Ismael de la CaridadEl arte que le hace vivir
Para este artista y diseñador, la creación llega en una fusión del arte y la moda, como una mirada tridimensional de las pasarelas y su magia.
Escenografía, luces, colores y vestir se conjugan en la obra y quehacer artístico de Ismael de la Caridad, en una trayectoria plagada de méritos y premios de los que él con una modestia muy natural prefiere no hablar. Así llega el artista a la nueva edición del evento Arte y Moda 2010, donde nos trae un diseño inspirado en el segmento La Ninfa, de la opereta La Viuda Alegre, un vestido confeccionado completamente a mano, que recrea los colores de las plumas del pavo real –especie de adoración, no obsesión para el artista–, y que ha trabajado con lamé, piedras semipreciosas y tul. Este diseñador puramente cubano ha compartido escenarios con figuras de la talla de Rosita Fornés, la gran vedette de Cuba, de quien confiesa aprendió mucho, «pues es una mujer integral que todo el tiempo transmite enseñanzas». Aún se habla de aquella mitológica Mujer Pavo Real, que creó junto a la artista Zaida del Río, la cual conquistó premios y el deslumbramiento de críticos, diseñadores y amantes de ambos mundos de la creación humana. Otros importantes creadores de la plástica cubana como Ileana Mulet, Sosabravo y Carlos Guzmán, se han unido a su imaginación para llevar una obra en la que se entrelaza con la moda, reconocida en Cuba y a nivel internacional. Génesis de un creador Ismael comenzó como modelo a los catorce años, pero el futuro previsible en esa profesión se volvía cada vez más pequeño para el mundo que él soñaba. «Aquí descubrí el hilo conductor para adentrarme en otros perfiles y empecé a relacionarme con los diseñadores: sentía que tenía un gusto que debía ser orientado», confesó. Su historia como «pensador de la moda» se inicia de forma rudimentaria desde casa, cuando diseña para su mamá. Entonces comienza a trabajar en un taller del Fondo Cubano de Bienes Culturales donde da rienda suelta a su imaginación en la confección de diseños propios con elegantes estampados. Todo ello le confirmó, como él advierte, que si vives con energía positiva, «todo será positivo». Tal es así que desde este modesto escaño estudia, investiga, se adentra en la década de los 80 que considera un período de orientación y consolidación. «Es cuando entiendo que mi necesidad era la moda en todo su mundo creativo», cuenta. Uno de sus más espectaculares diseños escenográficos apareció en los años 90, en una etapa de dura crisis económica para Cuba, tiempos que exigían alta creatividad. Con capas de agua de varios colores creó los vestuarios para una gran gala en el teatro Karl Marx. Otro de los momentos de gloria de Ismael fue en el teatro Mella, institución que llegó a convertirse en el centro de los grandes espectáculos y revistas musicales del momento en La Habana, donde engalanó complejas presentaciones y trabajó junto a Roberto Morales en el diseño escenográfico y de vestuario. Criollo y elegante Devoto de la Caridad del Cobre, lo que declara con un orgullo recurrente, Ismael lleva a sus diseños los íconos de la cultura cubana. Aún se recuerda la colección en que conjugó los elementos de la religión orisha con el vestir más sofisticado y elegante. Con este estilo recreó La Virgen del Rosario en la pasada edición de Arte y Moda, evento del que es uno de sus padres reconocidos. Sus colores, símbolos de la cubanía, causaron sensación en el más crítico público. Así este soñador sigue asombrando a quienes le conocen. Conocimiento y perspicacia hacen de su obra una mezcla exquisita que marida su talento artístico desde las artes escénicas, el diseño de moda, el canto y hasta la actuación. Y es así que, como sincera expresión de agradecimiento y una extraña necesidad de volver al mundo de las artes escénicas, preparó su nueva obra inspirada en La Ninfa de La Viuda Alegre para, en parte, «devolver al teatro todo lo que me enseñó».