A 45 kilómetros de Puerto Plata, en el Atlántico norte de República Dominicana se localiza el Santuario de las Ballenas Jorobadas, un paraiso marino en el cual, cada año, se cobijan estos mamíferos, para su reproducción.

A esta cita acuden, entre diciembre y marzo, miles de espectadores,turistas, biólogos y ecologistas haciendo de este proceso natural uno de los principales atractivos de esta nación caribeña, única en la región con niveles de temperaturas adecuada para la reproducción delos cetáceos.

La ballena es considerada especie en extinción ya que sólo hay seis mil ejemplares en todo el mundo. De éstas, en los meses de diciembre a abril, un 50 por ciento viene a refugiarse a las aguas del Nordeste de la República Dominicana, en las zonas de Banco de la Plata, Banco de la Navidad y Litoral de Samaná, para aparearse y reproducirse. Con la protección de las autoridades dominicanas aquí existe el Santuario de Mamíferos marinos bajo estrictas regulaciones.

Las ballenas jorobadas son llamadas así por que cuando se sumergen, saltan muy alto, y dejan ver su cola torcida y bellamente colororedaspor diversas tonalidades.

Un verdadero paraiso, con más de 25 kilómetros cuadrados constituye esta Área Protegida, del sistema nacional de Medio Ambiente Las costas de Samaná, con sus palmares, sus aguas quietas verdi-azules dan una belleza particular a la bahía y sus entornos.

Playas exuberantes como Las Galeras y Ricón, Cozón y Punta Bonita, se suman a bellas cascadas y sensuales ríos que integran el paisaje de este polo primordial del turismo en Dominicana.

Además de este sano recreamiento que promueve el turismo ecológico, se han habilitado puntos de observación del proceso de reproducción de las ballenas a la vez que las corrientes marinas son objeto permanente de investigación, para su reservación.

En diciembre a final de cada año, comienzan a aparecer estos inmensos animales para lograr su proceso reproductivo que se identifica con un largo chiflido, de poco más de media hora, que los pescadores de la zona llaman el "canto de las ballenas", período del galanteo y conquista de los machos.

La presencia de las ballenas y su "ruedo de amor" son un reto a los sentidos. Las embarcaciones se adentran en la bahía para que los espectadores puedan apreciar el "canto" de las ballenas, que se hunden y saltar y retozan entre la espuma del mar perfectamente limpio, que se proyecta acerado por tanto azul, bajo el Sol.

Con las ballenas llega la vida a Samaná. Cualquier vecino conoce al detalle los aspectos biológicos que tienen lugar en ese punto marino. De acuerdo a las observaciones de Juan Hernández, uno de los principales guía de la zona de Samaná, hay tres etapas: la conquista, el apariamiento y finalmente, la reproducción.

A finales de marzo, explica, las vemos partir hacia otros mares, algunos lejanos como Noruega o Groenlandia, señalan.

De acuerdo a los estudios que se han realizado la presencia de estos mamíferos en estas aguas tibias y mansas en esta parte del mundo se logran niveles de temperaturas favorables a su reproducción.

También los expertos han observado que para estos grandes cetáceos se facilita el entrenamiento de las nuevas poblaciones, que nacen con una insuficiente capa de grasa, lo cual les afectaría en los mares fríos dónde después habitan.

Esto proporciona un verdadero espectáculo ya que los "recién nacidos", saltan y saltan en una práctica permanente de cómo salir la superficie para respirar lo cual garantiza la supervivencia de la especie acuática, la cual esta protegida por diversos tratados internacionales, procurando su conservación. MB