La Novia del Atlántico
El primer punto de interés es la ciudad en sí misma con su colorido barrio colonial lleno de casas de madera. Pequeñas viviendas que han sido restauradas pero conservan su fachada auténtica y sus estilos victoriano y colonial español. En la ruta no puede faltar una parada en el Parque Central, con su gran glorieta, símbolo arquitectónico de la ciudad, y mucho menos una visita a la Catedral San Felipe Apóstol de marcado estilo art deco, emplazada en el casco colonial.
A pesar de su ambiente de vida pausado y provincial, su gente siempre tiene una sonrisa y un merengue a flor de labios para regalarle al visitante. Porque si de algo presume la ciudad es de su amor por el género. Para comprobarlo lo mejor es visitar Puerto Plata en agosto, cuando se celebra el Festival del Merengue y la ciudad vive durante diez días al ritmo de esta música contagiosa con sus ferias artesanales, actividades marítimas y quehacer cotidiano.
Puerto Plata es popularmente conocida también como la Costa del Ámbar. ¿De dónde viene el nombre? Simplemente su costa está llena de esta resina vegetal fosilizada
En la ruta no puede faltar una parada en el Parque Central, con su gran glorieta, símbolo arquitectónico de la ciudad, y mucho menos una visita a la Catedral San Felipe Apóstol de marcado estilo art deco, emplazada en el casco colonial.
Al atardecer no dudes si te proponen un paseo por el malecón, de más de 6 kilómetros de longitud, para refrescar del sol implacable del trópico, verla estatua de Neptuno y seguir el recorrido hasta el Fuerte y la Fortaleza San Felipe, una de las primeras en América y mejor conservadas en la actualidad.
Construida en el siglo XVI para defender a la isla de posibles invasiones, la Fortaleza de San Felipe —declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO— es ahora un interesante museo que alberga una exposición de fotografías históricas, armas y cañones utilizados en las batallas por la independencia. Más adelante se encuentra el Faro de Puerto Plata, inaugurado en 1879. Esta construcción de hierro fundido y con una cota de 24,4 metros, resulta única de su tipo en el Caribe y desde ella la vista del mar sobre el atardecer es un privilegio.
Puerto Plata es popularmente conocida también como la Costa del Ámbar. ¿De dónde viene el nombre? Simplemente su costa está llena de esta resina vegetal fosilizada y cuenta con uno de los museos más singulares del mundo: el Museo de Ámbar de Puerto Plata.
Una de las vistas más hermosa de la ciudad es la que se observa desde lo alto del Pico Isabel Torres, en el Parque Nacional del mismo nombre, hasta cuya cima se puede subir en teleférico y desde allí contemplar una fabulosa panorámica de la bahía. En este sitio está ubicada una réplica del Cristo del Corcovado de Río de Janeiro, enmarcada en un bosque de palmeras y helechos. Para aquellos que gusten de la naturaleza, este paseo realizado a caballo es ideal para observar infinidad de plantas y pájaros, algunos endémicos de la isla.
En sus alrededores, tanto hacia el este como el oeste, hay abundantes playas, que aunque resultan menos espectaculares que las del occidente del país, también atraen al visitante por sus arenas blancas o doradas -de ahí su otro sobrenombre de Costa Dorada. Al este destaca el complejo Playa Dorada, el primero en construirse en la República Dominicana y que sirvió como modelo al que luego se desarrollaría en Punta Cana. En esa dirección también encontrará Sosúa, colorida población donde conviven lugareños e inmigrantes europeos, y que se ha hecho famosa por sus arrecifes de coral y la excelente gastronomía local.
Al oeste se suceden urbanizaciones más reducidas en Costámbar y Luperón. Aquí nunca estarás lejos de algún pueblecito interesante y cada playa que veas será diferente a la anterior, sin embargo, todas te permitirán disfrutar de un día de mar a la sombra de verdes cocoteros y probar una gran variedad de frutas tropicales y exquisitos chicharrones de cerdo.
Una propuesta atractiva será la visita al parque interactivo más grande del mundo, Ocean World Adventure Park, el lugar perfecto para disfrutar de un encuentro con el mundo marino. Su atractivo principal es nadar con delfines o alimentarlos y tocarlos desde muy cerca. También dispone de un tanque construido fuera del mar para interactuar con tiburones y una piscina con más de 300 peces. En Ocean World Aventure Park apreciará también el show de los leones marinos y otras valiosas especies como las mantas.
En un radio de 50 km hay lugares tan espectaculares como los Saltos de Damajagua o el Parque Nacional Caño de Estero Hondo. Dicen sus habitantes, orgullosos de su gran fábrica de Ron Brugal que cuando uno bebe Brugal… o «rapa» o pelea… pero yo diría mejor, parodiando el refrán, que cuando uno conoce Puerto Plata…seguro que regresa o se queda.
Un viaje diferente y singular lo es sin dudas sobrevolar Puerto Plata a bordo de un helicóptero; todas las playas a sus pies con apenas un hermoso golpe de vista. Un tour de compras locales en los pequeños puestos y tiendecitas le permitirá llevar a casa una colección de artesanía local de muy buena calidad.