Viajar, Viajar, Viajar…
Hay tantas formas de viajar… hoy que estoy a punto de viajar a otro país para instalarme por un tiempo me doy cuenta de cómo todo es diferente dependiendo de para que, hacia donde o por cuanto tiempo se viaje.
Hay viajes alegres, viajes de vacaciones, planeados y soñados por un año, imaginados en cada conversación, en cada folleto ojeado, en cada día tachado; viajes únicos como la luna de miel, esa que se supone solo se hace una vez, aunque deberíamos hacerla con ese espíritu cada vez que nuestra vida comenzara a ser gris; viajes emocionales, emotivos para encontrarnos con nuestros seres queridos después de un largo tiempo de ausencia, viajes con un nudo en el estómago cuando el que está al otro lado, en el aeropuerto de llegada, es nuestro amor, ese amor con el que hemos soñado cada día, ese encuentro que hemos visto mil veces a cerrar los ojos cada noche y que nos ha hecho tener el viaje mas largo del mundo porque no veíamos el momento de fundirnos en un abrazo… pero también hay viajes más inciertos como los viajes de inmigrantes llenos de incógnitas por el futuro, de esperanza también; viajes de escapada de una vida, de un presente que no nos gusta y en ocasiones viajes sin retorno.
No se muy bien que quiero decir en este editorial pero quizás sea simplemente la necesidad de dejar constancia del hecho de que muchos de nosotros pasamos la vida viajando con la mente, con el corazón, viajando para crecer, para evolucionar, para disfrutar, a veces sin movernos de nuestra habitación, a veces por el deseo de estar en otro lugar para ser más útiles, mejores, otras conseguimos reunir la valentía(o es cobardía y por eso huimos?) de viajar de verdad lejos de nuestro hogar y de los que queremos y ese es mi caso hoy.
Seguiré compartiendo mis viajes reales e imaginarios con todos, porque definitivamente viajar, viajar o viajar puede ser maravilloso y ojalá un día siempre para todos sea un placer, ese puede ser un bonito sueño…
Consuelo Elipe