En crucero a la Puerta del Pacífico
Manta, Ecuador
LA ANTIGUA JOCAY, O CASA DE PECES PARA LOS ABORÍGENES ECUATORIANOS, PODRÍA REBAUTIZARSE COMO LA CIUDAD DE LOS CRUCEROS. EL PUERTO DE LA RIBEREÑA MANTA CUENTA AHORA CON LA MÁS VANGUARDISTA Y POLIFUNCIONAL TERMINAL PARA EL ATRAQUE DE ESE TIPO DE BUQUES, QUE SERVIRÁ TAMBIÉN COMO CENTRO DE CONVENCIONES Y ESTÁ CONSIDERADA COMO LA SEGUNDA POR SU RELEVANCIA EN EL BORDE DEL PACÍFICO CONTINENTAL
Si por algún sortilegio el conquistador Pedro Pizarro pudiera repetir su viaje de conquista a tierras ecuatorianas en este siglo XXI, tal vez los trazos de sus crónicas dejarían para un segundo momento aquella ciudad muy grande, en la que se llegaba al templo por una gran avenida, a cuyos lados se levantaban estatuas de 2,5 m de altura, construidas en piedra, que representaban desnudos de cuerpo, a sus jefes y sacerdotes, razón por la cual los españoles las destruyeron.
Sus primeros asombros y apuntes provendrían inevitablemente del actual puerto de Manta, donde podrían echar anclas las naves conquistadoras, y muy especialmente de la hermosa y polifuncional terminal de cruceros que abriría aún más hacia al mundo la que está considerada, por su posición geográfica, como la Puerta del Pacífico.
Ya desde el horizonte lo primero que habría enamorado sus ojos sería la arquitectura vanguardista de la imponente instalación, que aspira a convertirse en un símbolo de la modernidad y el desarrollo de esta urbe que, con más de 217 500 habitantes, se cataloga como uno de los puntales administrativos, económicos, financieros y comerciales de la nación.
El enclave fue abierto el 19 de octubre de 2018, gracias a la concertación entre los sectores público y privado, y una inversión millonaria de TPM (Terminal Portuaria de Manta), una subsidiaria de la multinacional chilena Agunsa (Agencias Universales S.A.), que logró la concesión para administrar el puerto de San Pablo de Manta durante 40 años. Ubicado en la faja más turística del fondeadero manabita, ocupa un perímetro superior a los 7 000 m2, entre el edificio, las áreas verdes y de parqueos.
Además de prestar servicios a las embarcaciones con tecnologías y sistemas que acrecientan la eficiencia de las operaciones, la edificación se utilizará como centro de convenciones para uso de toda la ciudad. Cuenta con un muelle ampliado a 300 m, cuatro atracaderos, grúas, portacontenedores, y montacargas, junto a numerosos equipamientos, además de una rampa especialmente diseñada para cruceros, pues en esta ciudad ocurren la mayoría de las recaladas de este tipo de naves en el país, gracias a sus favorables condiciones geográficas.
Especialistas destacan que la terminal se encuentra a 25 millas de la ruta internacional, posee un canal de acceso directo a los muelles internacionales y un calado ideal, todo lo cual facilita una operatividad óptima para los precisos itinerarios de este tipo de embarcaciones.
La terminal de cruceros dispone de espacios para recibir y dejar pasajeros frente a la entrada principal que apunta al malecón de la ciudad, lugar para información, parqueo de vehículos, área de control de pasajeros y tripulantes de embarque y desembarque, carros portaequipajes, áreas comerciales para pasajeros y tripulantes y un sector de venta de souvenirs, artesanías y licores.
A todo lo anterior se agregan servicios de internet a través de la wifi, cafetería y servicios para personas con discapacidad, oficinas, cámaras de seguridad, entre otras necesidades de una instalación de estas características. Autoridades, empresarios y ciudadanos se sienten felices de contar también ahora con una sala de eventos.
La majestuosa estructura se ha transformado en una bendición para todos, tanto por su utilidad como por su diseño, de un estilo moderno y elegante, en el que combinan la comodidad con las más actuales tendencias para brindar un buen ambiente a los vacacionistas.
Todo dispuesto como para que –a diferencia de Pedro Pizarro durante la colonización española de América–, el arribante sea el verdadero conquistado.