Los cambios estéticos no son grandes. Son diferentes los paragolpes, los pilotos, el diseño interior de los faros, la nueva instrumentación colocada en la parte central superior del salpicadero—presión del turbocompresor, cronómetro y temperatura del aceite del motor—, además de otros pequeños cambios decorativos y distintas llantas de 17, 18 o 19 pulgadas.

Además, ahora se podrá abrir el portón presionando el emblema de Volkswagen que hay sobre el portón (como en un Golf); en el modelo anterior solo se podía desde el mando a distancia o con un botón que había en el habitáculo. Las únicas novedades de equipamiento son los sensores delanteros de ayuda al aparcamiento y el equipo de sonido Dynaudio Excite. Los faros pueden ser halógenos o de xenón, mientras que los pilotos son de ledes.

La gama está compuesta por seis motores. De gasolina hay una versión 1.4 TSI de 125 CV y dos 2.0 TSI con 180 y 220 CV, y las versiones Diesel son 2.0 TDI de 150 y 184 CV. Por tanto, son más potentes que antes (todos los disponibles en el Scirocco modelo 2008). Volkswagen ha reducido notablemente el consumo de todas las versiones, así, por ejemplo, el de 125 CV consume 5.4 L/100 km en vez de 6.4 L/100 km que gastaba el de 122 CV.

La variante más potente se llama Scirocco R. Tiene un motor de 280 CV y cambios en la carrocería y el habitáculo que le distinguen del resto de la gama. Entre las diferencias más evidentes están los paragolpes, los dos escapes (uno a cada lado), las pinzas de color negro con el logotipo R, un alerón más grande, los retrovisores de color gris y los asientos. De serie viene con llanta de 18 pulgadas (modelo Cadiz) y, opcionalmente, pueden ser de ring 19.