Fuertes razones, hacen fuertes acciones. / Strong reasons make strong actions. William Shakespeare
Singular estatua de bronce de John Lennon sentado apaciblemente en un parque de La Habana. / A bronze statue of John Lennon in a park in Havana.
Romeo y Julieta, una de las marcas de habanos más afamadas de Cuba. / Romeo y Julieta, one of Cuba’s most famous habano brands.
Rosbif. Este término representa una transformación lingüística, al igual que de beefsteack a bistec o bisté, de una emblemática elaboración inglesa: el roastbeef). / This term represents a language transformation –the same happened from beefsteak to bistec or bisté– of an emblematic British recipe: roast beef. Adapted to Cuban traditional cuisine.

ALGUNAS HUELLAS VISIBLES DE LA CULTURA BRITÁNICA EN LA ISLA, SIN QUE IMPORTARA QUE FUERON RELACIONES BELIGERANTES LAS QUE MARCARON LOS PRIMEROS «ACERCAMIENTOS» ENTRE AMBAS NACIONES

Paradójicamente, las guerras suelen terminar en la paz y la pertinencia que pudieron evitarlas. Pero ya que ocurrieron, no resulta desatinado valorar, con sentido holístico, lo aleccionador y coyuntural de sus consecuencias. Cabe decir que fueron relaciones beligerantes las que marcaron los primeros «acercamientos» entre Inglaterra y Cuba. Adelante, entonces, para comprobar si la afirmación con que comienza el presente trabajo puede servir de algo.

«VISITAS» INGLESAS
El período comprendido entre 1565 y 1595 es considerado como de mayor actividad de piratería en América, y Cuba no quedó excluida de reiterados ataques y estragos. Destacaron por sus campañas bélicas contra las colonias españolas en el ámbito geográfico del mar Caribe los corsarios ingleses John Hawkins «Aquines» (1532–1595) y su primo Sir Francis Drake «El Dragón» (1543–1596). Igual de lamentablemente célebre fue Sir Henry Morgan (1635–1688), quien realizara su primera operación a gran escala en la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, actual Camagüey. Al parecer, no por casualidad los tres terminaron sus días en Puerto Rico, Panamá y Jamaica, respectivamente
Durante la llamada Guerra de la Oreja de Jenkins (1739 –1741) tienen lugar en la zona del Caribe enfrentamientos entre ingleses y españoles. En ese mismo primer año del conflicto, navíos al mando del vicealmirante Edward Vernon se sitúan frente a la localidad habanera de Guanabo, y luego ante el Puerto de La Habana. Ya en 1741 penetran la bahía de Guantánamo y fundan la colonia Cumberland, con la intención de un ataque terrestre a Santiago de Cuba, lo que impidieron el tenaz hostigamiento de las milicias criollas y las considerables afectaciones a causa de las enfermedades tropicales.
Apenas dos décadas después, en plena Guerra de los Siete Años, ocurre la acción históricamente (re)conocida como la Toma de La Habana por los ingleses, con un intenso batallar desde el 6 de junio hasta el 13 de agosto de 1762. La presencia británica se mantuvo durante once meses.

NO SOLO OBRA MAGISTRAL DE SHAKESPEARE
Romeo y Julieta se nombra una de las marcas de habanos más afamadas de Cuba, creada en 1875. Se identifica su imagen por la clásica escena en que Romeo escala hacia el balcón donde se encuentra Julieta. Dicha marca ha derivado diferentes tipos de vitolas, siendo las más conocidas las denominadas Churchill, además de otra que se identifica como Montesco.

ENTRE LETRAS Y CELULOIDE
Es raro encontrar cubanos que no reaccionen con semblante de conocedores y hasta de cierta familiaridad al escuchar nombres de grandes figuras de la narrativa inglesa como Charles Dickens, William Somerset Maugham, Agatha Christie y Sir Arthur Conan Doyle. Baste que se pierda algo para que no falte quien jocosamente recomiende: ¡Hay que llamar a Sherlock Holmes!
Asimismo la cinematografía británica tuvo muy en cuenta a Cuba para una de sus más antológicas producciones, Nuestro hombre en La Habana, basada en la novela homónima de Graham Greene, y con Alec Guinnes en el papel protagónico. Su argumento es un reflejo de la situación imperante en el país durante el último año de (des)gobierno del tirano Fulgencio Batista.

