Y aunque esta tercera generación del utilitario compacto no contará con la más nueva plataforma del Grupo Volkswagen, la MQB, sino que compartirá la que ya llevan los SEAT Ibiza y Volkswagen Polo, algo más avanzada que la del modelo presente, sí vendrá cargada de importantes novedades.

Como adelantó el jefe de desarrollo de la firma checa, Frank Welsch:“Va a tener un diseño totalmente nuevo, con unas líneas muy proporcionadas, por lo que será más ancho, bajo y atractivo”, si bien no se distanciará mucho de sus dimensiones actuales para no entrar en competencia directa con otros productos de la marca como los Skoda Rapid u Octavia.

Todos sus motores, además, son de última hornada y se caracterizan por sus bajos consumos y emisiones, sobresalen los 1.0 MPI de 75 CV (también lo habrá con 60 CV) y los diesel de 1.4 L en sus tres variantes (75, 90 y 105 CV) como los más interesantes. Mientras, en materia de equipamiento también experimenta un salto de calidad notable, puede incorporar el control de crucero activo, el frenado automático en ciudad y los sistemas de infoentretenimiento más avanzados compartidos con otros productos de su empresa matriz.

Algo que sorprende y que también ha confirmado Skoda es que seguirá contando con la versión familiar (Wagon), pues ahora mismo no hay muchos modelos en el segmento B con ese tipo de carrocería y los checos no quieren perder esas ventas. No así en el caso del Fabia RS,que desaparecerá debido a su escasa demanda, por lo cual sus futuros clientes tendrán que contentarse con las versiones deportivas meramente en lo estético, con los exitosos Montecarlo como las variantes más pintonas.