Camagüey: Legendaria ciudad de renovado valor patrimonial
Consagrada como una de las siete primeras villas cubanas, fundada en 1514 cerca de la entrada de la bahía de Nuevitas, Santa María del Puerto del Príncipe se tornó la actual ciudad de Camagüey al tomar el nombre derivado del cacicazgo aborigen ubicado entre los ríos Tínima y Hatibonico, donde encontró asiento definitivo, en medio de una planicie propia para agricultores y ganaderos, alfareros de mágicos tinajones y cultores de poesía, leyendas y tradiciones, ocultas en sus numerosas iglesias, plazas encantadas y tortuosas callejuelas.
La búsqueda de un refugio seguro, a buen recaudo de corsarios y piratas, dotado de tierra fértil y agua, llevó a sus primeros pobladores peninsulares hasta una próspera llanura, donde apenas un siglo más tarde ya tenían fama de atesorar bienes y riquezas que despertaron la ambición de bandidos foráneos como el famoso Henry Morgan, cuyo sitio y saqueo inspiró –en 1608– a Silvestre de Balboa Troya y Quesada para escribir el poema épico Espejo de Paciencia, considerada la obra prima de las letras cubanas.
Tal vez por aquel innato espíritu de protección, la ciudad fue adquiriendo su trazado laberíntico, donde los forasteros podrían perderse y ser fácilmente burlados o atrapados. Las residencias de las familias más opulentas solo exhibían hacia el exterior su puertas enormes, de madera dura; gruesas paredes de adobe o mampostería; ventanas de balaustres y vitrales, protegidos por preciosas rejas de hierro. La riqueza quedaba guardada dentro, en los amplios salones, de piso de lajas o grandes ladrillos de barro rojizo, erigidos en torno a los patios interiores a donde fluía el agua de los tejados a través de canales y tuberías de latón para ser recogida y almacenada en los tinajones, obra alfarera única, en los que podría ocultarse un hombre de pie o en los discretos aljibes que preservaban el precioso líquido a lo largo del año.
Poco a poco se fue formando un entramado irregular de tortuosas callejuelas que desembocaban en plazas luminosas y sombreadas, presididas por las iglesias, de las que surgía el llamado a misa y otras celebraciones religiosas. Y a la vuelta de otro par de siglos, Camagüey era la legendaria capital de uno de los cuatro Departamentos en los que la metrópoli dividió la Isla. A partir del 31 de junio de 1800 acogió a la Real Audiencia de Santo Domingo, trasladada de la Primada de América, por Real Decreto emitido tres años antes. El 12 de noviembre de 1817 el rey Fernando VII le otorgaba a la Villa el título de Ciudad.
Situada en medio de lo que hoy es llamado el centro-oriente de la Isla, Camagüey queda a 565 km de La Habana, un largo trayecto por carretera, que puede resultar fatigoso si se pretende cubrir de un tirón, pero que puede convertirse en un atractivo paseo de dos o tres etapas.
En auto, por la Autopista Nacional, es factible cubrir de una vez el tramo Habana-Santa Clara (unos 310 km) y luego de una parada para reposar, tomar una merienda o almorzar.
A partir de ahí, los restantes kilómetros hasta Camagüey, se cubren por la Carretera Central, más estrecha y lenta, en los que se pasará por las ciudades de Sancti Spíritus, Jatibonico y Ciego de Ávila, donde se inicia un tramo final recto y llano de 108 km que pasa por Florida, antes de llegar a la también llamada capital agramontina.
La llaman así en honor a Ignacio Agramonte, el más admirado héroe local de la Primera Guerra de Independencia. Su vida, marcada por el patriotismo y el amor a su mujer Amalia Simoni, es parte de una leyenda que nutre la espiritualidad de los residentes, lo mismo que su muerte en combate y la exposición de su cadáver en el entonces Hospital de San Juan de Dios, contiguo a una iglesia que preside hoy una hermosa plaza, circundada de restaurantes y galerías de arte instaladas en casas coloniales.
Según la leyenda, el cuerpo de Agramonte fue incinerado y sus cenizas esparcidas al viento. Lugar de culto, de obligada visita, donde se respira la historia en un ambiente de reposo y reflexión. Frente al actual museo se ubica el Restaurante 1800, que en apenas tres años se ha ganado un prestigio internacional, uno de los mejores de Cuba.
