Ya comenzó la pretemporada del Mundial de MotoGP 2016 con los primeros test en el Circuito Internacional de Sepang (Malasia), donde todo inició como terminó. Jorge Lorenzo lideró, seguido por su compañero de equipo de Movistar Yamaha, Valentino Rossi y Dani Pedrosa, de Repsol Honda.

Todos recuerdan que la temporada del 2015 de la categoría reina fue vibrante. El piloto de Urbino fue el más estable, pero Lorenzo se llevó el título. El italiano y Marc Márquez desataron una trifulca mediática que se extiende hasta la actualidad. Ahora toca enfocarse en un campeonato con transformaciones importantes.

En esta edición Rossi buscará, de nuevo, el décimo título de su palmarés, pero se nota que le resulta difícil borrar de su mente a Malasia y el cierre del mundial pasado. El responsable de Yamaha, Lin Jarvis, afirmó que nada ha cambiado dentro del equipo ni en la determinación de conseguir el éxito de la anterior temporada. Sin embargo, Rossi no ha olvidado. Recuerda a Malasia y cómo Márquez hizo de Sancho Panza para Lorenzo, y perjudicó el trabajo en equipo. Esperemos que esto no afecte la profesionalidad y competitividad de Movistar Yamaha MotoGP.

Por otra parte, este Mundial 2016 ya se presenta diferente al del año pasado, pues tras el último trazado en Valencia, Carmelo Ezpeleta decidió  deshacerse de los equipos económicamente más débiles: Forward Racing, AB Motoracing y Iodaracing, dejando solo 21 pilotos, de los 25 que compitieron en 2015.

Con esta decisión el equipo Honda pierde 2 pilotos con respecto a la temporada pasada, a diferencia de Ducati, que suma 2, para un total de 8 en la categoría reina.

Asimismo, entrará en vigor un nuevo reglamento técnico que incluye el uso de electrónica común, Magneti Marelli, la misma capacidad de combustible para todas las motos, 22 L, y el empleo de neumáticos Michelin, sustituyendo a los Bridgestone. Esperemos que la marca francesa ayude a desplegar el máximo potencial de cada montura y no ocurran incidentes como el de Loris Baz en el segundo test de Sepang, donde rodó a casi 300 km/h y por 300 m porque el compuesto blando que utilizaba explotó en pleno test, causándole, solo unos pequeños rasguños al galo.

 Estos cambios técnicos son reflejo de lo que persigue hace años el comité organizador de esta competición: rebajar costes y lograr mayor igualdad, en pos de reducir la distancia entre las motos de Yamaha y Honda con el resto de la parrilla.

Esperemos que este año la MotoGP nos brinde un espectáculo digno de los amantes de la velocidad, un campeonato que se luche más en los trazados y menos en las salas de prensa.