Pueblo La Estrella, Cayo Santa María.
Arenas Blancas, Varadero.
Meliá Cayo Santa María.

Cuba constituye hoy uno de los destinos favoritos del Caribe en la modalidad de Sol y playa. Dos de los principales destinos de este segmento muestran una continua diversificación y desarrollo, como parte de la actualización del modelo económico que vive la Isla.

Cuba es mucha Cuba. No se trata de mero elogio. Quien ha podido llegar a la Mayor de las Antillas podrá confirmar que se trata de una mezcla auténtica de emociones, cultura, tradición y aventura, aderezada con las peculiaridades de un archipiélago: sol, playa, naturaleza…

A lo largo de la historia, dos destinos han sido puntales en el desarrollo de la industria del ocio en el país caribeño. El primero de ellos, Varadero, cautiva con la combinación de atractivos de naturaleza y el confort de la vida moderna. En esta franja de 20 km se desarrollan inversiones capitales para mejorar y complacer las más selectas exigencias de los mercados emisores.

La península de Hicacos, que en pasados siglos fue utilizada como varadero y salina, tuvo sus inicios como destino turístico a finales del siglo XIX, cuando habitantes de la cercana ciudad de Cárdenas comenzaron a construir en esta zona sus casas de veraneo. Esta tendencia continuó durante las primeras décadas del XX hasta alcanzar un boom en los 50.

Se estima que la fundación como ciudad se remonta al 5 de diciembre de 1887, cuando diez familias se asentaron en esta área. El museo que documenta su historia fue inaugurado justo 94 años después, y en una de sus salas se aprecia la foto del primer hotel de la localidad que, según cuentan, fue primero un kiosco y luego se amplió en el siglo XX hasta alcanzar una bella estructura y lo nombraron La Torre.

El mismísimo Al Capone y el millonario norteamericano Irenee Du Pont se hicieron construir sendas residencias que aún se conservan. A Dupont se debe, además de la famosa Mansión Xanadú, la construcción en 1931 de un campo de golf, primero en Cuba, que después de varias reconstrucciones es el actual Club de Golf de Varadero.

Otro de sus atractivos es el Parque Josone (nombre formado con las sílabas iniciales de José y Onelia), cuya historia se remonta a la década del 30, cuando el entonces director de la fábrica de ron Arechavala, el empresario vasco José Fermín Iturrioz Michelena, compró la primera parcela alrededor de una laguna que había en el lugar. Hoy es el mayor espacio verde de esta localidad, y cuenta con sombreados jardines. Allí coexisten valores naturales, históricos, arquitectónicos, culturales, florísticos y ornitológicos.

Desde el emblemático hotel Internacional, que abrió sus puertas en 1950, hasta la más reciente de las instalaciones construidas, Varadero ha experimentado un crecimiento sin precedentes, acompañado por la diversificación de su oferta turística. Hoy constituye el principal destino de Sol y playa en Cuba, con 50 alojamientos y una capacidad de 19 657 habitaciones, más de 85 % de ellas con categorías de cinco y cuatro estrellas.

Además, en la región los visitantes pueden disfrutar del buceo en la segunda barrera coralina más grande del mundo, o explorar algunas de las cuevas del lugar y bañarse en la Playa Ecológica, que ha sido rescatada para apreciar el Patriarca, un cactus de 600 años endémico de Cuba.

En Varadero también se encuentran la Reserva Ecológica Varahicacos, la Marina Chapelín, el Delfinario, el Centro Artesanal, el Centro Comercial Plaza América, y están en desarrollo los parques acuáticos y uno cavernario, una oferta de calidad que encuentra su complemento en opciones culturales y gastronómicas, y en el contacto con el singular modo de vida de su gente.

Cayos de Cuba: 

despertando los sueños

A 292 km de Varadero y 386 de La Habana, los cayos de Jardines del Rey nos revelan enigmáticos parajes en cada visita. Reconocidos entre los sitios más atractivos del Caribe, ahora son recreados con una moderna infraestructura hotelera. Con ese nombre, el Adelantado don Diego Velázquez bautizó en 1514 a este exuberante archipiélago de 465 km de largo, que se extiende desde el norte de Caibarién, en la central provincia cubana de Villa Clara, hacia el este, con el otro extremo en las costas de Camagüey.

Sitio de leyendas, refugio de una singular biodiversidad, se comenta que fue además escenario de ataques de corsarios y piratas. Sus joyas más preciadas son Las Brujas, Ensenachos y Santa María. Este último es la imagen de una belleza exótica que se expresa en las múltiples tonalidades de azul de sus playas protegidas por la barrera coralina, así como en la vegetación marina dominada por mangles y uvas caletas, que es el hábitat de gaviotas, flamencos rosados, lagartos, iguanas y cangrejos.

Un camino de 48 km sobre las aguas, conocido como pedraplén, conecta a Caibarién con Santa María. Esta «autovía», que cuenta con 46 puentes diseñados para mantener el flujo de las aguas y asegurar la biodiversidad, constituye una de las maravillas de la ingeniería moderna cubana.

La región se encuentra en constante crecimiento, gracias en gran medida al desarrollo hotelero de máxima categoría. En su diseño y construcción ocupan un lugar importante los criterios de sostenibilidad ambiental. Además, la oferta de alojamiento se complementa con nuevas inversiones en los servicios extrahoteleros. La construcción de un acuario-delfinario, un complejo con punto náutico, la ampliación de la marina de Cayo Las Brujas y el desarrollo de un campo de golf en la cercanía de Caibarién, se suman a las opciones que encontrará el viajero.

Se dice que Las Brujas debe su nombre a una historia popular acerca de los amores de una joven pareja frustrados por un celoso tío, quien también inspiró la denominación de un islote vecino: Cayo Borracho.

A una milla de distancia está varado el barco San Pascual, botado al mar en 1919 en los astilleros de San Francisco, California. Guarda recuerdos de la presencia del escritor Ernest Hemingway en la zona. En su cubierta, el pintor cubano Leopoldo Romañach encontró la inspiración para algunos de sus paisajes marineros.

Con forma de herradura, Ensenachos es el más pequeño de los tres cayos y el refugio de 22 especies endémicas de flora y 39 de fauna. Cuentan que antiguamente fue un asentamiento aborigen. Sus playas siempre están en calma gracias a la posición que ocupa, al amparo de grandes olas.

De Santa María, conocido como la Rosa Blanca de Jardines del Rey, cuentan que está poseído por el espíritu de Rosa María Coraje, quien llegó a la zona oculta en la bodega de una nave, buscando el paraíso y a su amado. Consiguió desembarcar y sobrevivir escondida entre los mangles, viviendo de la pesca, hasta que halló a su hombre en un islote.

La construcción de pueblos que recrean los que se encuentran en el interior del país son algunas de las estrategias impulsadas en los cayos del norte de Cuba. La Estrella es un ejemplo. En este paraje se ofrecen los servicios de varios restaurantes especializados, bares, boleras, discoteca, ferias de artesanías, correo, banco, parque infantil, spa, gimnasio, centro de negocios y renta de autos.

De este modo, las opciones extrahoteleras siguen su avance. Para el año 2014 se prevé la rehabilitación de las playas Las Coloradas, Larga y El Paso, como parte de un proyecto que responde a la estrategia nacional de recuperación, concertada entre los ministerios de Turismo y el de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.