- El chorro de las mozas.
Eran tres hermanas que enamoradas del mismo hombre y no correspondidas se fueron al río una noche de luna llena y cambiaron sus destinos
Panamá, como otros pueblos de América, tiene muchas leyendas que han trascendido el tiempo, contadas de una generación a otra. Hechos increíbles en los que intervienen hombres y doncellas, estrellas y animales, amores no correspondidos, sed de venganza, pureza y fuerza. Un imaginario que aún en nuestros días nos deleita y hasta nos impone dudar sobre el espacio que le corresponde al mito y la realidad.
En Penonomé, con más exactitud en el Valle de Antón, en la provincia de Coclé en Panamá, hay una secuencia de tres chorros que hoy son deleite de los lugareños y turistas.
Cuenta la leyenda que los tres chorros son tres hermanas que, enamoradas del mismo hombre y no correspondidas, se fueron al río una noche de luna llena. De tanto llorar, el llanto se hizo fuerte, convirtiéndose en tres chorros que se precipitaban en las aguas del río. El relato asegura que ellas sintieron voces misteriosas que las llamaban y pensando que iban a encontrar allí la felicidad y la paz, se dejaron arrastrar por la corriente de las aguas. Las hermosas jóvenes, hijas de Tobalo, poderoso hombre de la región, amaban en silencio, cada una, a Caobo, el más diestro y ágil de los mozos de la tribu. Pero ya él había puesto sus ojos y abierto su corazón a otra joven y nunca prestó atención a las tres hermanas.
Dicen que las mozas no murieron y que olvidadas del todo pudieron vivir bajo las aguas, libres de su dolor. Desde esa noche, no volvieron a salir de su mundo acuático. Se quedaron allí para siempre y hoy no faltan lugareños impresionados, que en la noche de San Juan, aseguren escucharlas retozar alegremente. Incluso, hay pescadores que dicen haberlas visto.
Y por si fuera poco, hay quienes comentan que las jóvenes ofrecen sus totumas y peinetas de oro y los incautos que van por ellas son arrastrados por las aguas del río y así se vengan las mozas de su desdeñado amor.
Leyenda, leyenda es, pero la belleza de los chorros y la fuerza de sus aguas hacen honor a las tres doncellas de la historia.