Luego de dieciséis Grandes Premios celebrados, catorce ganados por Mercedes-Benz y cinco por realizar, no se discute el dominio de la escudería alemana. El campeonato de constructores es un hecho derecho, pero el de pilotos se tiñe de las oscuras desgracias de Hamilton que han puesto la balanza del campeonato de pilotos a favor de Nico, una vez que ganó en Singapur y fue tercero en Malasia cuando Lewis quebró su motor.

No se le puede restar importancia a los resultados del alemán, quien ha ganado ocho GP esta temporada; incluso, luego que Lewis remontó y lo superó en la clasificación de pilotos y cuando parecía que Rosberg se desinflaba, pudo recuperarse y vencer al inglés en las últimas cuatro carreras del curso. Visto así, Rosberg se merece el campeonato y sus fan disfrutan desde ya su posible corona.

Pero como en cualquier deporte o negocio las estadísticas, muchas veces, no reflejan la realidad y este año la categoría reina del automovilismo es una prueba fehaciente. Los problemas de fiabilidad de los motores usados por Lewis están muy lejos del rendimiento real de Mercedes, si analizamos los resultados del piloto alemán, quien ha puntuado en quince GP y ha subido al podio en once ocasiones.

Por su parte Hamilton, quien ha hecho de tripas corazón para superar su “mala suerte” ha ganado seis GP con doce pedestales. En puntos, luego de Singapur, Rosberg dominaba por ocho unidades. Pero en Malasia Lewis ganó la pole y lideró la carrera malaya hasta la vuelta 41 de 52 cuando su Mercedes quedó varado y en llamas en el trazado asiático. Matemáticamente todavía puede ganar el título, pero 23 puntos de diferencia a cinco pruebas del final no es un buen augurio.

Tras los inalcanzables bólidos alemanes están los chicos de Red Bull, quienes cuentan con una aerodinámica muy efectiva y unos motores Renault que mejoran día a día. Los de Maranello, que comenzaron la temporada con la esperanza de vencer a las flechas de plata y con la seguridad de ser segundos si algo fallaba, se han visto superados sobremanera por la escudería de la bebida energética que son, sin discusión, la segunda fuerza del mundial. Además, Red Bull es la única escudería que ha logrado arrebatarle dos victorias a Mercedes-Benz este año. La primera de Verstappen en España y la segunda de Ricciardo en Malasia.

Puede que sea la escudería austriaca la que ponga sazón al final del curso o que los pilotos de Mercedes puedan luchar de tú a tú por el campeonato, sin roturas ni accidentes provocados por terceros. Pero lo bueno es que carreras son carreras y nada se sabrá hasta el final.


After sixteen Grand Prix editions, fourteen of which have been won by Mercedes-Benz, there is no doubt about the German motor-racing team’s supremacy. The pilot championship is marked by Hamilton’s misfortune, so the balance favors Nico, who won in Singapore and finished third in Malaysia when Lewis lost his engine.

The German pilot’s results can’t be despised, since he has won eight GP in this season. From this point of view, Rosberg deserves the championship. But, like any sport or business, statistics sometimes don’t reflect the reality and the main motor category proves it. The Austrian motor-racing team could make through the end or Mercedes pilots could fight for the championship, without technical problems or accidents caused by other competitors. The good thing is that races are races and nobody knows anything until the end.