El Sitio Castillo del Morro, incluido en la Lista de Patrimonio Mundial, es un paisaje fortificado devenido en parque histórico cultural.
El Monumento al Cimarrón, de Alberto Lescay, rinde homenaje a siglos de rebeldía esclava en América Latina y el Caribe.
Mausoleo que guarda los restos del Apóstol de la Independencia de Cuba, José Martí, en el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia.

El paisaje histórico urbano generado por la ciudad fundacional, los arqueológicos cafetalero del Oriente Sur y subacuático, así como el Castillo del Morro San Pedro de la Roca, El Cobre y el Cementerio patrimonial Santa Ifigenia se constituyen en patrimonio material y memoria viva de la nación

Una rápida mirada a la ciudad, a través de una aproximación al patrimonio cultural acumulado en cinco siglos de vida dinámica y trascendente, permite visualizar e interpretar el Santiago de Cuba monumental, como savia nutriente de identidad y expresión elocuente de lo cubano.

Santiago de Cuba ha llegado a su quinto centenario como un territorio patrimonial excepcional, avalado por lo logrado en la creación, acumulación e integración de varios paisajes culturales a lo largo de su evolución histórica. En pleno siglo XXI se lleva adelante un programa de actuaciones, capaz de revitalizar su patrimonio paisajístico, urbanístico, arquitectónico y sociocultural; y lo enfrenta desde una práctica intencionada de puesta en valor, que le posibilita incrementar su visibilidad ante el mundo, garantizar la sustentabilidad de los proyectos y favorecer el bienestar de sus habitantes.Esta visión de manejo y gestión integrado del patrimonio resulta muy interesante dada la diversidad de los seis paisajes culturales tenidos en cuenta: el más importante, y que dio origen al resto, el histórico urbano generado por la ciudad fundacional; luego aparecen asociados: el fortificado representado por el Sitio Castillo del Morro San Pedro de la Roca, el arqueológico cafetalero del Oriente Sur, el asociativo El Cobre, el funerario del Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia y el arqueológico subacuático, todos relevantes y capaces de generar alto interés.

Contenedores culturales son estos paisajes; y a través de ellos se alcanza el conocimiento y disfrute de sus respectivos entornos geográficos, y la comprensión de la evolución del pensamiento y la actuación de santiagueros y santiagueras. Siendo como es la herencia más genuina de la cultura local, estos paisajes culturales se constituyen en patrimonio material y memoria viva de la nación cubana –contienen más de 30 monumentos nacionales, dos integrantes de la Lista del Patrimonio Mundial y una joya de la cultura inmaterial universal. Estos reconocimientos le aseguran un alto potencial para el desarrollo del turismo cultural.

La diversidad cultural constituye uno de los atributos que ofrece a todos el patrimonio de Santiago de Cuba; en consecuencia se brindan variadas opciones de uso, que organizadas y sistematizadas, conducen a una sucesión de experiencias visuales y de interpretación, que garantizan su conocimiento y disfrute. Hoy se ponen en práctica diversos itinerarios culturales que promueven el intercambio y la comunicación entre los paisajes culturales y que brindan una variada programación de actividades.

Visitar el paisaje histórico urbano de Santiago de Cuba es una opción ineludible dada la capacidad de la ciudad histórica de concentrar valores esenciales de la cultura material y espiritual de los santiagueros. Al mestizaje étnico y cultural se une la fisonomía de su arquitectura evolucionada, la riqueza en matices del paisaje urbano y el sello particular que la historia estampó en sus sitios y monumentos. Santiago representa una ciudad viva, alegre, espontánea y sugerente, que posee el don de sorprender al doblar de cada esquina y en cada una de sus plazas, parques y paseos donde se viven cada día experiencias culturales de fuerte arraigo popular. En ella se da un estrecho vínculo con la naturaleza circundante, uno de los caracteres que singularizan la imagen del paisaje urbano.

