Turismo e Internet
La industria del ocio navega plácidamente sobre las corrientes del ciberespacio.
Sobre la alcoba del comercio electrónico, la industria del turismo e Internet llevan un matrimonio muy feliz. Actualmente alrededor del 80 % de las reservaciones de hotel se hacen a través de la red mundial para beneplácito de empresas hoteleras, agentes de viajes y turistas. Solo en España, según reportes de 2010, se destacan por su presencia en el ciberespacio sectores como el hotelero (94 %), del turismo rural (88 %) y logístico (85 %). La explosión de la telefonía móvil se ha encargado de materializar esta alianza y multiplicarla –44 % de los turistas que usan Internet en el celular durante sus viajes, lo emplean para encontrar alojamiento, cambiar el que tienen o explorar otras posibilidades en el destino. Asimismo, la red de redes es instrumento esencial en la presentación y promoción de las empresas del sector, y para el marketing y comercialización de sus ofertas. Eso, sin contar las aplicaciones informáticas utilizadas en línea, en particular las de ofimática, facturación y contabilidad. El hecho de que el turismo sea una actividad interterritorial, ha provocado que sea una industria muy atractiva para el desarrollo de tecnologías de comunicación e información a distancia. Además, al involucrar ocio y entretenimiento, necesita basar su promoción en medios audiovisuales que resulten convincentes y pregnantes. Por eso ninguna otra tecnología hasta hoy ofrece al sector de los viajes tantas ventajas como Internet, al punto de cambiar los esquemas de comercio y de competencia, para tejer una economía capaz de funcionar las 24 horas del día, los 365 días del año, en cualquier lugar del mundo. Fue en 1960 cuando las aerolíneas crearon los primeros sistemas de información, entonces capaces de reservar solamente boletos de avión. Hubo que esperar una década para que fueran instalados en las agencias de viajes. Por entonces, el único contacto que tenían las empresas hoteleras con los sistemas de información era mediante un mecanismo central computarizado de reservaciones que solo poseían las cadenas Holiday Inn y Sheraton, más otros cinco hoteles independientes. Esta situación cambió totalmente a partir de los pasados años 80. Los sistemas creados por las aerolíneas fueron capaces de hacer reservaciones de hotel y se les dio el nombre de Sistemas Computarizados de Reservaciones. Tiempo después surgieron los Sistemas Globales de Distribución (GDS, sus siglas en inglés), poderosa herramienta de mercadotecnia que es aprovechada por empresas de hospedaje de cerca de 125 países para promover y comercializar sus productos. Mediante esta base de datos los agentes de viajes tienen acceso a información actualizada y precisa sobre las diferentes infraestructuras que están disponibles, señalar un hotel en un mapa y hasta lograr un acercamiento detallado a un área seleccionada. A nivel mundial, los principales GDS son Galileo, Sabre, Amadeus, Worldspan, System One y Book Hotel. Con las nuevas tecnologías se ha logrado, además, conocer mejor las necesidades de los clientes, ofrecer una mejor entrega del servicio, llegar a un mayor número de personas, optimizar los recursos y aumentar su eficiencia.
Turismo 2.0 El auge de Internet 2.0 y las redes sociales (Facebook, Twitter, Orkut…) ha influido sensiblemente en el sector, movilizando a las empresas hacia esa cosmografía de la web. Y si bien estas no han entrado profundamente, las más avezadas empiezan a diseñar servicios allí, así como a monitorear el llamado mercado de generación de contenidos por parte de los usuarios. Un comentario en una de estas redes, por ejemplo, respecto a la disparidad de servicios hoteleros de una misma cadena –estos ubicados en diferentes locaciones–, puede desvalorizar una marca. El nombre corporativo, se sabe, invita a suponer que el servicio es homogéneo y estandarizado en cuanto a la calidad ofrecida en cualquier rincón del mundo. En los últimos tiempos han aparecido las llamadas guías sociales como son Gowalla y Foursquare, focalizadas en el mercado de los viajes. También se han multiplicado los blogtrips, que son viajes de familiarización a un destino relatados por blogueros y personas influyentes a través de las redes sociales y páginas propias. Ellos, muchas veces, ni siquiera se valen de la organización e infraestructura establecidas de la industria turística. Así, los usuarios de las redes sociales se han convertido en los primeros orientadores de los servicios turísticos con un contenido de alta calidad para compartirlo con sus contactos, convirtiéndose en prosumidores, término con el que ya se define esa dualidad de productores y consumidores. Mientras, a diferencia de décadas atrás, el turista, una vez que ha seleccionado su destino vacacional, emprende una búsqueda exhaustiva en línea para comparar precios y condiciones del producto turístico, sirviéndose de buscadores, metabuscadores, agregadores o webs comparativas. Según un reciente estudio de Google y OTX «Travellers road to decission», Internet es la primera fuente de consulta en el proceso de decisión de los viajeros, quienes antes de comprar interactúan con videos turísticos, fotos y material informativo de diversa índole. La mayoría les aprecia como fuentes objetivas y veraces, por lo que influyen de manera categórica en la decisión de compra de los usuarios-internautas. Un mercado tan poderoso como el alemán, que con poco más de 80 millones de habitantes registra una emisión turística de 70 millones de viajeros anuales, tiene en Internet y en las redes sociales, las principales fuentes de consulta, información y comercialización turística; muy por encima de agencias de viajes, ferias, guías turísticas, amigos o revistas especializadas. Para América Latina, también la red de redes se ha convertido en herramienta esencial. Con un dinamismo económico que atrae cada vez más inversores –el crecimiento estimado es de más de 4 % en 2011–, la región ha ponderado especialmente áreas tecnológicas claves como el comercio electrónico –que de 21 800 millones de dólares en 2009 debe pasar a 34 500 millones a fines de 2011, según Visa–; al tiempo que sobre esa propia plataforma mejora su posicionamiento en el segmento de negocios y reuniones, liderado por Argentina y Brasil. Internet, las redes sociales y la telefonía móvil on line, manifiestan los expertos, han sido vitales para reorientar la percepción internacional sobre los países latinoamericanos en materia de turismo; y en este sentido se les atribuye un papel esencial en cuanto a la promoción y diversificación de destinos y productos, para lograr mayores índices de captación y repetición de turistas, mejores índices de comercialización, nuevos segmentos de públicos y mercados.