Is a long way to Camagüey, le escuché exclamar a un amigo estadounidense, acentuando la rima, en el curso de una excursión por ómnibus. Es cierto, pero vale la pena. Sobre todo hoy día, un año después de celebrar sus primeros 500 años de fundada, un festejo que sirvió de pretexto restaurador de su rico patrimonio inmobiliario, que junto a nuevas obras de infraestructura y de interés social, así como turísticas, le ha dado un renovado esplendor, que mezcla tradición y modernidad.
El reconocimiento por parte de la UNESCO –el 7 de julio de 2008– del núcleo más antiguo del Centro Histórico de la ciudad como Patrimonio Cultural de la Humanidad, confirmó los valores monumentales de la ciudad, pero desde entonces los camagüeyanos despliegan un constante bregar para darle lucimiento a sus calles, muchas de ellas cubiertas de añejos adoquines, notablemente limpias, las bien pintadas fachadas de edificios públicos y particulares, los parques con bancos sombreados por árboles bien cuidados y floridos jardines como los del céntrico Parque Agramonte, contiguo a la Catedral, un espacio bordeado por restaurantes, cafeterías, o el pintoresco bar El Cambio (antiguo expendio de billetes de lotería), la espléndida Biblioteca Provincial y otros centros culturales.
Una nota sobresaliente merece toda la obra de restauración del espacio que conforma el núcleo central de la ciudad, enmarcado por las Iglesias de la Soledad y las Mercedes, el Centro de Convenciones Santa Cecilia, las plazas de los Trabajadores y de El Gallo, así como los paseos peatonales de las calles República y Maceo, las obras de alcantarillado y alumbrado soterrado de la avenida Ignacio Agramonte (Paseo de los Cines). Y tampoco se puede olvidar la un poco más alejada Plaza del Carmen, animada por la obra de la artista de la plástica camagüeyana Marta Jiménez, premio UNESCO al mejor conjunto monumental.
En ese entorno sobresalen los bellísimos hospedajes ubicados en antiguos edificios y casonas, como el Hostal Santa María, de 31 habitaciones, establecido en el edificio de la antigua Compañía de Electricidad; el Hostal Tula (9 habitaciones), nombrado así en homenaje a la poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda, El Marqués (6 habitaciones), el Puente de Hierro (muy prestigiado en las encuestas de TripAdvisor) todos pertenecientes a la cadena de Hoteles E, de la compañía Cubanacán, a los que se suman los restaurados Hotel Colón y Gran Hotel, también en el Centro Histórico, lo que da a Camagüey una infraestructura apta para el turista más exigente.
Sin pretender agotar las múltiples atracciones de este destino, es preciso anotar la apertura de un nuevo Jardín Botánico y el original parque llamado El Lago de los Sueños, diseñado para el esparcimiento sano de toda la familia, con cafeterías y restaurantes de diversas especialidades, en un entorno de bellísimos espejos de agua.
La ciudad toda exhibe un ambiente acogedor, al que contribuye la proverbial hospitalidad de sus pobladores, que convida a visitarla.
Su flamante carretera de circunvalación y la que conduce al Aeropuerto Internacional, uno de los mejor dotados del país, así como las instalaciones universitarias y de avanzados centros de investigaciones científicas; la sede del reconocido Ballet de Camagüey o el Casino Campestre, mayor parque urbano de Cuba, ofrecen un ambiente inspirador, que retribuye el tiempo que uno pueda tardar en el viaje.
Con certeza, al abandonarla sentirá que ha visitado un sitio que, sin estar detenido en el tiempo, permite revivir momentos históricos y repletos de leyendas.
Santa Lucía, entre corales y leyendas
Principal destino turístico de sol y playa de la provincia de Camagüey, se encuentra a unos 85 km, con fácil acceso por carretera, en la costa norte de la porción centro-este de Cuba limita con Las Tunas y Jardines del Rey. Comprende una resguardada playa de 21 km de largo. Posee también una bien conservada naturaleza que sirve de hábitat a importantes colonias de flamencos rosados.
En Santa Lucía existen 35 puntos de inmersión con restos de barcos hundidos. Un curioso espectáculo en las cercanías de la bahía de Nuevitas, le permite observar a experimentados guías alimentar a amigables tiburones. El destino posee varias instalaciones hoteleras.
Datos de Interés
Fundación: 1515.
