La Cocina Caribeña Sabor, Color y Modernidad
Convertir a la gastronomía del Caribe en algo que vaya más allá de la cultura u oferta turística, modernizando sin cambiar sus sabores ancestrales, es la única forma de convertirla en la próxima sensación de la culinaria mundial.
Hoy día nos encontramos con propuestas de cocina a nivel mundial que han tenido mucho éxito, y que por el solo hecho de ser criticadas y estudiadas por muchos las hacen parte de la nueva tendencia de cocina actual. Está, por ejemplo, el caso de la Dieta Mediterránea, que sin ser nueva, su factor nutricional y saludable la hecho una de las dietas más consumidas en cualquier parte del mundo. De más está mencionar el acontecimiento de la “Cocina Peruana”, que ha sabido lograr un balance entre mantener intactas sus raíces y combinar propuestas modernas, para hacer un boom mundial de esta cocina suramericana, que ya encontramos en cualquier boulevard de nuestros países. Y claro está, la lista no estaría completa si no mencionamos la cocina molecular, una línea de conocimiento culinario que ha trascendido de las cocinas a las aulas y de las aulas a los libros, donde grandes exponentes como Adriá, Blumenthal y otros han sabido cautivar a sus comensales, lectores y admiradores con una forma de cocinar llena de ciencia, estudios e innovaciones, que los han hecho maestros y ejemplo para muchos de los jóvenes estudiantes del arte culinario. Hemos mencionado estos tres ejemplos tan importantes porque creemos que la cocina caribeña puede ser la nueva revolución culinaria mundial. El Caribe está lleno de sabores que nos identifican, tales como plátano, maíz, el achiote o bija, los mariscos, la gallina, el mango, la piña y nos quedaría todo un escrito listando nuestros sabores. Pero sería más importante identificar que estos sabores están muy bien acompañados de aromas y de colores, que cuando llegan a un plato, lo llenan de vida, de alegría, y dan al comensal un momento placentero. Y es este momento el que sin duda va a hacer de nuestra cocina caribeña una gastronomía que todo el mundo quiera experimentar. La cocina caribeña, por tradición, está llena de ricos sabores y de grandes porciones. Es precisamente esto lo que debemos aprovechar para vender, mercadear y dar a conocer nuestra cocina de sabores. Algunos pudieran considerar que es inútil creer o pensar que usar la cocina molecular dentro de la cocina caribeña, la va a lanzar a la cima. O creer que la cocina caribeña se puede utilizar como una dieta de bajas calorías. Lo que necesitamos es estilizar los platos de cada uno de los países que conformamos esta región (Panamá, Puerto Rico, República Dominicana, Colombia, Cuba y otros más), pero mantener nuestros sabores intactos, respetando nuestra tradición culinaria, llena de procesos largos, combinaciones de más de cinco ingredientes siempre, llenas de dulces y salados combinados en un mismo plato: herencia amerindia, hispana, africana y afroantillana que perdura hasta nuestros días y han sido la sensación de millones de turistas, comensales y expertos culinarios. Entonces la pregunta sería: ¿y si hasta ahora todo en la cocina caribeña pinta tan bien, por qué aún no se ha prroducido el descollo culinario que se propone? Quizás deberíamos estilizar nuestros sabores criollos, pues nada sería más lindo que un arroz con coco, pescado frito relleno, patacones y ensalada de repollo con zanahoria y pasitas, servido de una forma artística, utilizando las técnicas de montaje de la cocina moderna, moldes y platos estéticos, separando las porciones y logrando que la primera impresión del plato sea la carta de presentación más exclusiva de nuestra cocina. Se trata de encantar a la vista para cuando llegue el momento en que el tenedor entre en acción, el comensal se transporte a esas cocinas de nuestras abuelas, llenas de grandes fogones, de brisa marina y de sol radiante caribeño. Nuestra propuesta es respetar los sabores tradicionales y las formas de cocción de nuestros antecesores, junto a las combinaciones que hicieron de nuestro Caribe un destino paradisíaco, pero agregándole una estética que muy pocos han manejado. Se trata de que nuestras abuelas, madres, cocineros viejos y todos los que crearon los sabores caribeños, se sientan orgullosos de ver cómo sus platos siguen presentes y no fueron suplantados, sino enriquecidos con la estética, formas y artes de la cocina contemporánea. La idea es que todos los chef caribeños trabajen para convertir a su gastronomía en algo que no es solo parte de la cultura u oferta turística, sino una tendencia culinaria moderna, que todos los futuros cocineros deseen aprender y “miren con lupa”, pues esa es la única forma de convertir a la Cocina del Caribe en la próxima sensación de la gastronomía mundial.