Chile, el país más largo del mundo, atesora lugares fascinantes para el viajero curioso. Tierra del poeta Pablo Neruda, es referente global por ser la nación donde se han encontrado las momias más antiguas de la historia; en el que se localiza el desierto más seco del planeta (Atacama) y la mina de cobre y oro más grande excavada en superficie (Chuquicamata).  La nación con récords gastronómicos sorprendentes es donde más se consume pan en Latinoamérica y donde, en mayo de 2017, se realizó el partido de fútbol más extenso a nivel mundial. 

Las enigmáticas esculturas en piedra Moáis de la Isla de Pascua, la sofisticada ciudad capital, la joya del Pacífico Valparaíso, el Parque Nacional Torres del Paine, las fantásticas playas…Chile puede ser, sin dudas, uno de los destinos turísticos más atractivos de América del Sur por su variopinta geografía, sus paisajes naturales y sus delicias ancestrales.

Sin embargo, y por si fuera poco, Chile se ha convertido para argentinos, uruguayos, paraguayos y otros de Sudamérica en el punto de referencia para las compras, pues sus ofertas de productos y precios son muy atractivas, en comparación con el resto de los territorios de la región. 

A sus dos zonas francas o puertos libres de impuestos (Iquique y Punta Arenas) se puede viajar a encontrar todo aquello que se desee y además, en todas las urbes chilenas  las necesidades y antojos pueden satisfacerse en gigantescos centros comerciales o malls, conformados por tiendas de todo tipo. Los más famosos por la calidad de sus ofertas y las opciones de venta son el Apumanque, el Parque Arauco y el Mall Alto Las Condes en Las Condes. En barrio Providencia está el Costanera Center, con seis pisos y tiendas por departamento, como Falabella y Ripley. Las marcas de lujo internacionales están en la calle Alonso de Córdova, en Vitacura. 

Desde el punto de vista comercial, Chile es un edén, pues se mantienen vigentes tratados de libre comercio con China, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos, lo que permite que los artículos importados de esas naciones son hasta 70% más económicos que los que podemos encontrar en Argentina, por ejemplo. ¿Quién no cruzaría entonces la cordillera o tomaría un avión, tan solo para hacer sus compras un fin de semana? Solo que hay que tener paciencia porque en determinados días y horarios, atravesar la frontera puede generar una espera de tres o más horas.