Un verdadero paso de avance significó para la firma belga BDC International S.A. la puesta en marcha de un Almacén In Bond en Cuba, con el objetivo de acercar un determinado número de productos a los clientes que radican en la Isla.

Con presencia en la dinámica de trabajo de la empresa desde 1998, el depósito ha crecido en la misma medida en que su entidad rectora ha multiplicado su presencia en el mercado cubano, fundamentalmente en el sector automotriz.

Todo comenzó con la venta de 600 autos Peugeot al Ministerio del Interior y la preocupación de poner al alcance inmediato de esta técnica las piezas de repuesto necesarias. “Comenzamos en un local de 250 m2. Los directivos de BDC no estaban totalmente convencidos en aquel entonces de que fuera a dar resultado, pero la práctica de casi 20 años ha demostrado que fue un paso fundamental para el crecimiento de la demanda de muchos insumos comercializados por la firma”, argumentó Claudio Corrieri, uno de los fundadores y actual responsable del almacén.

Ubicadas hoy en el kilómetro 2 ½  de la Autopista Nacional, carretera de Coyula, las instalaciones rentadas a Almacenes Universales S.A. han crecido hasta los más de 10 000 m2, 7 000 de ellos de almacenes secos, y la otra parte de depósitos al aire libre. “El propio término In bond es una categoría aduanal que ubica en el territorio nacional un grupo de productos que a los efectos legales no se encuentran en el país, o sea, para tener acceso a estas facilidades hay que acometer un proceso de importación. La ventaja radica en que la mercancía está al alcance de la mano de nuestros clientes, lo que obliga a un estudio del mercado para conformar un stock de insumos con lo que verdaderamente hace falta”, agregó.

Graduado de Diseño pero enamorado del trabajo en el almacén desde su creación, Corrieri explicó que las piezas de repuesto son el producto líder de su comercialización, fundamentalmente las de la marca Peugeot. “El mayor inventario que tenemos está dirigido a los autos de la firma francesa, por su creciente presencia en las calles cubanas. Siempre tenemos un stock  de este renglón con un valor por encima de los ocho millones de dólares y una facturación anual de alrededor de 24 millones”.

En el caso de los clientes principales, Corrieri señaló a las empresas estatales cubanas como las máximas consumidoras, entre las que destacó a la empresa Servicios Automotrices S.A. (SASA), además añadió la posibilidad de negociar con miembros del cuerpo diplomático y firmas extranjeras.

Recordó que en un inicio fueron tres los trabajadores del almacén y que hoy llegan a 25 para la titánica tarea de recepcionar, almacenar y dar salida a numerosos productos ofertados por BDC International S.A., con la restricción de regirse por las normativas aduanales, con límite de tiempo para cumplir con cada uno de los pasos del tratamiento de las mercancías.

“Estoy contento con el trabajo del almacén, me enorgullece que se hayan alcanzado buenos resultados, lo que compromete a hacerlo mejor cada día. Ahora estamos reorganizándolo, colocando nuevas estanterías, ampliando oficinas, y creando mejores condiciones de vida para los trabajadores”, concluyó Claudio, antes de que saliéramos de recorrido por las instalaciones, para plasmar en imágenes la clave de por qué BDC y su almacén In Bond se han mantenido en el mercado cubano durante tanto tiempo con elevados niveles de excelencia.