Vinos: a la reconquista de apetitos y mesas
Cuando se habla de vinos, hay quienes prefieren echarle un vistazo al pasado en busca de las tradiciones arraigadas, los gustos ya probados, los clientes seguros por la fuerza de la costumbre, deseosos de disfrutar de la calma de saber lo que quieren y cómo lo quieren. Otros, en cambio, son más futuristas e intentan sorprender todos los días con una novedosa técnica, un producto transgresor, un sabor atrevido.
Lo cierto es que, independientemente de elegir uno u otro bando, en el mundo se empieza a reconocer una preferencia por vinos menos pesados, menos alcohólicos, con menos extracción, sin sobremaduraciones ni dulcedumbres. Se trata de un producto más ligero, fácil de beber, más afinado y elegante que conquista cada día a consumidores de diferentes segmentos y edades.
El consumo de esta bebida ha renacido en países como Cuba. Poco a poco regresa del prolongado destierro al que lo condenaron bebidas de embriague y temple como el ron, desde que los piratas y marinos prefirieron la destilación fermentada de la caña de azúcar, antes que la antiquísima poción resultante de la uva. La bebida alcohólica más antigua del mundo se resistió a morir y hoy reconquista un espacio y un gusto que nunca se perdió por completo, y que permanecía dormido en algún recóndito lugar del paladar y la memoria.
En esta nueva entrega de Excelencias Gourmet, fresca, con penetrantes olores y sabores, proponemos apenas una aproximación al tema, un punto de partida a este mundo inagotable y fascinante donde el consumidor tiene la última palabra.
Wines to the Conquest of Appetites and Tables
When it comes to wines, some people prefer to look back in search of well-rooted traditions, established tastes, patrons confident in their customs and willing to revel in the peacefulness of knowing what they want and how they want it. Others, though, are far more futurists and try to bring up surprises everyday with new techniques, transgressing products and bold tastes.
The fact of the matter is that either way, the world is beginning to recognize a preference for lighter, less alcoholic wines that have undergone no over-aging or sweetening processes. It’s all about a much lighter, easier-to-drink product, a fancier and more refined beverage that’s catching on among consumers from different age groups and segments with each passing day.
The intake of this drink has been born again in countries like Cuba. Little by little, drinks that were once discarded and doomed as intoxicating and strong-tasting beverages are making a comeback since pirates and sailors chose the distilled end product of fermented sugarcane over the end result of mashed grapes. The world’s oldest alcoholic drink refused to perish and is now conquering new spaces and preferences it never lost altogether. They had simply remained dormant in some remote palate and in the memory.
In this new issue of Excelencias Gourmet, fresh and teeming with new scents and tastes, we bring readers closer to this topic. It’s all about a starting point for this endless and fascinating world in which consumers have the last say.