- Fiesta del Fuego orgullo santiaguero.
Cuando en abril de 1981 Joel James, director fundador de la Casa del Caribe, junto a un grupo entusiasta de artistas de la ciudad decidieron convocar por primera vez a esta fiesta de las culturas populares, no sospecharon que este encuentro consiguiera las dimensiones que hoy tiene.
Definitivamente prevaleció entre nosotros el enfoque de que el Caribe es una condición actuante, una especie de formación social inacabable, un acontecer, en última instancia, un ámbito geográfico que trasciende en forma de cultura.
Este encuentro de las culturas populares y de las tradiciones es hoy un espacio alternativo donde se amplían los procesos de formación de la identidad nacional cubana en particular y de toda la región. Así, cada nueva edición del Festival del Caribe es como el develamiento de esa peculiaridad de dimensiones extraordinarias que es el ser caribeño y al que de manera orgánica y natural pertenece Bonaire, pequeña isla caribeña situada al sur del mar Caribe, frente a la costa occidental de Venezuela y comprendida entre los territorios de las llamadas Antillas Holandesas.
En las diferentes dedicatorias a países o temáticas vinculadas con el área, la Casa del Caribe ha amplificado para sí, para el pueblo de Santiago de Cuba, para todo el país, para los pueblos de América Latina y el Caribe y para el mundo, las magnitudes del ser caribeño.
Esta treinta y siete edición ininterrumpida de la Fiesta del Fuego —como también se le conoce— tiene lugar en condiciones muy especiales, pues la Casa que lo convoca y lo organiza está cumpliendo treinta y cinco años de creada. A propósito, con el Festival y la Casa del Caribe sucedió algo poco común: primero surge el Festival y es este quien hace notar la necesidad de crear una institución que lo organice y lo proyecte, sobre todo porque desde la primera edición del evento se evidenciaron las potencialidades de la naturaleza caribeña de la ciudad de Santiago de Cuba.
De este modo el Festival del Caribe no solo rendirá merecido homenaje a Bonaire, sino que además reactualizará las contribuciones de la Casa del Caribe para los estudios y proyecciones del Caribe como región cultural.
Bonaire, que anuncia la mayor delegación de los países participantes —más de trescientas personas—, ha visto en esta invitación una oportunidad excepcional. Su condición de país sujeto aún a su antigua metrópoli, Holanda, ha funcionado no pocas veces como una cortina de humo que limita visualizarla a partir de sus peculiaridades y distinciones. Los armadores de la delegación oficial y nuestros especialistas han coincidido en este particular y en consecuencia van proyectando un encuentro que confirmará nuestro respeto por las identidades locales y la diversidad cultural caribeña.
Cada edición del Festival dispara en orgullo caribeño de los santiagueros. Esa doble fortuna de llevar consigo un Caribe histórico, propio y natural, y otro ensanchado con las sucesivas migraciones bien acogidas por la población autóctona, nos hace una ciudad y un territorio muy peculiares, no solo en el ámbito nacional cubano, sino también de toda la región.
Santiago es la más caribeña de las ciudades cubanas. Tanto su privilegiada ubicación geográfica como su peculiar topografía ondulatoria, así como su formación histórica y su devenir están atravesadas por un denominador común: el santiaguero, sin dudas un tipo especial de cubano y de caribeño visible en sus dimensiones individual y colectiva.
Ese peculiar sujeto colectivo le transfiere a la cultura local una condición anímica sostenida y casi invariable de alcances insospechados para la cultura de la región caribeña.
Desde la Casa del Caribe siempre hemos dejado claro que nuestro orgullo caribeño no debe conducirnos a afirmar que somos la capital del Caribe. No, no somos la capital del Caribe, porque como Santiago, hay muchas otras ciudades bañadas por ese mar. En cambio, es probable que alcancemos esa condición solo en los marcos del Festival y del carnaval, por las concentraciones humanas y de culturas de proporciones inconmensurables que aquí se dan cita durante esos mágicos días de julio.