El lente de JR recorre Cuba
Como parte del proyecto Las crónicas de Cuba 2019, el artista callejero y fotógrafo francés Jean René, más conocido por su pseudónimo JR, recorre con su equipo varias ciudades del país.
En cada una de estas urbes y pueblos, JR captura algo más de cien rostros. Le interesan las expresiones, aquello que se esconde en la mirada, en el semblante, en el pensamiento… Tiene con Las crónicas de Cuba el objetivo de recrear el legado histórico, cultural y social a partir de la voz e imagen del país —sobre todo quienes lo habitan— a tiempo real. El proyecto se basa en la colaboración e interacción entre el equipo gestor y la sociedad cubana, que es documentada por medio de videos, audios…
En Holguín, con el auspicio del Centro Provincial de las Artes Plásticas, su equipo, integrado también por otros fotógrafos y realizadores, trabajó en las inmediaciones del Complejo Cultural Plaza de La Marqueta, donde colocaron la carpa y la amplia pantalla verde.
La técnica utilizada llamaba la atención de quienes pasaban cerca, mientras JR, uno de los artistas callejeros más famosos del planeta, sin quitarse el sombrero y las gafas de sol características, fotografió a músicos, actores, escritores, pero también a vendedores callejeros, trabajadores de limpieza… «¿Puede el arte cambiar el mundo? Quizás deberíamos cambiar la pregunta: ¿puede el arte cambiar a las personas?», se cuestiona JR.
Uno de los aspectos más destacados de su trabajo es la humanidad de las imágenes con las cuales visibiliza a los estigmatizados y excluidos de la sociedad. En tiempos donde prima la intolerancia y la discriminación, JR prefiere ponerse del lado de la solución. «Ser optimista hoy es más original que ser pesimista. Los artistas enfrentamos el desafío de tener los ojos bien abiertos ante el mundo y de ver las cosas más allá de lo que muestran los medios. Hace poco estuve en Somalia y fue una experiencia increíble. Los grandes muros son internos, y me gusta derribarlos haciendo cosas que la gente cree imposibles», asegura el artista, nacido en 1983.
JR trabaja la frontera entre el arte y el activismo, pues exhibe libremente su obra en las calles y tejados del mundo, capturando la atención de quienes no visitan los grandes museos.
El también cineasta francés se ha convertido en un fenómeno digital gracias a su más de un millón de seguidores en Instagram. De hecho, hoy es uno de los artistas con mayor número de seguidores en las redes sociales. Probablemente, JR tampoco se imaginó el impacto que tendrían sus retratos cuando en 2001 se encontró una cámara abandonada en el metro de París y emprendió un viaje por Europa para fotografiar a todo tipo de personas y pegar clandestinamente las imágenes en las calles de la capital gala.
En 2006, instaló de forma ilegal la serie Retratos de una generación en las paredes de los barrios burgueses de París, causando conmoción por tratarse de fotos de los integrantes de las bandas urbanas que habitaban la periferia de la urbe europea. El año siguiente se trasladó a la frontera entre Israel y Palestina para fotografiar a personas comunes
—esta vez haciendo muecas— y pegarlas a ambos lados del muro. El proyecto, uno de sus trabajos más controvertidos y de denuncia social, se tituló Face2Face. Llegó incluso a pegar un retrato
—de más de cincuenta metros de alto— de un judío en la casa de un palestino, y en Israel colocó retratos de palestinos en una torre de vigilancia. «Los héroes de este proyecto fueron aquellos palestinos e israelíes que, sin conocerme de nada, me permitieron pegar retratos de sus vecinos en las paredes de su casa», contó.
Es precisamente en el encuentro del ciudadano común con el retrato donde se halla la esencia de su trabajo. «Tiene que ver con explorar lo que significa ser un artista, así como el sentido y el poder de la imagen en el cine o sobre una pared», asegura.
En 2012 JR fue invitado a la Bienal de La Habana, donde colaboró con el artista cubanoamericano José Parlá en el proyecto Las arrugas de la ciudad en los muros de la ciudad. Se reunió con docenas de ancianos, cuyos retratos adornaron las calles. En 2019 el artista visual plasmó en los muros exteriores de la capitalina Galería Continua el retrato de Alain, un niño residente de la urbe, cuya imagen capturó.
En países como Malasia, Brasil y Kenia documentó la realidad de las mujeres que son blanco de la violencia y la discriminación en distintos contextos. Dos años después, el proyecto se mostró en el documental Women Are Heroes, presentado en el Festival de Cannes, pero fue en 2011, tras recibir el premio TED, que ganaría fama mundial al convocar el proyecto Inside Out, con el cual personas del mundo entero podían contar sus historias a través de la fotografía. JR se comprometía a imprimir y reenviar las fotos de los participantes para que estos las instalaran en las paredes y los muros de su comunidad. «Fue una experiencia increíble cuando piensas en la naturaleza de lo que se trató. Personas de todo el mundo contando su realidad sin la intermediación de ningún tipo de patrocinio», comenta el autor de Rostros y lugares, nominado al Oscar al Mejor Largometraje Documental y realizado junto a Agnés Varda, una de las grandes directoras de cine, recientemente fallecida. Ambos viajaron, en una interesante y emotiva travesía, a través de la Francia rural, tomando múltiples imágenes en cada parada. Además dirigió los cortos Les Bosquets y Ellis, protagonizado este último por Robert de Niro.
En 2016 fue invitado a trabajar en el famoso Museo del Louvre. JR hizo «desaparecer» la famosa pirámide de cristal que se encuentra justo en la plaza del Museo. Pegó una fotografía gigante que reproduce el pabellón Sully, creando una ilusión de que la estructura de cristal construida en 1989 por I. M. Pei había desaparecido. Según ha comentado, el significado de esta acción es que los visitantes del museo ni siquiera observaban el monumento de frente, sino que le daban la espalda para hacerse un selfie. Su idea fue hacer desaparecer la pirámide para que de esa forma «se viera mejor». Entre sus proyectos más singulares encontramos las gigantescas instalaciones escultóricas creadas en Río de Janeiro durante los Juegos Olímpicos de 2016, utilizando andamios, a escala de la ciudad, y poniendo énfasis en la belleza del movimiento atlético; además su colaboración con el New York City Ballet, usando el lenguaje del ballet para contar los disturbios en los suburbios franceses en 2005, y una instalación con cuatro mil rostros dentro y sobre el Panteón en París.
JR ha pasado de ser un artista anónimo que crea «arte penetrante» que se muestra a la vista en edificios de los barrios bajos de París, en las paredes del Oriente Medio, en los puentes rotos de África o en las favelas de Brasil, a estar representado por diversas galerías
exhibiendo en París, Hong Kong, Miami y Nueva York, y con exposiciones retrospectivas en importantes galerías y museos de Tokio (Watari-Um) y CAC en Cincinnati, Frieder Burda en Baden-Baden en 2014 y Hoca Foundation en Hong Kong en 2015.
Siempre mantiene su confianza en el arte, pues sabe que solo este «puede cambiar el mundo, porque es capaz de transformar la percepción de las cosas y de los otros».