Extensión: 15 990,1 km². Ocupa el 14,4 % de la superficie total de la Isla.
Población: Más de 784 000 habitantes.
Límites geográficos: Al norte: océano Atlántico, al este: provincia Las Tunas, al sur: mar Caribe, al oeste: provincia Ciego de Ávila.
Lugares de interés: Parque Agramonte, antigua Plaza de Armas. Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria (siglo XVI). Iglesia del Santo Cristo, contigua al Cementerio General. Las plazas de San Juan de Dios (construida en 1728) y del Carmen.
Iglesias Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de la Merced (const. 1601), la Parroquia Mayor, la iglesia de Santa Ana, la Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad (const. 1776), la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, la Parroquia de la Caridad. Las casas natales-museos del Mayor General Ignacio Agramonte (const. 1750), de las poetisas Gertrudis Gómez de Avellaneda, de Carlos J. Finlay, el científico descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla y la casa natal del poeta Nicolás Guillén. La Casa de la Trova, una residencia de arquitectura colonial del siglo XVI. Teatro Principal (inaugurado en 1850), sede de la Orquesta Sinfónica Provincial y del Ballet de Camagüey. Museo Provincial, un antiguo cuartel militar español del siglo XIX, tiene una valiosa colección de pinturas.
Cómo llegar
AVIÓN: Desde La Habana, Aeropuerto Internacional José Martí, Ave. Van Troy y final General Peraza. Telf. 7266-4133. En Camagüey, Aeropuerto Internacional Ignacio Agramonte, Ave. Carlos J. Finlay Km 7½. Telf. 26-1010.
BUS: Empresa Vía Azul, buses con aire acondicionado y baño. Venta de pasaje (en CUC) hasta 30 min antes de la hora de salida. Se recomienda reservar con antelación. En La Habana, Casa Matriz: Ave 26 y Zoológico, Nuevo Vedado (Telf.: 7 881 1413).
HOTELES
Hotel E Camino de Hierro. Plaza de la Solidaridad No.76 e/República y Maceo. Teléfono(s) (53 32) 284264.
Hotel E El Marqués. Cisneros No.222, e/ Hermanos Agüero y Martí. Teléfono(s) (5332) 244937-39.
Hotel E La Avellaneda. Calle República No.226, e/ Ignacio Agramonte y Callejón del Castellano.
Hotel E Santa María. Calle República esquina a Ignacio Agramonte. Teléfono(s) (5332) 283990 / 244944-45.
Gran Hotel, Cadena Islazul. Maceo No.67, e/ General Gómez e Ignacio Agramonte. Teléfono(s) (53 32) 29 2093-94 / 29 3339.
Camagüey, Cadena Islazul. Carretera Central Este, km 4 ½. Teléfono(s) (53 32) 28 7267-70.
Colón, Cadena Islazul. República No. 472 e/ San José y San Martín. Teléfono(s) (53 32) 25 4878 / 25 1520 / 281185.
Plaza, Cadena Islazul. Calle Van Horne No.1, e/ República y Avellaneda. Teléfono(s) (53 32) 28 2457 / 28 2435/282413.
Puerto Príncipe, Cadena Islazul. Ave. de los Mártires No.60, e/ Rotario y Andrés Sánchez. Teléfono(s) (53 32) 28 2469 / 28 2490 /
28 2447.
Isla de Cuba, Cadena Islazul. San Esteban No.453, esq. Popular. Teléfono(s) (53 32) 29 1515 / 29 2248.
En Santa Lucía
Brisas Santa Lucía, Cadena Cubanacán. Ave. Turística, Playa Santa Lucía. Teléfono(s) (53 32) 33 6317.
Club Amigo Caracol, Cadena Cubanacán. Ave. Turística, Playa Santa Lucía. Teléfono(s) (53 32) 33 6302-03.
Club Amigo Mayanabo, Cadena Cubanacán. Ave. Turística, Playa Santa Lucía. Teléfono(s) (53 32) 36 5168-70 / 33 6184 / 33 6185 Ext. 516.
Club Santa Lucía, Cadena Cubanacán. Ave. Turística, Playa Santa Lucía • Teléfono(s) (53 32) 33 6109 / 33 6265.
Caonaba, Cadena Islazul. Calle Albaisa, esq. Martí, Nuevitas. Teléfono(s) (53 32) 41 4803 / 414825 / 41 2404.