- Un Maestro que siempre aprende.
“CUBA ESTÁ MÁS ABIERTA QUE NUNCA EN EL SECTOR GASTRONÓMICO Y ESA OPORTUNIDAD HAY QUE APROVECHARLA PARA APRENDER, CRECER, MARCAR UNA PAUTA Y DEFENDER NUESTRA CULTURA TABACALERA Y RONERA”
Cuenta que empezó desde bien abajo —justo así lo describe—, entre cajas y sacos en almacenes, limpiando y sudando. Luego en oficinas, alternando como dependiente gastronómico y estudiando a la vez, siempre con la vista en el horizonte. Entonces se hizo abogado, licenciado en Turismo, capitán de salón, especialista en alimentos y bebidas, y máster en Gestión Turística –casi nada–….la lista sigue y el espacio no alcanza. Pero todos los amantes de Habanos, en todas partes del mundo, conocen a Juan Jesús Machín por su condición de Campeón Mundial Habanosommelier y, más recientemente, por obtener la máxima distinción en esta misma especialidad: el título de Maestros de Maestros.
Por ello el encuentro se hace obligatorio, para conversar sobre tabaco y rones, para saber de trucos, de sacrificios, de lo que hay que saber y lo que no debe faltarle a un buen habanosommelier.
“Primeramente hay que amar la profesión, ser un apasionado del mundo de los Habanos. Pero también es fundamental la formación, tener un antecedente laboral en el ámbito de la gastronomía, dígase maitre, bartender, dependiente, para posteriormente cursar estudios de sommelería y luego de habanosommelier. La clave está en el estudio constante. Yo siempre estoy aprendiendo algo nuevo”, explica entre saltos y ademanes que ratifican su espíritu inquieto, el mismo que lo ha llevado a no dejar de aprender.
Quince torneos mundiales habanosommelier, cinco campeones cubanos, diez extranjeros. Vemos, digamos, una presencia importante de profesionales foráneos vinculados al tabaco y al ron cubano, multipremiados por su destreza y conocimiento. ¿Acaso peligra el dominio de Cuba en esta esfera?
No se puede venir a bailar a casa del trompo —afirma entre risas—. Ningún extranjero, y lo digo con todo respeto, nos puede hacer un cuento ni de ron ni de tabaco, como ningún cubano puede ir a Escocia a disertar sobre whisky. Hay muchos habanosommelier internacionales de gran prestigio, profesionales dedicados y comprometidos…pero al César lo que es del César. Nadie sabe de Habanos como los cubanos.
¿Tus Habanos predilectos?
El famoso Siglo VI de Cohiba; el Wide Churchill de Romeo y Julieta; y el Edmundo, de Montecristo…sin discusión.
¿Cuáles son las tendencias modernas y cómo se viven en Cuba?
—Cuba es el paraíso para fumar Habanos. Con la reciente ley antifumadores vigente en Europa, el consumo de tabaco en sentido general está muy limitado y esto hace que los amantes de los Habanos vengan a la Isla a deleitarse. Indiscutiblemente el Cohiba es el más demandado de todos, por su fama y su gran posicionamiento en el mercado, pero un Wide Churchill, o un Montecristo No. 2, no tienen absolutamente nada que envidiarle.
“Ahora están de moda el tabaco y el ron cubano, como una vez estuvo en el top el maridaje entre Habano y whisky. Pero se está explotando mucho la tetralogía en el momento de maridar, o sea, la relación entre Habanos, espirituosos, café y chocolate, todo después de disfrutar de un menú tradicional cubano. Igual se estila mucho actualmente la coctelería al momento de fumar. Un mojito con un Hoyo de Monterrey es una opción excelente para empezar una cena. Qué mejor que una Joyita de Montecristo, con un coctel Presidente o un Martini…o H. Upmann Half Corona con un Cubalibre.
Según las líneas y lo establecido en el mundo de los maridajes, existe una guía de cómo y qué combinar con Habanos. Sin embargo, ¿cuánto hay de creatividad e innovación en las propuestas de un habanosommelier, cuánto de ruptura a la hora de complacer y, por qué no, acuñar un estilo propio?
Hay que partir de que las combinaciones y los maridajes son de carácter puramente subjetivo. No se puede desestimar el criterio de expertos y conocedores cuando en cata especializadas la mayoría está de acuerdo con la unión de determinados aspectos organolépticos y características entre Habanos y bebidas. De ahí surgen las pautas, pero nunca está dicha la última palabra. El sommelier debe estar abierto a la iniciativa a la utilización de sus conocimientos para crear o proponer algo nuevo y sugerente, pero sobre todo, abierto al cliente, pues nuestra función primera es satisfacer al cliente y, por qué no, sorprenderlo. Eso es lo que diferencia a un buen profesional de un gran
habanosommelier.
“La innovación es parte del desarrollo. Por eso hay que estar abierto a la experimentación. Cuba, con su apertura en el sector gastronómico, ofrece una oportunidad que hay que aprovechar para aprender, crecer, marcar una pauta y defender nuestra cultura tabacalera y ronera”.