Santiago de Cuba-Holguín
Ubicados en la zona oriental de Cuba, los polos turísticos de Santiago de Cuba y Holguín poseen, cada uno con sus peculiaridades, riquezas y paisajes inigualables, excelentes para emprender aventuras diferentes y siempre tentadoras. Existe recorrido guiado por el circuito turístico que une a esas dos provincias y que le dará la posibilidad al visitante de disfrutar de hermosas playas, de una naturaleza exuberante y del descanso reconfortante en hoteles de calidad con categorías cuatro y cinco estrellas.
La ventaja de la cercanía entre ambos destinos cubanos y la posibilidad de acceder a ellos por vía aérea, hacen más fácil la determinación de procurarse unas vacaciones sin igual. SANTIAGO: LA MÁS CARIBEÑA No por gusto la llaman la más caribeña de las ciudades cubana. Esa es Santiago de Cuba, una joya del oriente cubano, dotada de una rica mezcla de razas y culturas, y a la que se le atribuyen dos rasgos irrepetibles: su gente, virtuosa, siempre presta al gesto hospitalario; y su rico acervo histórico-cultural.
Santiago de Cuba es, por demás, la segunda ciudad en importancia de Cuba; cuna de héroes y de contiendas históricas, y de géneros musicales como el son y el bolero. A ello se le añade el privilegio geográfico, de cara al Mar Caribe, con una impresionante bahía de bolsa, donde se asentó por primera vez la villa a principios del siglo XVI. Recorrer la ciudad y descubrir sus encantos es un gusto para cualquier viajero, que puede admirar esta urbe que convive con el mar y las montañas, lo que le da la posibilidad de extasiarse con hermosos paisajes integrados por elementos urbanos, naturales y marinos al mismo tiempo.
Santiago es una ciudad genuina, distinguida por el trazado irregular de sus calles, donde asoman inmensos ventanales o apretados balcones, que armonizan con los diferentes estilos arquitectónicos.
En Santiago se mezclaron como en ningún otro punto de Cuba las culturas española, africana, francesa y haitiana. Es muy visible la huella francesa en el folklore santiaguero, mientras que en la tradición coral su máximo exponente es el Orfeón Santiago, que viene de los catalanes. Esta ciudad, considerada la segunda en importancia en Cuba, tiene joyas muy preciadas como el Hotel Casa Granda, la secular casa de Diego Velásquez, además de la antigua Plaza de Armas, hoy Parque Céspedes y que constituye en la actualidad el corazón de esa urbe, porque allí trasciende gran parte de la vida cultural y social de ese emporio. En su patrimonio histórico y cultural, esta ciudad tiene mucho que ofrecer y mucho que admirar. Interesantes museos, como el Emilio Bacardí, el del Ron, la Granjita Siboney, el histórico Cuartel Moncada, la Plaza de Marte y el Cementerio Santa Ifigenia, son sitios de obligada referencia.
Tiene el privilegio además de una naturaleza pródiga. En el sur, rumbo al oeste, se ubica el Parque Baconao. Bañado a un lado por el Mar Caribe y escoltado al otro por la Sierra Maestra, constituye a la vista un recuerdo inigualable. El Valle de la Prehistoria es un símbolo de lo que puede la imaginación. Aquí la mano del hombre esculpió la piedra y dio vida a 200 animales de la Edad de Piedra de tamaño natural: reptiles, elefantes, venados y hasta un Cro-Magnon de 12 metros de altura, habitan en ese singular ecosistema, que se comenzó a construir en 1983.
La Laguna de Baconao, una de las más grandes del país (6 Km2), tiene el privilegio de mostrar al hombre la confluencia de las aguas del embalse y el océano, visibles desde varios miradores del sendero turístico “Paisaje de la Naturaleza”. Comedores y bebederos para aves hacen más auténtico el paisaje, al propiciar la concurrencia de pelícanos, gaviotas y vistosos pajarillos del monte cubano.
