Actualmente muchas parejas llegan al Caribe buscando bodas más exóticas y ocurrentes. los más atrevidos incluso tientan el peligro de casarse junto a tiburones bajo el mar
Algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul es lo que muchas novias quieren para el día de su boda. Se aferran a cada detalle que por años han vendido las películas y los libros y que, aparentemente, son el secreto para lograr el matrimonio eterno. Sin embargo, hay quien busca lo diferente, lo que rompe con la clásica historia de amor. Son parejas que también sueñan con un lugar idílico y un ambiente exclusivo, pero fuera de lo convencional.
Vivir una boda exótica, ocurrente o rara, es una tendencia que ha ido tomando fuerzas en esta región. El lugar de la ceremonia, el tipo de comida y el sitio para disfrutar la luna de miel, se convierten en todo un reto a la imaginación y a la búsqueda de ingeniosas maneras para dar el sí.
El campo, con una ceremonia al aire libre y fuera de una capilla, es uno de los escenarios más utilizados. Hay quien prefiere hacerlo en un barco y, los más arriesgados, en el aire, a bordo de una avioneta o helicóptero. Existen, además, algunas que clasifican como insólitas pues desafían a la naturaleza, como aquellas que tienen lugar en las profundidades con tiburones.
Justamente las bodas subacuáticas –sin tiburones la mayoría- tienen un lugar primordial. La novia puede usar su vestido blanco, lanzar el ramo, y disfrutar el increíble paisaje submarino. Cancún, por ejemplo, es uno de los destinos líderes en el área de bodas y viajes románticos en México y El Caribe, y ahora se convierte en uno de los mejores lugares para bodas subacuáticas. La ceremonia, que dura unos 30 minutos, es cada vez más popular.
Lo exótico de El Caribe también se lleva en el cuerpo. Y es que las mujeres de esta región no siempre van de blanco. El rojo, el verde y el azul son colores que predominan en las caribeñas, quienes muestran, así, la sensualidad, la frescura y la alegría que las distingue de otras en el mundo. Adornan sus cuerpos con collares de diversos largos y tipos y los vestidos no necesariamente llevan cola y velo. En ocasiones, adornan sus cabezas con turbantes, sombreros, pañuelos o flores autóctonas de su tierra.
La comida, en contraposición a las bodas tradicionales, exhiben los platos más típicos, arriesgados y con diseños muy novedosos. Suelen utilizar los ingredientes característicos de cada región, incluso, algunos novios piden que se cree un nuevo plato para su boda.
Camino al altar con rock
Claro que en bodas tan exóticas, la música no está libre de modernismo. No se piensa en violines, vals, marcha nupcial…hay quienes eligen bachatas, rancheras y hasta rock.
En lo que sí concuerdan los seguidores de las tradiciones y los más creativos es en hallar ese paraíso oculto para una inolvidable luna de miel. Las arenas blancas, en contraste con las aguas cristalinas de la región, siguen siendo el sitio perfecto para la escapada romántica. Enamorarse a solas, bajo un cielo estrellado, a la luz de una hoguera en la noche y escuchando las olas del mar llegando a la orilla, son el ambiente escogido por quienes se casan en El Caribe.
Las islas más lejanas, como Martinica o Costa Rica, son sitios preferidos por los amantes. Hasta estos y otros lugares, llegan los recién casados, en busca del paraíso soñado.
Otros, prefieren perderse en los destinos más salvajes de la región, justo allí donde la naturaleza es más viva, los colores más nítidos y los olores más intensos, como en la Amazonia y las selvas tropicales. Eso sí, en todas la emoción es el único componente común.