CÓCTELES Y BARES
Formó parte del beber en la Isla el llamado draiquecito, draquecito o drequecito. Probablemente tiene su origen en una bebida combinada, muy gustada por los marinos ingleses, a base de ron, limón y otros licores. Dio en llamársele así a este presunto antecedente del Mojito, mezcla atribuida a la creación del mismísimo Drake. Se deduce haya sido por la intención de mejorar el fuerte sabor y difícil ingestión de la tafia, aguardiente y rumbullion, añadiéndole zumo de limón –rico en vitamina C, que generalmente acompañaba las travesías por mar para contrarrestar el escorbuto en las tripulaciones–, azúcar y hierba buena o menta.
Otro cóctel, pero con nombre de filibustero, es el Henry Morgan. Es el Cubanito, la versión cubana del universal Bloody Mary (aunque de probable creación francesa y referencia inglesa, por la reina María I de Inglaterra), con sustitución del vodka por el ron ligero, pero con empleo común de jugo de tomate, zumo de limón, salsa picante, pimienta, sal y salsa inglesa o Worcestershire.

¿Y EN LA GASTRONOMÍA?
En cocina profesional se utiliza la expresión «a la Inglesa», como término de cocción aplicado a carnes poco cocinadas, casi crudas. Sin embargo, no es usual llamar así a un tipo de servicio a la mesa, como se emplea internacionalmente. Viene a colación mencionar dos recetas cubanas que, con el permiso de los británicos, van cargadas de respetuosos propósitos y comunión cultural: «Sopita» inglesa y Rosbif a la Criolla (este término representa una transformación lingüística, al igual que de beefsteack a bistec o bisté, de una emblemática elaboración inglesa: el roastbeef).

CULTO PENDIENTE DE CUMPLIR
No se olvidan aquellos irrepetibles años 60 del siglo XX cuando los jóvenes polemizaban sobre cuáles eran mejores, si Los Beatles o Los Rolling Stones, pero, en realidad, solo los habían visto en casuales fotos y escuchado a través de vías no precisamente formales… Por suerte, no tardó mucho en que fueran asimilados los recién asomados talentos. Suerte de postergada consumación de anhelos, casi a plazos fijos, representó la progresiva inserción del polémico cuarteto de Liverpool en Cuba.
Al parecer, el advenimiento del segundo milenio hizo pensar más aceleradamente en un culto pendiente de cumplir. El 8 de diciembre de 2000 se inauguró una singular estatua de bronce de John Lennon sentado apaciblemente en un parque de la habanera barriada del Vedado, a apenas 50 m del centro nocturno Submarino Amarillo. Dos años después, se erigió una nueva figura del autor de Imagine en la playa de Guardalavaca, provincia de Holguín. Esta vez caminando descalzo por la arena, con los zapatos colgados de una mano.
Más tarde, en la segunda década del siglo XXI, abrieron tres bien logrados establecimientos temáticos: el bar-restaurante The Beatles, en Varadero; Yesterday, en la ciudad de Trinidad; y The Cavern, en Holguín. Los dos primeros cuentan con un impresionante conjunto escultórico de estos legendarios británicos. Pero la antesala de toda esta sucesión de remembranzas materializadas lo fue la visita a Santiago de Cuba del mismísimo Paul Mc Cartney con su familia, el 14 de enero de 2000, en el restaurante de cocina tradicional cubana El Morro. Tan grato acontecimiento queda perpetuado con una imagen esculpida en pátina de bronce en el sitio localizado junto a la patrimonial fortaleza de esta ciudad del oriente cubano.

«Sopita» inglesa
Ingredientes:
» Panetela seca: 1 unidad o pieza
» Natilla: 3 tazas
» Mantequilla: 2 cucharadas
» Frutas confitadas: ½ taza
» Ron: ½ taza
» Crema o licor de cacao: ½ taza

Elaboración / Preparation:
Cortar la panetela en pedazos de 1 cm de espesor. Añadirle la natilla, aún caliente y la mantequilla. Cuando esté fresca, incorporar las frutas confitadas. En un molde rectangular de aproximadamente 30 x 20 x 5 cm, depositar la tercera parte de la natilla y cubrirla con la mitad de la panetela. Bañarla con el ron y cubrirla con otra capa de natilla; y después, con el resto de la panetela bañada con la crema o licor da cacao. Por último, verter la natilla restante. Dejar enfriar bien. Puede cubrirse con merengue toda la pieza ya conformada y dorarlo al horno durante unos minutos. Da 12 raciones.

 

Cóctel Henry Morgan
En una coctelera, verter 30 mL de crema de leche, 30 mL de licor de Cacao, 30 mL de ron Havana Club (dorado) y trozos de hielo. Batir enérgicamente y servir colado en copa para cóctel. Espolvorear con canela molida y decorar con rama de canela. / In a cocktail shaker, pour 30 mL of milk cream, 30 mL of cocoa liquor, 30 mL of Havana Club rum (golden) and pieces of ice. Shake it vigorously and serve in a cocktail glass. Sprinkle with ground cinnamon and decorate with stick cinnamon.