La ciudad viene fortaleciendo su capacidad receptora y distribuidora de visitantes y turistas que arriban interesados en conocerla y persiguiendo ofertas para el disfrute del resto de los paisajes que existen en su entorno inmediato, como el Sitio Castillo del Morro, un paisaje fortificado devenido en parque histórico cultural.

Incluido en la Lista del Patrimonio Mundial, su puesta en valor brinda la oportunidad de la apreciación plena de sus instalaciones al vincular la visión de las fortificaciones coloniales con el azul del Mar Caribe. Allí se revelan historias y leyendas de piratas y corsarios, de combates y batallas entre imperios que conmovieron en su tiempo a la humanidad.

Precisamente a lo largo de este ámbito del litoral santiaguero se encuentran dislocados los pecios resultantes del combate naval de 1898, cuando fue hundida la flota del almirante español Pascual Cervera y Topete. Recorrer los parajes donde se localizan estos barcos que yacen en las profundidades, la observación de torretas y cañones que emergen del nivel del mar, el acercamiento a estos mudos testigos del fin de un imperio, son claves para entender ambos paisajes entrelazados por su emplazamiento en un mismo escenario, y que integran un conjunto patrimonial de excepcional valor histórico.

La conexión entre el paisaje histórico urbano, el paisaje fortificado y el parque arqueológico subacuático se logra por tierra a través de la carretera turística que bordea la bahía y la carretera del Morro; por mar está la opción de hacer el recorrido en una embarcación que transite por el canal de la bahía y el frente del litoral santiaguero.

Otro paisaje con vínculos tradicionales con la ciudad de Santiago es El Cobre, un paisaje asociativo relacionado con la minería, la esclavitud y la religión. Todo cubano tiene entre sus aspiraciones culturales el visitar este sitio cargado de energía positiva, donde se venera la Virgen de la Caridad del Cobre. A ello se suma su condición de antiguo poblado asociado al mineral de cobre, cuya explotación fue realizada durante siglos con fuerza esclava traída de África –muchos no tardaron en rebelarse y convertirse en cimarrones.

Llegar al Santuario Nacional, apreciar los rituales que se derivan de la devoción, caminar por el poblado, dirigirse a las antiguas minas, subir al Monumento al Cimarrón, entre otras opciones de sincretismo, propician una experiencia cultural interesante y genuina que se completa en el contacto con la artesanía y el encuentro con los vecinos de esos parajes que viven en un mundo íntimo e intenso.

Lleno de emociones aparece asimismo el paisaje arqueológico cafetalero localizado en las estribaciones de la Gran Piedra. Aquí se integran los componentes de un paisaje cultural, Patrimonio de la Humanidad, con los de un paisaje natural exuberante y de alto impacto. Para quien sueñe con disfrutar la naturaleza en grande ese es el lugar ideal, a lo cual se añade el privilegio de reconocer el patrimonio cultural que representan las antiguas haciendas cafetaleras, a las que se accede por medio de la carretera de Siboney, vía que se emplea además para adentrarse al Gran Parque Baconao, donde se pueden hallar variadas opciones de sol y playa, de ocio y recreación.

Impresiona, por su parte, el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia, el paisaje del silencio, del mármol y el granito entre angelotes, madonas y crucifijos. Encuentro inusual con la historia y el arte, museo a cielo abierto, recorrer sus laberintos entre tumbas y panteones provoca singulares apreciaciones sobre la vida y la muerte. Lugar de cita espiritual con el Héroe Nacional José Martí, con grandes de la historia patria como Carlos Manuel de Céspedes, Guillermón Moncada, Flor Crombet, José Maceo, Mariana Grajales, Frank País, los jóvenes asaltantes al Moncada y muchos otros que forjaron la identidad del pueblo cubano.

Vivir y sentir el Santiago monumental es vivir y sentir un auténtico acercamiento al Caribe, a lo profundo de Cuba; es sentir a flor de piel cuánto tiene que decir esta ciudad que se muestra orgullosa de su historia y de su gente, de su cultura y patrimonio.
Con estas páginas va nuestro homenaje a la ciudad de Santiago de Cuba, cinco veces centenaria y por siempre bella y heroica.