TAIWÁN OTRA MIRADA A CHINA
CONOCIDA COMO FORMOSA POR LOS NAVEGANTES PORTUGUESES EN TIEMPOS DE CONQUISTA Y PILLAJE, LA ‘ISLA HERMOSA’ ES TODAVÍA UN LUGAR POCO EXPLOTADO POR LA INDUSTRIA TURÍSTICA DE OCCIDENTE
Situada en la parte sudoriental del continente asiático –donde los movimientos tectónicos crearon picos y colinas junto a planicies, rocas puntiagudas junto a playas de arena y frondosos bosques junto a precipicios de mármol– Taiwán se nos ofrece como un paraíso tropical todavía desconocido para la gran mayoría de los viajeros occidentales que buscan lugares exóticos para descubrir.
Atravesada por el Trópico de Cáncer, la parte sur de la isla es conocida como la versión asiática de Hawaii; y no sobran las razones para denominarla así.
Sabido es que a los chinos no les gusta mucho el sol (es decir, tostarse al sol), pero por mínimo que sea el porcentaje de turistas de la China continental que no les importe que algunos rayos del astro rey les impacte (de refilón) al pasear por la orilla del mar… el turismo de sol y playa, en esta faceta de ocio, parece que está asegurado, ya que en Taiwán abundan gigantescos y lujosos hoteles –con más de 500 habitaciones– en el área de Kenting, al sur de la Isla.
Si está pensando en una playa tropical de la que nunca haya oído hablar y que además cumpla con todos los tópicos de exotismo que se le ocurra piense en Nanwan, donde además de la arena fina y el agua turquesa, podrá disfrutar de actividades de ocio como surf, buceo o motos de agua. Además se sentirá como ˝pez en el agua˝, porque pese a la lejanía cultural e idiomática, el extranjero es acogido con especial (e inusual) simpatía… y porque un turista que no sea chino es todavía algo raro en Taiwán.
La semejanza con lo hawaiano –insisto– no es baladi, valga como ejemplo el atrezo del Howard Beach Resort de Kenting (www.kenting.howard-hotels.com.tw): palmeras y cocoteros en el jardín; un staff que luce camisas floreadas; música polinésica de steel guitar en el comedor desde la hora del desayuno hasta el buffet de cena; tótems de madera por los pasillos provistos de potentes atributos sexuales; y una tienda de souvenirs repleta de iconos tiki. La noche de Kenting no es para menos, porque en un paseo por su calle comercial descubrirá desde los últimos ‘juguetes’ tecnológicos hasta la sorpresa de su oferta gastronómica, que excede por mucho el concepto de cocina china exportada a Europa.
Datos prácticos
La compañía CHINA AIRLINES (www.china-airlines.com; reservas@china-airlines.es) enlaza Taipei con el aeropuerto internacional de Frankfurt cuatro días por semana. En temporada alta (julio-agosto-septiembre) la frecuencia es diaria. No se necesita visado. Algunos turoperadores, con base operativa en España, como Destinos Asiáticos (www.destinosasiaticos.com) y Ambar Viajes (www.ambarviajes.com) tienen en sus programas viajes a medida a diversos enclaves turísticos de la Isla, incluyendo opciones para practicar buceo y combinar los viajes con estancias en Hong-Kong, Singapur o Palau. Oficina de Turismo de Taiwán: www.taiwan.net.tw
NATURALEZA Y DIOSES
Si por el contrario opina que para ir a una playa no hace falta ir tan lejos, naturalmente la Isla tiene sus lugares exclusivos para visitar. Algunos merecen la pena calificarlos como ineludibles en la agenda de un viajero que se precie. El Desfiladero de Taroko, situado en la costa este, cerca de la ciudad de Hualien, es una quebrada de belleza excepcional creada por el cauce de un rio que discurre a través de montanas de mármol. Un camino serpentea por el escarpado muro pasando por tuéneles y abruptos acantilados. Un puente colgante salva un imponente barranco que nos conduce a una pagoda anclada en una cima. Aparecen pabellones de descanso desde los que se contemplan cascadas y templos de tan sugestivos nombres como El Templo de la Eterna Primavera.
En la misma costa sureste se encuentra la Baxian Cave –o Los 8 Inmortales–, un refugio natural que los aborígenes utilizaron en el paleolítico para resguardarse de los tifones y que hoy se ha transformado en la misteriosa entrada a un templo budista, donde los viajeros depositan sus ofrendas votivas.
