Las motos inglesas siempre fueron muy apreciadas en Cuba, tenían un “cierto toque” especial que las hacía diferentes a otras norteamericanas y europeas que rodaban en el país. En los años cincuenta, La Habana tenía dos agencias principales que vendían las motocicletas inglesas: Motores Ingleses, en calle 23 y avenida 26, Vedado y  Van Der May, holandés representante de Matchless y AJS, en avenida 19 y calle 84, Miramar. Cuando Melanio Borrero compró su motocicleta SUNBEAM S-8 en 1953, no imaginó que era “para toda la vida”. De profesión biólogo, don Melanio Borrero cabalgó su S-8 durante treinta años (1953-1983) con el mismo espíritu que el Quijote guió a Rocinante, con amor y lealtad. Tanto así que dejó la SUNBEAM S-8 a su hijo, Melanio A. Borrero, como preciado tesoro, para que continuara prestando servicios a la familia. El psicólogo Melanio A. Borrero montó la SUNBEAM S-8 por trece años seguidos, de  1983 al 2000, hasta que decidió darle un respiro a su infatigable motocicleta. Con el cariño que nace del agradecimiento, Melanio A. desmontó su fiel corcel para preservarlo a las futuras generaciones de los Borrero, con el propósito de que fuera tan útil como lo fue a su padre y a él mismo. Pasaron once años, en los cuales la SUNBEAM S-8 descansó. En el año 2011 un nuevo Borrero reclamó los servicios de la invencible SUNBEAM S-8. Se trata de Ayax Borrero, de profesión arquitecto, quien asumió el papel de improvisado mecánico dejado por su padre al desarmar y preservar la S-8, para armarla y ponerla a funcionar otra vez. Y ahí va, cada día, el arquitecto Borrero, como fue su abuelo antes y su papá después, empuñando el manubrio de la S-8 por las calles de La Habana. Por su parte, la eterna SUNBEAM S-8 de los Borrero, que ya cuenta 62 años de servicio a la familia, sigue andando airosa “por los siglos de los siglos, amén”.