El Viaducto Polvorilla mide 224 m de largo y 70 m de alto y pesa 1600 t.

Para llegar cerca de las nubes no es necesario tomar un avión. Por encima de raíles que surcan las montañas más empinadas, los túneles más oscuros y puentes elevadísimos, desanda el Tren a las nubes de Argentina

No es precisamente uno de los más lujosos del mundo (la tarifa alcanza los 140 dólares e incluye desayuno y merienda) pero su confort y los paisajes que explora lo convierten en uno de los más atractivos viajes terrestres de América del Sur.

El tren posee diez vagones de primera clase y durante la travesía se ofrecen espectáculos folklóricos. Cuenta con la asistencia de guías bilingües, servicio médico, máscaras de oxígeno, y para mitigar las a veces molestas sensaciones de la altura, se vende té de coca en el salón comedor.

La aventura comienza en la estación General Belgrano en Salta, ciudad que pertenece a la provincia del mismo nombre, situada al noroeste de Argentina, uno de los destinos más populares del país.

A través de la Cordillera de los Andes el tren prosigue por el Valle de Lerma, para introducirse en la Quebrada del Toro y llegar hasta la Puna. Son zonas poco desarrolladas industrialmente, de escasa densidad poblacional, pero con una riqueza étnico-cultural increíble y paisajes exuberantes.

Durante el recorrido se realizan dos paradas de 30 minutos aproximadamente: una, en la estación de San Antonio de los Cobres, a 160 km del punto inicial en Salta; y la otra, en el viaducto La Polvorilla.

El tren no emplea el sistema mecánico de cremallera comúnmente usado para que las formaciones ferroviarias puedan recorrer las alturas. No utiliza ruedas dentadas, ni siquiera para las partes más empinadas de la subida, pues las vías están dispuestas de una manera peculiar circulando por un sistema de zigzags y espirales.

El trazado del Tren a las Nubes, diseñado por el ingeniero norteamericano Ricardo Fontaine Maury, es muchas veces comparado por su complejidad, con la Torre Eiffel

Este es uno de los tres ferrocarriles más altos del mundo que recorre 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, 2 rulos, 2 zigzags y pasa por  21 estaciones; entre ellas, Cerrillos, Campo Quijano, Ingeniero Maury, Puerta Tastil, Incahuasi y San Antonio de los Cobres.

Luego de San Antonio de los Cobres, que debe su nombre a la Sierra de Cobre, metal que sustenta la actividad económica de la región; el tren pasa por "Mina Concordia", ya abandonada y de donde antiguamente se extraían distintos minerales como oro, plata y también el cobre.

El Tren a las nubes, como las buenas historias, reserva su mejor parte para el final. Al cabo de los 217 km recorridos y un promedio de 14 horas de viaje llega a su último destino, el viaducto La Polvorilla. Curvo y sin barandas, el tramo parece la vía más expedita para llegar al cielo, pues alcanza en un punto los 4 220 m sobre el nivel del mar.

Para ir al cielo y regresar, solo basta un día y unas horas.