Arquitectura y Turismo. Para salvar la Madre Natura
Una habitación cerca del mar, donde la arena de la playa llegue justo hasta la puerta de su balcón, es el sueño dorado de muchos vacacionistas, pero también una amenaza al medio ambiente que los arquitectos buscan atenuar con nuevos diseños
La industria turística nace justo en el lugar donde sus sueños dejan de serlo y se convierten en realidades inmediatas. Pero, ¿sabe cuánto le ha costado a la madre natura esos grandes hoteles hechos sobre las dunas o sin respetar el medio ambiente?
Las construcciones hechas muy próximas a las costas han sido motivo de pérdida de playas en todo el mundo. Así, desde el Caribe hasta el Mediterráneo, muchas playas han perdido su extensión original hace mucho tiempo, producto de la explotación desmedida.
No solo las playas fueron afectadas con la irrupción de instalaciones turísticas, sino también los suelos, la vegetación, el ecosistema en general.
Hoy la arquitectura turística busca la feliz armonía con el medio, esa imbricación lógica de funcionalidad de la construcción, unida al aprovechamiento y respeto al medio ambiente donde se enmarca. Se habla de turismo sostenible, que no es otra cosa que el punto donde se complementan economía, naturaleza y desarrollo sociocultural.
En el mundo y en el Caribe también hay una evolución favorable hacia la protección Comunidad Las Terrazas, Pinar del Río, Cuba. del entorno, y se hacen cambios favorables de ajustes de diseños y estructuras arquitectónicas en pos del medioambiente. «Se habla de tendencias, aunque esto no quiere decir que represente una conducta asumida por todas las empresas de la industria turística», afirma Norman Medina, arquitecto y Premio Nacional de Arquitectura de Cuba, quien se ha especializado en construcciones turísticas.
El experto en Planificación Física asegura que dentro de estas proposiciones se distinguen las intenciones de fabricar edificios bajos, con un menor número de habitaciones, lo cual permita una disminución de la densidad turística en las playas, humedales, montañas y otros ambientes naturales frágiles. «Hoy se proponen diseños abiertos más integrados. Se evitan hacer grandes movimientos de tierra con el fin de preservar la estructura de los suelos y la vegetación circundante ».
Otra línea es la arquitectura bioclimática, una tendencia que permite minimizar los índices de consumo fundamentalmente de tipo energético, a partir de aprovechar las condiciones naturales al máximo en función de la iluminación, la ventilación, bajar los consumos energéticos, de agua e integrar la construcción al medio.
Estas tendencias arquitectónicas se insertan dentro del desarrollo de un turismo sustentable, que según la Organización Mundial del Turismo (OMT) será dentro de poco una obligación para muchos destinos, si no quieren perder su atractivo, ante el impacto negativo de la afluencia creciente de viajeros combinado con los efectos del cambio climático global.
Con un 842 millones de turistas en 2006, que supone un incremento al 4,5% con respecto al año anterior, el turismo a nivel mundial sigue aumentando y se prevé que alcance los mil millones de usuarios en el 2010.
Este ascenso supondrá la construcción de cientos de miles de nuevas habitaciones, especialmente en destinos emergentes o en desarrollo, como el Caribe, y su consiguiente impacto en los recursos naturales y ecológicos de la región.
Ya desde el 2001 los países miembros de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) firmaron un convenio encaminado a instaurar la Zona de Turismo Sustentable del Caribe (ZTSC), que ha permitido implementar estudios sobre impacto del turismo en la zona.
Un proyecto piloto de aplicar indicadores de turismo sostenible para evaluar su comportamiento en cinco destinos: Bayahibe, República Dominicana; Cozumel, en México; la Ciudad de Roseau, en Dominica; y Ocho Ríos, en Jamaica, arrojó resultados positivos y experiencias a generalizar.
Además existen ejemplos de arquitectura armónica con el ambiente a lo largo y ancho del Caribe, donde algunas instalaciones hoteleras hablan y reflejan otra conducta con respecto a la preservación del medio.
En este sentido son insignias lugares como los nuevos hoteles de la Riviera Maya, alejados de las costas y bajos de altura; las instalaciones de Punta Cana en República Dominicana; y en Cuba el hotel Meliá Cayo Coco y el hotel de montaña Las Terrazas, cuyo lobby está construido alrededor de un viejo algarrobo.
Sin embargo, a pesar de algunos cambios favorables, hay quien todavía construye rascacielos en medio de pequeñas playas, sin tener en cuenta que la arquitectura ha de ser extremadamente gentil con esos atractivos naturales que uno tanto disfruta.
Por eso, si ve que su habitación queda unos pasos más lejos de la playa que lo deseado, no se enoje, piense que son más años de vida para ese mar que disfruta desde su ventana.