Este Ron está diseñado como un producto que evoca al aguardiente tosco y áspero, anhelado por los corsarios y piratas que asolaban las costas cubanas, la llamada Isla del Tesoro, entre los siglos XVI y XVIII, y que atesoraban como una parte más del botín saqueado en los alrededores del Mar Caribe y el Golfo de México. 

De más está decir que el aguardiente ya no es el mismo de antaño, agresivo y repulsivo al paladar, sino uno muy envejecido y tratado con un cuidado y esmero inimaginables. El Ron Isla del Tesoro contiene un alma pura, entregada, refinada, fuerte de espíritu, pero suave para acariciar con elegancia nuestras sensaciones olfativas y nuestras papilas gustativas. 

Es una mezcla de bases de rones muy añejados en el tiempo, en preciados “cofres preciosos”, que engendran una vez más la “joya maravillosa” del Ron Cubano, nacido de la sabiduría, la entrega y el quehacer de la pujante Industria Ronera de Santiago de Cuba, con más de 150 años dedicados a la fabricación del genuino “Ron de siempre”. Forma parte de la generosidad y el talento acumulado de varias generaciones de Maestros Roneros santiagueros, nacidos y educados en la “Cuna del Ron Ligero”.

También mostramos un producto con una imagen sui-géneris, envasado en un porrón de cerámica de color arena, que se coloca en un cofre de madera preciosa elaborado artesanalmente al estilo de aquella época. Llega al mercado en cajas que contienen 4 cofres con sus respectivos porrones, todos enumerados. 

Se trata de una verdadera joya que representa a la tradicional Isla del Tesoro, y que la Industria Ronera de Santiago de Cuba tiene el gusto de presentar, a sabiendas de que la cultura del ron de esta ciudad forma parte indisoluble de la cultura cubana.