José Carlos de Santiago

Muchos medios de prensa internacionales llaman hoy a Cuba el “país de moda”.
El rotativo norteamericano The New York Times dio la primera clarinada  cuando aún nadie imaginaba el curso que tomarían los acontecimientos, al colocar a Cuba en el segundo lugar de sus 52 destinos recomendados para 2015. Lo que pasó después confirmó que aquella sugerencia podría ser algo más que un rating turístico.
 El apretón de manos entre  la Isla y los Estados Unidos, tras más de medio siglo de distanciamiento, ha cambiado el curso de la historia en el ámbito político, económico, social y especialmente para el turismo.
Aunque por ahora lo más firme no llega más allá del interés mostrado por empresas y compañías norteamericanas de acceder al mercado cubano, con todo va más lejos del poco esperanzador panorama de antes.
Una apertura de Cuba al mercado turístico estadounidense tendría un efecto dinamizador sobre acciones que otras economías puedan emprender para reforzar los vínculos comerciales ya existentes con la Mayor de las Antillas, ahora con el incentivo de aprovechar una coyuntura a todas luces prometedora.
La esperada irrupción de empresarios y turistas estadounidenses podría encontrar -para cuando se concrete- una infraestructura más o menos favorable a partir de las facilidades creadas por la nueva Ley de Inversión Extranjera. Y es en ese contexto donde el turismo se prevé como uno de los sectores más atractivos.
Incentivos fiscales, un cuerpo legal seguro y transparente; estabilidad política, social y jurídica; la posición privilegiada de la Isla en el centro de un mercado en expansión, complementan las tradicionales virtudes que han hecho de este un país  invariablemente exótico por su clima tropical, la calidez e instrucción de su gente; una vida cultural intensa y sus valores naturales, históricos y patrimoniales.
Pero corresponder a todas esas expectativas implicaría para Cuba la necesidad de diversificar aún más su producto turístico, de manera que pueda satisfacer a nuevos clientes que busquen en el país esos otros incentivos, más allá de las bondades naturales del trópico.
Dedicada a la náutica –una modalidad con grandes potencialidades pero poco explotada hasta el momento en la Isla– y a Italia, como país invitado de honor, la XXXV Feria Internacional de Turismo, FITCUBA 2015, será escenario propicio para promover intercambios que favorezcan la diversidad como estrategia.
En cuanto a Italia, tercer emisor de visitantes a Cuba y con unas 40 empresas radicadas en la nación, se erige como un importante nicho de mercado para el desarrollo de productos como la náutica y los clubes. La Expo Gourmet que se une a la Expo Naútica –ambas previstas para esta feria– hará honor a la influencia del meridional país europeo en la tradición culinaria cubana.
Jardines del Rey, un destino que se renueva con importantes inversiones no solo en el campo hotelero sino también en el extrahotelero, será la sede del evento. El destino registró en marzo pasado 9 000 visitantes como promedio en un solo día, las cifras más altas en dos décadas, que lo colocan como uno de los más demandados del país.
Con este monográfico dedicado a Cuba, Excelencias Turísticas del Caribe y Las Américas pretende hacer una contribución a esa buscada apertura a nuevos horizontes turísticos, con múltiples miradas que permitan aquilatar las muchas dimensiones que en el orden natural, cultural, histórico y patrimonial, entre otros valores, tiene el producto turístico cubano.