Rico Café
Convertido desde hace siglos en uno de los productos más consumidos por el ser humano en prácticamente todo el planeta, el café es también un excelente aliado del Habano.
Ante tan pocas evidencias verificables sobre la real paternidad del café, muchos historiadores recrean la leyenda de que un pastor de Abisinia, fue el primero en constatar los efectos revitalizantes de unos pequeños frutos rojos de un arbusto que sus cabras gustaban comer en el monte y que él mismo empezó a consumir después, por la sensación satisfactoria de que le devolvía las energías. Qahwa, que significa sustancia vigorizante, se le empezó a llamar a la infusión, la cual poco a poco fue introducida en Persia, Egipto, África septentrional, Turquía y Europa, de donde emprendió con el tiempo el definitivo viaje planetario, se expandió como cultivo y se universalizó su consumo como infusión. Existen cientos de recetas de café y diferentes tipos de elaboraciones, entre las que son más populares el café expreso, el café filtro y el llamado café turco, el cual se prepara haciendo hervir el café muy finamente molido en el agua. La tradición del café corto, fuerte y medianamente azucarado, siempre ha acompañado al fiel fumador de puro en Cuba; y entre los sitios mejor concebidos para este tipo de servicio están, precisamente, las Casas del Habano, verdaderos templos para el maridaje y la degustación de tabacos, café y ron en todo el mundo. Una de las recetas más recomendables para de una sola vez mezclar estos tres elementos, es el llamado Café Carajillo, que puede tener como ingredientes añadidos brandy, ron o cognac. Si se trata de un café de tueste fuerte preparado tipo expreso, lo mejor para ese Carajillo será un brandy de corte jerezano o algún ron de larga crianza. Un Maduro 5 de Cohiba o un Short Churchills de Romeo y Julieta, serán un complemento de lujo.