Durante los últimos años ha habido un aumento de la competitividad de México en el mercado global de congresos.
Bueno que haya titulares de Turismo cercanos a la Industria de Reuniones como pasa en Ciudad México.

El Gobierno de México, en su nueva administración, ha tomado una serie de decisiones relativas al sector de viajes y turismo que impactarán, de una u otra manera, en la forma de interrelacionarse los actores de las diferentes actividades que se vinculan con él. 

Durante estos últimos años, ha habido una reorganización, consolidación y reconocimiento relevante alrededor de la industria de reuniones, de las organizaciones que la representan, así como un aumento de la competitividad de México en el mercado global de congresos, convenciones, exposiciones y viajes de incentivo grupales. 

Estas dos circunstancias abren varias avenidas de oportunidad es que, en mi opinión, deben aprovechar los jugadores de esta vibrante y rentable industria: 

Primero demostrar, de una vez por todas, que aunque esta actividad de reuniones se intercepta con la industria turística (en algunos de sus proveedores, en la promoción de los destinos, en la generación de divisas), que su conformación, impacto e influencia abarcan muchos más sectores como el educativo, científico, económico y cultural. Por lo tanto, ante la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México (que era el que apoyaba más abierta y generosamente a esta actividad) se abre para los líderes de este pujante sector, la posibilidad de ir buscando interlocución en otras dependencias y organismos en los gobiernos federales, estatales y municipales. 

En segundo lugar, los destinos de México tendrán que enfocar certeramente sus baterías promocionales hacia grupos de turistas más rentables en términos de estadía y gasto promedio, ante la eliminación de los programas cooperativos y subsidios en herramientas de difusión y plataformas comerciales (ferias especializadas). Sin duda, el índice de costo/beneficio del mercado de reuniones resulta muy favorecedor para los organismos de promoción de destinos, porque para atraer eventos se requieren acciones precisas de investigación de mercados, caravanas promocionales, atención a visitas de inspección y participación en plataformas comerciales (tiros de precisión) y no publicidad masiva (escopetazos), pues esta no desempeña un rol importante para influir en la decisión de organizadores. Por lo anterior, el gasto promocional es proporcionalmente menor al requerido para la atracción de turistas de placer. 

Por último, es necesario seguir equipándonos y profesionalizándonos: todas las organizaciones de la industria, representadas por su cúpula que es el COMIR (Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones), sin excepción, destinan una buena cantidad de sus esfuerzos en la capacitación, profesionalización y certificación de capacidades de sus integrantes. Esta obsesión por la mejora continua se vuelve una ventaja competitiva con otros sectores, lo que hace que se generen relaciones de confianza más sólidas y duraderas con los actores de la demanda. 

Por otro lado, si sumamos a esa circunstancia el equipamiento que los destinos de México ya tienen en recintos, hoteles con infraestructura para reuniones y operadores especializados, será muy fácil posicionarnos tanto en los mercados nacional e internacional, como hacia adentro de la comunidad receptora. 

No me cabe duda que México tiene todo para convertirse y mantenerse como uno de los líderes globales de la industria de reuniones. Las circunstancias, aunque retadoras, nos están dando la pauta. 

Las reuniones en los destinos sí generan divisas, empleos y producen cuartos noche, pero más importante aún,  a través de las reuniones se importa conocimiento, se realizan actividades de responsabilidad social, se atrae talento y se mejora la reputación académica, científica, económica y turística del país.

Oportunidades en el Nuevo Orden

 Todo cambio de paradigmas presenta una oportunidad y me parece que el relativo al nuevo orden institucional en México pudiera ofrecer alternativas interesantes para nuestra industria. 

Se debe reconocer que lo anterior no es gratis del lado del sector, ya que este se ha preparado como ninguno para hacer valer su contribución a la economía de México, y se ha organizado para seguir profesionalizando a sus integrantes y atraer, operar o albergar eventos en nuestros destinos. Contamos con un visible y reforzado COMIR, así como con organizaciones en lo individual que hacen un excelente trabajo especializado y focalizado en materia de educación, networking y generación de oportunidades de negocio. 

En cuanto al contexto, el que existan (o estén por entrar) ya varios titulares de Turismo en los Estados, que provengan o hayan estado muy cerca de la Industria de Reuniones, desde luego que nos asegura que se priorizará su atención en dichas entidades. Al menos, estamos hablando de la Ciudad de México, Tamaulipas, Zacatecas, Campeche, Yucatán y Guanajuato. 

Algunos Estados están ocupándose de dimensionar la relevancia económica de la Industria de las Reuniones para así poder, con conocimiento de causa, diseñar las mejores políticas públicas para su atención. Así ya contamos con mediciones (diferentes ejercicios fiscales, misma metodología) para la Ciudad de México, Querétaro, Jalisco, Nuevo León, Estado de México y Baja California Sur. 

Otro grupo de destinos para reuniones, a través de sus oficinas de convenciones, han enfocado ya sus baterías para alinearse con distintos clústeres industriales y comerciales para mediante los sectores económicos atraer eventos a sus instalaciones y atractivos. 

En los últimos años, el CPTM (Consejo de Promoción Turística de México) echó a andar algunos mecanismos de involucramiento comunitario como lo es el Programa Nacional de Embajadores para Congresos o el Comité de Postulaciones para Eventos Internacionales que valdría la pena fueran aprovechados por los miembros de la industria en su conjunto. 

No podemos olvidar tampoco que en México ya se lleva a cabo una de las plataformas especializadas más importantes de la región (IBTM Américas) que debemos reforzar y seguir utilizando como puente para conectar a los profesionales del sector en todo el continente. 

Han arrancado nuevos Gobiernos tanto a nivel Federal como en diferentes entidades que, aunque con cambios profundos en los paradigmas, pueden presentar nuevos escenarios para nuestra industria, siempre y cuando «tomemos al toro por los cuernos», olvidemos esquemas paternalistas del pasado y seamos los conductores de ese futuro promisorio que se vislumbra.