No obstante, mientras aguardamos su llegada, el fabricante checo ha querido rizar todavía más el rizo prodigándole este lavado de cara al modelo actual para que su buque insignia no pierda impulso en el mercado, con su excelente relación calidad-precio. De ese modo, el Superb adquiere un look bien contemporáneo, con el capó, la parrilla, los guardafangos delanteros y los faros rediseñados, montando ahora, lo mismo en su variante sedán que en la wagon, las luces LED de serie. En tanto, varias soluciones “Simply Clever” de Skoda se conjugan en el interior para mejorar el confort de un vehículo de tracción delantera que pule su gama a partir de dos acabados (Ambition o Elegance) y dos propulsores turboalimentados.

En ese sentido, el bloque TSI 1.8 de cuatro cilindros provee un par motor de 250 Nm y un consumo de 6.8 L/100 km, ligeramente más eficiente, mientras la opción diesel realza esa ganancia en economía mucho mejor, con sus 5.5 L/100 km frente a los 6.2 L/100 km de antes, exhibiendo también más empuje que la versión de gasolina con 350 Nm de par.

Por lo que respecta al equipamiento, el nivel de acceso Ambition recibe llantas de aleación de 17 pulgadas, limpiaparabrisas automático, sensores traseros de aparcamiento, puerto USB, Bluetooth, además de la tarjeta SD y conectores auxiliares. A la par que las variantes Elegance obtienen rines de 18 pulgadas, faros de xenón adaptativos, asientos delanteros eléctricos, equipo de música con 10 altavoces acoplado a un sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil, navegación por satélite y un disco duro de 30 Gb.

Todo para lograr que el Superb, cuyo interior gana asimismo dos nuevos colores (gris metálico, blanco luna), un nuevo volante multifunción, y climatizador bizona automático, siga marcando el tope de calidad de Skoda.

Ariel B. Coya