobre ella, a 300 pies de altura, puede deslizarse en el famoso Canopy Tour, único de su tipo en el mundo. Aquí se encuentran también la primera residencia presidencial y la enorme efigie metálica de Augusto César Sandino, que puede verse desde varios puntos de la ciudad. Sin grandes aspavientos, Managua hace gala de su historia, con mente abierta y visión de futuro.

Asososca, Xiloá, Nejapa, Apoyeque y Tiscapa, ésta última situada en un centro urbano y turístico, son lagunas volcánicas apostadas en derredor de Managua con agradables centros vacacionales y residencias donde se pueden practicar deportes acuáticos y hay instalaciones para hacer picnics

La Ruta Colonial y de los Volcanes Este itinerario turístico multidestino utiliza el antiguo Camino Real que construyeron los españoles sobre rutas indígenas ya existentes, paralelas y transversales a las cordilleras volcánicas de la costa pacífica. La Corona española dividió el istmo en dos territorios administrativos: uno extenso, la Audiencia de Guatemala, que incluía las gobernaciones de Soconusco, Honduras, Nicaragua y Costa Rica; y otro más pequeño, la Audiencia de Tierra Firme o Castilla del Oro, que cubría las gobernaciones de Panamá y Veragua. Managua, la Antigua Guatemala y Ciudad de Panamá, son ideales puntos de partida para cubrir estas rutas multidestinos descubriendo ciudades y pueblos coloniales que encierran una arquitectura singular, como Cartago, Liberia, Granada, León, Comayagua, Gracias o Colosuca y contactar con culturas y tradiciones muy singulares y atractivas.