Sin dudas, es una zona signada por la belleza. El exotismo caribeño del Jardín Cactus es imponente a la vista. El Acuario Baconao, donde habitan especies de la plataforma insular, es otro de los atractivos de la zona, y en él la gran sensación es el delfinario. Hacia el sureste también son apreciables los parajes campestres, las zonas de buceo, los senderos contemplativos y los confortables hoteles, acomodados en la falda de las montañas.
Solo 138 kilómetros separan estos dos tesoros de la geografía cubana. Santiago de Cuba y Holguín están concebidas para brindar al viajero el encanto de una llamativa ciudad y lo divino que pueda reservar la naturaleza. LA CIUDAD DE LOS PARQUES Si de interesante puede catalogarse la visita a Santiago de Cuba, de seguro la misma sensación se mantendrá al recorrer Holguín, conocida como la Ciudad de los Parques. De inmediato se percatará que ha llegado a una urbe apacible, repleta de tradiciones culturales y donde con solo recorrer pocos kilómetros encontrará fabulosas playas y complejos hoteleros de primer nivel.
En Holguín se pueden visitar el Museo Provincial de Historia –La Periquera-, el Centro Cultural Plaza de la Marqueta y la Loma de la Cruz, mirador por excelencia de la ciudad y a la que se asciende por carretera o a través de una larga escalera de 458 pasos, construida de 1927 a 1950.
Durante la estancia en la ciudad de seguro oirá hablar de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, que se celebra caña año, y de las afamadas Romerías de Mayo. Tiene el privilegio además de ser cuna de importantes exponentes de la cultura cubana como el pianista Frank Fernández y el sonero Faustino Oramas, más conocido como el Guayabero. El prestigio cultural de esta provincia se enaltece con su teatro lírico, el fabuloso ballet y una orquesta sinfónica.
Aquí la Catedral de San Isidro y la Iglesia San José, son también sitios favoritos. La catedral es una hermosa construcción de estilo neoclásico, donde en 1720 se ofició la misa de fundación de la ciudad. La Iglesia San José conserva aún rasgos del estilo mudéjar, fue construida en la segunda década del siglo XIX, y cuenta con un llamativo campanario.
Pero esta provincia del norte oriental cubano se distingue en el mercado turístico por sus magníficos espacios naturales, de indescriptible belleza, como Pinares de Mayarí, Cayo Saetía, la Sierra de Cristal y el Cerro de Mayabe.
Su Aldea Taína, que reproduce la vida que encontró el Almirante Cristóbal Colón cuando llegó a la Isla en 1492, se encuentra entre los atractivos que encabezan playas de aguas cálidas y tranquilas, consideradas entre las más pintorescas del Caribe, como Esmeralda, Pesquero y Guardalavaca, esta en forma de concha o ensenada que le da un encanto sin igual. Aquí le esperan confortables hospedajes, y el viajero tiene asegurada la distracción en los centros nocturnos. No faltan el buceo, la pesca, la navegación y otros deportes náuticos.
Cayo Saetía, es una revelación a la entrada de la Bahía de Nipe, la mayor de Cuba. Se trata de un islote de 42 Km2 donde conviven decenas de especies animales en total libertad. Allí el 65 % del territorio está cubierto por bosques y el resto lo conforman amplias praderas.
También fascinante y que vale la pena visitar, es Pinares de Mayarí, calificado de una reliquia de la naturaleza y que se encuentra sobre una meseta a 600 metros sobre el nivel del mar. Unas 300 especies de aves endémicas tienen su hábitat aquí, donde el paisaje se acicala con ríos de rápida corriente originarios de hermosas cascadas que forman piscinas naturales de aguas frescas y claras.
Para completar la estancia en esta región cubana, nada mejor que conocer el Parque Natural Alejandro de Humboldt, declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera y considerado el ecosistema más completo y mayor conservado del Caribe insular, donde sin dudas lo divino puso su empeño.