Despertar del vino en Cuba
"Cuba no es un país vinícola pero acumulamos tradición. Hay una historia del vino en la Mayor de las Antillas", asegura el especialista en vinos, Maitre y escritor, Yamir Pelegrino, quien preside el Club del Sommelier de Cuba. El autor de "Mi Pasión Gourmet" afirma que la tradición vinícola en la Isla se inició cuando los conquistadores trajeron este tipo de bebida, pues procedentes de países vinícolas y de larga tradición de consumo de esta bebida, en sus barcos traían grandes cantidades de vino, indispensable en las largas travesías.
"Según aparece en los pergaminos de aquel entonces, los marineros que acompañaban al descubridor de América, atenuaban el estrés tomando Vino de Jerez, pues aguantaba mucho la oxidación. Los españoles, quienes se asentaron en Cuba después de Colón, nunca hicieron del vino una parte importante de la vida cotidiana como lo hicieron sus paisanos que vivían en California y España. Los piratas y corsarios que cruzaban el Mar Caribe en busca de lugares que saquear, bebían mucho vino antes que ron. Pasaron a beber ron después que el vino resultó ser demasiado caro y a veces muy difícil de conseguir".
"Antes de una batalla, los capitanes piratas repartían vino a sus tripulaciones para fomentar un falso sentido de valentía. Si no se disponía de vino cuando se necesitaba, entonces éste carecía de valor. No fuimos el primer país que tuvo vino en Latinoamérica, aunque sí el que lo comercializó de forma ordenada".
"Hoy en Cuba no es parte de nuestra vida cotidiana el beber vino, pero sí es algo interesante y exótico que los cubanos vamos asimilando a nuestras costumbres".
Desde aquella época hasta antes de la Revolución de 1959, los vinos y su clasificación gozaban de popularidad en Cuba alrededor de las Navidades y en los días festivos por el Año Nuevo. En la década de 1960, una marca española, "Pancho El Bravo" irrumpió en el mercado cubano. Marca rústica y bastante barata, se importaba en grandes barriles para su venta en algunos bares de La Habana.
Aunque resultó ser popular, ya en la década de 1970 eran vinos argelinos y chilenos los que se podían conseguir más fácilmente en las tiendas cubanas de comestibles y llegaron a tener éxito en las ventas. A medida que se fortalecieron los vínculos de Cuba con Europa Oriental en la década de 1980, los vinos rusos, húngaros, búlgaros y albaneses llegaron a ser los nuevos favoritos, según explica Yamir Pelegrino, apasionado historiador del vino.
"Entre los años 1990 y 1992, se da un incremento de proveedores de vino a la Isla. Llegan las mejores bodegas de casi todo el mundo, excepto las de Nueva Zelanda".
La década de los años 90 fue prodigiosa para nuestro país pues se dio un despertar en cultura vinícola. En tiempos recientes se ha podido adquirir vinos blancos, rosados y tintos producidos por varias proveedoras como: Bodegas Marqués de Cáceres, un productor de la región de Rioja Alta, España; Bodegas Joan Sardá, que se ha mantenido por más de una década entre las líderes del mercado del vino en la mayor de Las Antillas; o la empresa Inversiones Pucara, que opera en Cuba como proveedor de vinos y otros surtidos, representados en el mercado por marcas reconocidas a escala internacional, la cual ha emprendido una campaña comercial y de promoción donde destaca los vinos de la casa Concha y Toro, y las Bodegas Miguel Torres S.A.
"Con el despegue del turismo en la década de los 90 se impulsaron algunos proyectos para comercializar vinos. Actualmente hay una oferta nacional realizada por dos empresas: Bodegas San Cristóbal, que oferta las marcas Castillo del Morro, San Cristóbal, Soroa, Cortés; y Bodegas del Caribe, creada hace tres años con participación del capital español, que comercializa la marca Castillo de Wajay".
Hoy la industria del turismo de Cuba crece a buenos pasos, motivo para que los cubanos que trabajan en el sector de los alimentos y las bebidas, se superen y familiaricen cada vez más con el vino.
"A fin de promover un mayor aprecio del vino, las escuelas de restaurantes adiestran actualmente a administradores de vinos. Cuba también está recibiendo ayuda de productores españoles como Bodegas Marqués de Cáceres y Freixenet, este último un importante productor de vinos espumosos y patrocinador del adiestramiento de sommeliers o encargados de las bodegas de vino".
Ejemplos recientes de la creciente popularidad de los vinos en la Isla ha sido su inclusión en los Festivales del Habano celebrados por Habanos S.A., y la quinta edición de la Fiesta Internacional del Vino, encuentro que atrae cada año a expertos y proveedores, con la finalidad de intercambiar experiencias, catas y participar en encuentros comerciales y de especialización. Yamir Pelegrino fue laureado recientemente en el evento más importante del mundo gourmet, el Gourmand Internacional Awards, donde su libro "Mi pasión Gourmet" se consideró el mejor del mundo en la categoría Mejor Libro de Cocina para Profesionales.
Este texto constituye un inmenso aporte a la cultura del vino en Cuba, pues en 60 capítulos aporta prolijidades relacionadas con el arte vitivinícola y del espacio gourmet. Su obra es una exhortación a buenos hábitos alimenticios, pues según asegura: "el vino es el vehículo más importante para digerir la comida y, como dijo Pasteur, la más sana e higiénica de cuantas bebidas consume el hombre, por lo cual estos beneficios que reporta para la salud ha hecho que entre nosotros se esté dando un despertar de su consumo". "No somos de quedarnos atrás en temas nutritivos. Preservar la salud va dirigido más a la alimentación que a los fármacos, y el vino es un alimento muy nutritivo".
Pelegrino, sin dudas un catador y especialista por excelencia en cuestiones del vino y bebidas espirituales, conoce al dedillo sobre el cultivo y cosecha de la vid, su producción, los secretos químicos y muchos más detalles. Añeja pasión y respeto por el oficio, herencia de un abuelo que fuera viajante de uno de los licores y bodegas españolas más importantes que radicaban en Cuba, Las Bodegas Omegas, el Sommelier Yamir Pelegrino está convencido de que: "si somos capaces de tener el mejor habano del mundo, además de uno de los mejores rones y cafés, por qué no vamos a ser capaces también de lograr una cultura del vino".