El Hotel Ciudad de David Hotel & Business se encuentra muy cerca del parque Miguel de Cervantes Saavedra
Metate obtenido en el Sitio Arqueológico de Barriles, provincia de Chiriquí.

Pananmá

EL LLAMADO PUENTE ENTRE EL MAR CARIBE Y EL OCÉANO PACÍFICO SE HA CONVERTIDO EN UNO DE LOS PRINCIPALES POLOS TURÍSTICOS DE AMÉRICA LATINA

Los países son como las personas: tienen cuerpo, alma y sus propias características. Algunos son muy hermosos, otros, no tanto; algunos son elegantes, mientras otros son más sencillos; algunos son viejos y otros, muy jóvenes; algunos enamoran a primera vista, a otros hay que conocerlos mejor… Y unos pocos, también como las personas, son tan peculiares que no dejan de sorprender.
Reconocido en el orbe por su famoso canal, Panamá es uno de los países más desarrollados de América Latina y el destino de millones de viajeros cada año. Viajeros que llegan ansiosos por conocer dicho canal, puente entre el Mar Caribe y el Pacífico, increíble obra de la ingeniería en la que trabajó hasta el famoso pintor francés Paul Gauguin; o bien la capital, metrópoli que mezcla la arquitectura colonial con la moderna para regalar un ambiente que oscila entre pasado y futuro; o quizás se trate de la ciudad de Colón, donde se encuentra la zona franca más grande de América y la segunda más grande del mundo.
Especial atención del visitante merece la parte más antigua de la urbe de Panamá. Las ruinas del lugar dejan entrever aquella ciudad fundada en 1519 –primer asentamiento español en la costa pacífica de América– y destruida en 1671 durante el saqueo del pirata inglés Henry Morgan. Las ruinas de la Catedral, El Cabildo, el Convento de San Francisco, el Hospital de San Juan de Dios, la Casa del Obispo y el Puente del Rey son algunos de los sitios que le revelan al turista hoy día parte de la historia del viejo Panamá.

Chiriquí: la cocina auténtica y el mejor café
Pero dicha nación ofrece mucho más. Por eso gusta tanto. Una de sus provincias más visitadas es Chiriquí, cuyas espectaculares playas y zonas forestales son perfectos escenarios para el buceo y el excursionismo, respectivamente. La flora y fauna de esta región es una de las más diversas de todo el país. David, la capital, ofrece cada mes sus fiestas populares, espacio donde confluyen la música, las artesanías, la buena comida y las tradiciones. El desarrollo del turismo en esta provincia ha propiciado la construcción de lujosos hoteles, restaurantes y demás sitios para el descanso y la diversión. ¡Ah! Y en uno de los distritos de Chiriquí, Boquete, se cosechan algunos de los mejores cafés de toda la nación.
¿En qué otro lugar del planeta dos mundos completamente distintos están, uno del otro, a diez minutos de distancia? En Panamá toma solo ese tiempo ir desde la capital, moderna, poblada, bulliciosa, hasta la selva tropical, misteriosa y tranquila. En los parques nacionales se pueden apreciar algunas de las aves que habitan en el país, pero solo algunas. Utópico es pretender observar los cientos de especies que existen en Panamá, donde hay más aves que en Estados Unidos y Canadá... Pero la nación centroamericana no solo atrapa por su belleza natural y arquitectónica. Su gente es también un buen “gancho”. Divertidos y curiosos son buenos adjetivos para calificar a los panameños, quienes adoran las fiestas y gustan celebrar los goles de su selección de fútbol con un buen baño de cerveza. La vida nocturna en las ciudades, sobre todo en la capital, es muy activa; aunque famosos son también los tradicionales desfiles, caminatas que celebran determinadas fechas y sirven para admirar las coloridas polleras, trajes típicos con elaborados adornos.
¿Y qué decir de la gastronomía? Resultado de la influencia de las culturas amerindia, hispana y africana, los platos panameños destacan por su gran variedad de arroces. Guandú, pollo, coco y mariscos son los principales acompañantes. También las sopas y frituras forman parte del tradicional menú. De las primeras, el llamado sancocho es la más popular. Esta sopa hecha con carnes, tubérculos, verduras y muchos condimentos es una delicia, y en cada región se elabora de manera diferente.  
Sin dudas, la diversidad cultural de Panamá es como su amuleto de la buena suerte. Reflejada en la arquitectura, el arte, la religión, la gastronomía..., la pluralidad de herencias convierte al país en un verdadero espectáculo. Uno que se debe ver, disfrutar y sentir.