Justo así, el polivalente urbano español viene a demostrar que todavía le queda mucha guerra por dar en el mercado con esta versión deportiva, que junto a las carrocerías de cinco y tres puertas (denominada Sport Coupé) incorpora la familiar ST, hasta ahora inédita. Mucho más dinámico y moderno, el Ibiza FR subraya entonces su perfil atlético con una parrilla más agresiva, un paragolpes ligeramente más anguloso y llantas de perfil bajo, pero sobre todo con las nuevas ópticas oscurecidas con boomerangs de tecnología LED, mientras los faros antiniebla con función de alumbrado en curva también se han reestructurado como los pilotos traseros.
Aunque en el interior no se aprecian cambios profundos, igual se nota que SEAT ha trabajado para lograr una sensación de mayor calidad y refinamiento, gracias a la utilización de materiales de tonos más oscuros.
Sí cabe resaltar, en cambio, que la gama FR se enriquece en esta segunda etapa comercial con motores más pequeños. De modo que, a diferencia de lo que sucedía desde 2009, no se limitará al equilibrado 2.0 TDI de 143 CV y el 1.4 TSI de 150 CV asociado al cambio DSG, toda vez que sumará los 1.2 TSI y 1.6 TDI de 105 CV para llegar a esa porción del público a la que no le importa que una estética deportiva no implique una gran potencia bajo el capó. Fórmula que el fabricante español ya probó con el León el año pasado y le ha funcionado realmente bien.