Renovadores proyectos nos presentarán en un futuro no muy lejano una de las zonas turísticas más importantes de la capital: el litoral norte de La Habana Y la Avenida del Puerto.

La reanimación de la franja del litoral norte de La Habana con la Avenida del Puerto —desde el Muelle de Caballería hasta los Almacenes San José— cuenta hoy con varios proyectos que contribuyen a que en un futuro próximo sea esta una de las zonas turísticas más importantes de la capital. Aquí los antiguos muelles y edificios se convierten en lugares de esparcimiento para todos los gustos.
El Centro Cultural Almacenes San José fue la obra que marcó el inicio de la reconversión de la imagen, donde radican ya la mayor parte de los artesanos de la ciudad. La restauración del edificio —construido a mediados del siglo XIX—, respetó sus características de antaño, aunque le fue adicionado un corredor lateral que permite apreciar el panorama de la bahía mientras se degusta de las opciones gastronómicas, y se elige el regalo perfecto para recordar La Habana.
A solo unos pasos de esta zona se encuentran los Antiguos Almacenes de la Madera y el Tabaco. Allí se enclava una moderna cervecería con tecnología austriaca, que tiene capacidad para 500 personas y una majestuosa barra de 27 m de largo, desde donde se puede apreciar el proceso fabril de la cebada.
En el interior, ambientado como una taberna española, conviven equipamientos tecnológicos de inicios del siglo pasado que recuerdan la forma de trabajar en los grandes almacenes del Puerto de La Habana, como indicara el Historiador de La Habana, Eusebio Leal.
Sin embargo, no solo el ambiente interior es placentero, la cervecería cuenta con una plaza que se conecta de forma natural con los Almacenes San José, la cual tributa al nuevo sistema de espacios públicos que se tiene planteado para el borde marítimo de la Avenida del Puerto.
La máxima expresión de este renovador concepto es la Alameda de Paula, con su moderno paseo marítimo y su muelle flotante de 80 m de longitud. Sin precedentes en la bahía, esta contemporánea construcción consta de un paseo central que se extenderá hasta la Fortaleza de la Punta, el cual hace en el fondo una bifurcación en forma de T, del mismo modo, cuenta con barandas de seguridad, bancos, luminarias y modernas esculturas, todo diseñado para que los transeúntes puedan pasar un rato de recreo y ocio junto a las apacibles aguas de la bahía, explicó el arquitecto Giordano Sánchez, Jefe de Restauración de la obra.
Como parte del proceso de rehabilitación en la Alameda de Paula se restituyen los viejos álamos, las farolas y otros elementos arquitectónicos que fueron víctimas del embate del tiempo y del olvido. En esta citadina arteria se ubica la antigua Iglesia de Paula, convertida hoy en una sala de conciertos dedicada a la música antigua.
Asimismo, se realiza el acabado del Emboque de Luz, el cual servirá como atracadero para las lanchas que trasladan diariamente a los pobladores de las ultramarinas Regla y Casablanca. La peculiar estructura metálica que conforma el edificio quedará transparentada en su totalidad gracias a una ingeniosa cobertura de cristales. En la planta baja radicarán el nuevo atracadero y estaciones de diversas rutas de ómnibus, mientras que el segundo piso se reserva para albergar un mirador, cuya exclusivísima vecindad con la ensenada habanera será complementada con una cafetería.
En proyecto se encuentra la rehabilitación del centenario edificio de la Aduana y sus tres espigones. En esta construcción se conservará la imagen original del inmueble, que fue concebido a inicios de la primera década del siglo XX. Aquí continuará funcionando la Terminal de Cruceros y se prevé que uno de sus andenes sirva como área de estacionamiento vehicular, con lo cual se aliviará una de las más acuciantes problemáticas del Centro Histórico habanero.
Las personas que no quieran caminar el extenso tramo por las márgenes de la bahía podrán hacerlo sobre una fastuosa locomotora norteamericana que data de 1848, un patrimonio vivo al ser la única que funciona con carbón mineral o madera, y que conserva todas sus piezas originales. La antiquísima máquina pasará por las líneas originales sobre las que un día se trasladaron las mercancías de un lado a otro de los almacenes del puerto.
Así se nos revelará la nueva Avenida del Puerto. Dijo Leal: «La ruina no asusta, el tiempo ya no importa, lo que nos interesa es la obra. ¡Cuánta obra contenida, cuánto esfuerzo! ¡Qué bonito es ver que solo el trabajo cambia, redime, modifica, salva y levanta el espíritu de un país, de Cuba y de nuestra ciudad, La Habana!».