Múltiples usos ha encontrado en los últimos años el Sistema de Posicionamiento Global (Global Positioning System, GPS por sus siglas en inglés), un invento que ha revolucionado los sistemas de navegación, vuelo y comunicación en general, y que a 30 años de creado parece tener un uso ilimitado.

Con el nombre de GPS se conoce indistintamente el dispositivo colocado en transportes terrestres, barcos, aviones, sofisticados armamentos, teléfonos celulares y otros equipos; pero también se denomina así al sistema de satélites y estaciones terrestres que propician su funcionamiento.

Nacido en el seno de la industria militar, desde la década de los 70 ha sido utilizado para precisar la ubicación de casi cualquier cosa, aunque su uso en los armamentos estratégicos lo convirtió en una tecnología casi «secreta».

Pero no fue hasta la década de los 80 que los GPS comenzaron a extenderse y adquirir múltiples aplicaciones en la vida civil, especialmente con la eclosión de las tecnologías inalámbricas, y sobre todo porque permiten determinar las posiciones en tres dimensiones: espacio, velocidad y tiempo, las 24 horas del día, en cualquier parte del mundo y en todas las condiciones climáticas.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos utilizó por primera vez en 1973, al menos públicamente, el Sistema de Posicionamiento Global Navstar, a partir de la puesta en órbita de 24 satélites del mismo nombre (21 operativos y tres de repuesto), que cubren prácticamente toda la superficie del planeta, incluidos sus dos polos extremos.

Desde entonces el GPS ha estado operado por los norteamericanos, pero su uso se ha extendido a infinidad de países mediante diferentes convenios internacionales. También la Unión Soviética tuvo un sistema similar, denominado GLONASS, gestionado ahora por la Federación Rusa; e incluso la Unión Europea trabaja para poner a disposición uno propio, el Galileo.

Los esfuerzos en este campo son cada día más importantes, pues como sus funciones son accesibles con equipos pequeños y baratos, el GPS ha fomentado muchas aplicaciones nuevas, basadas precisamente en su utilidad en las localizaciones, lo cual puede servir también para lograr un importante ahorro de combustible, al optimizar la trayectoria de transportes terrestres, marítimos y aéreos.

¿CÓMO FUNCIONA? Actualmente existen diversas modalidades de GPS en explotación, desde las que dan un margen de error de cien o más metros, hasta otras de alta precisión que apenas tienen una diferencia de tres metros, e incluso menos.

Para ubicar a una persona o equipo, la técnica necesita de un sistema donde intervienen los 24 satélites que orbitan sobre la Tierra a 20 200 kilómetros, con trayectorias sincronizadas para cubrir la superficie del globo, los cuales se abastecen mediante paneles de energía solar, orientándolos hacia el astro rey.

También necesita estaciones terrestres que envían información de control a los satélites para regular sus órbitas y corregirlas, así como sincronizar las mismas para que no quede sin cubrir ningún espacio en la superficie del planeta. Por último, son imprescindibles las Terminales Receptoras, conocidas también como Unidades GPS, que instaladas en equipos indican exactamente el lugar donde se está.

Así, a través de triangular una posición utilizando los satélites, las estaciones terrestres y las terminales receptoras, todo con una minuciosidad atómica en el tiempo, el GPS es capaz de determinar la ubicación casi exacta del equipo o persona que lo porta, y a su vez reflejar su trayectoria en un mapa digital especialmente diseñado para esto.

El funcionamiento del GPS es tan sofisticado que incluso calcula la posición de vehículos aunque estén moviéndose a altas velocidades, o el clima sea precario, pues la señal que emiten para «localizar» a sus «madres» satelitales, llamada Código Pseudo Aleatorio, es una secuencia o código digital muy complicada, para que no pueda ser copiada o tergiversada por nadie, y mucho menos confundida con otras emisiones radioeléctricas naturales.

USO ILIMITADO Organizaciones ecologistas como Greenpeace, exploradores antárticos como los que habitan en las estaciones de ese extremo del mundo, alpinistas que escalan el Himalaya o corredores de competencia por los desiertos, como los que participan en el famoso Sahara Rally, pueden atestiguar, al igual que pilotos, navegantes o conductores, la utilidad del GPS en situaciones extremas.

Hoy es casi ilimitado el uso de los GPS, que vienen ya incorporados incluso en algunos teléfonos móviles de última generación, pero también en sofisticados armamentos. No obstante, gracias a este sistema se han salvado incontables vidas humanas desde su implementación, y también se han ahorrado considerables recursos materiales en todo el mundo, especialmente hidrocarburos.