En el suroeste de la Isla se encuentra Tainan, la capital antigua. Allí está ubicado el Templo de Confucio, que constituyo la primera escuela del país. Venerado por todos los taiwaneses porque aunque la gran mayoría de sus casi 24 millones de habitantes de la Isla profesa el budismo como religión, incluso los ateos –que los hay– son devotos de la filosofía confucionista, y sus máximas figuran como libro de cabecera para cualquier versado taiwanes. El otro templo emblemático de Tainan es el llamado Chihkan Tower. Un lugar que visitan todos los estudiantes antes de graduarse para conocer el futuro de sus exámenes, ritual que practican golpeando unas tablillas de madera ante Kueshinye, la deidad protectora.
La religión y la superstición (que probablemente son lo mismo) confluyen en una especie de parque temático dedicado a Buda situado a la afueras de Tainan. Se trata de Fokuanshan (Montana de la Luz de Buda- www.fgsbmc.org.tw), una enorme estatua de Buda de más de cien metros de altura colocada sobre una base escalonada que alberga uno de los complejos religiosos más grandes del mundo. En su interior se custodia un diente de Buda, pero para llegar cerca de la urna sagrada tenemos que atravesar la tienda del museo, que en este caso no se limita a un sencillo quiosco de piadosos recuerdos.
Hace cincuenta años el papel de las religiones quizá se podía haber desdeñado; en cambio hoy día, además de estar de moda se ha convertido en puro negocio. El Buda Memorial Center consiste en una gran galería comercial en la que hay restaurantes y tiendas de todo tipo de objetos. Puro negocio. Aun así, es un lugar digno para observar por dentro y por fuera, sobre todo si esperamos la hora del crepúsculo, que es cuando aparece un azul ultramar que tiñe el cielo de esa luz que gusta tanto a los fotógrafos… y nos brinda la posibilidad de hacer la foto de la estatua de Buda bajo los focos. ‘El iluminado’ iluminado con luz artificial. Una paradoja. Viajar por la isla es seguro y cómodo. Las carreteras son magnificas y un tren de alta velocidad -KAOSU- une las dos grandes ciudades más distantes del país Taipei (al norte) con Kaohsiung (al sur) en menos de dos horas.
TAIPEI
La visita a Taipei, la moderna capital del país, nos dejara un recuerdo imborrable. El ‘milagro económico’ de Taiwán es el resultado del trabajo duro y la buena planificación, de hecho baste como ejemplo aclarar que el símbolo de su bandera (que aparentemente parece un sol), no es un sol sino una representación de un reloj, que no es muy poético pero si efectivo. El logo-reloj recuerda que el tiempo es algo precioso…para trabajar.
Donde hace solo 40 anos los campos de arroz se extendían por kilómetros, ahora se apiñan rascacielos. En medio de la ciudad se alza la torre 101 Building, el rascacielos más alto del mundo, hasta que la fiebre por superarlo todo de Dubai elevo la cota de altura. En su planta baja se encuentra el restaurante más popular de la ciudad, Din Tai Fung (www.dintaifung.tw). Sus famosos dumpings han merecido una estrella Michelin.
El Museo Nacional del Palacio alberga la mayor colección del mundo de tesoros artísticos chinos. Jades, porcelanas y bronces formaban parte de la colección imperial china que comenzó hace mil años y que Chiang Kai Chek, el padre de la patria, llevo consigo desde China continental en 1949. Visita cultural ineludible.
El shopping es parte consustancial del taiwanes –!y del turista!– por eso merece la pena mencionar el atractivo mercado nocturno de Raohe, que comienza diariamente con la caída del sol y cierra a las 24:00 h. Es una feria en el sentido más amplio de la expresión, un deleite para la vista y para el olfato. Se vende desde ropa de imitación hasta piezas de arte: una verdadera explosión de luces de colores, donde la comida es quizá ‘el plato fuerte’. Hay lugares para dejarse masajear, acupuntores, salones de belleza, peluquerías y adivinos… a los que acuden algunas parturientas para ‘saber’ la mejor fecha en la que deben parir. De ese día determinado dependerá el futuro y la suerte del recién nacido. Lo racional se mezcla con lo irracional. La seguridad social no asume los gastos de la cesárea que necesariamente se debe practicar a la madre para que la fecha del nacimiento coincida con la fijada por el adivino. Arte, magia, ocio, cultura…pero ante todo seriedad, el negocio tiene un límite.
Shigu, el tambor tradicional
A las afueras de Tainan se encuentra el llamado 10 Drum Culture Village, un magnífico lugar para familiarizarse con la cultura de los tambores tradicionales asiáticos. Fundado en 2010 como escuela para comprender e interpretar desde los sonidos que se usanpara las ofrendas, hasta los redobles que debe conocer la soldadesca para entrar en combate. Está ubicado en una antigua azucarera, al amparo de un bosque encantado; y conserva enigmáticos espacios industriales convertidos en museo, cafetería, tienda, restaurante e incluso sala de meditación. El espectáculo de asistir al show de tambores es toda una experiencia iniciática. Para no perdérselo. www.ten-hsieh.com.tw