Hablar de reggae es evocar inmediatamente imágenes del carismático Bob Marley
con su peculiar marca despeinada: los dreadlocks, guitarra en mano. Fue él quizás quien llevó este ritmo a su máxima popularidad.
Pero el reggae nació antes que Marley en los barrios más pobres de Jamaica, ubicada a solo noventa millas de Cuba. Antes del surgimiento del ritmo que llegó a ser nombrado reggae, los jamaicanos cantaban y bailaban el mento, que solía parecerse al calypso, género musical popular de todo el Caribe anglófono, desde Trinidad y Tobago.
El reggae pasó por varias permutaciones, tanto rítmicas como de nombres, desde los años cincuenta hasta el periodo de la independencia política de Jamaica, a comienzos de la década de los sesenta. Recordamos al ska, el blue beat y el rock stea-
dy, ritmos meramente diferentes, al pasar en su desarrollo por varias permutaciones.
Hubo una influencia del soul y del rock and roll de los negros norteamericanos en la formación de este ritmo. De hecho, la guitarra, que marca una acción y puede parecer ser tocada fuera del ritmo, viene del rock and roll. Drums y bajo llevan un peso especial por romper con la síncopa de 4 x 4.
El sonido del bajo también lo lleva, con las frecuencias bajas que se destacan.
Desde temprano, algunos exponentes
alertaban que venía algo especial desde Jamaica. Vimos grupos como los Skatelites, y al artista Desmond Decker, quien irrumpió en los hit parade del Reino Unido, adonde muchos caribeños emigraban.
Pero dentro del Caribe anglófono sonaban con éxitos artistas como el cuarteto vocal Toots and the Maytals desde los sesenta, y el prolífico cantautor Jimmy Cliff. Ellos dominaban el escenario mucho antes de que el mundo se despertó a la imagen y el sonido de Bob Marley y The Wailers durante la década de los setenta. La influencia del Bob Marley, un recién devoto de la secta de los rastafari, llevó al reggae a ser identificado con esta religión, que surgió en Jamaica en los más humildes barrios.
Los rastafari aportaron al ritmo la identificación con sus raíces africanas a través del uso de los tambores, y ahí viene otra vertiente llamada roots reggae. El reggae y el roots reggae tienden a tratar temas sociales y de protesta, «música de conciencia». Es muy popular también el lovers rock, más romántico y suave, al estilo de baladas. Y está el dub, con el uso del bajo y tambores por batería, algo muy especial.
Que la Unesco haya reconocido al reggae como Patrimonio de la Humanidad es un justo reconocimiento a un género que surgió hace solo sesenta años en una isla pequeña del Caribe, un ritmo que ha crecido desde sus raíces hasta abarcar todos los rincones del planeta. Como cantara Jimmy Cliff, este género tiene Many Rivers to Cross.
El reggae ha cruzado muchas fronteras para ser reconocido como una joya cultural y musical de la humanidad.