En La casa vieja, obra del dramaturgo cubano Abelardo Estorino, Esteban, su protagonista, dice una frase hermosa e incitante: “Creo en lo que está vivo y cambia”. Este es el concepto y la inspiración del equipo de trabajo que nos hemos reunido con el empeño de dar continuidad a la revista Arte por Excelencias en lo que podríamos considerar, a partir de este número veinte, una nueva época.

El reto mayor es sustituir un microcosmos artístico por un ma-crocosmos cultural capaz de visualizar, promover, valorar y consignar no solo manifestaciones y movimientos artísticos elitistas y populares, sino empeñarnos en encontrar y ser colaboradores de todas  las acciones que se proyecten hacia el desarrollo cultural de las naciones de Hispanoamérica y el Caribe.

Y en este  tiempo que iniciamos, los números anteriores de la revista que, como muchos conocen, destacaron por su calidad en los excelentes trabajos destinados a las artes visuales, constituyen, desde luego, un precedente y una inci-tación a la continuidad de los valores que añadieron a esta publicación.

Desde esta perspectiva, Arte por Excelencias no será solo o únicamente una revista impresa, sino un proyecto cultural abierto al diálogo, a la reflexión, a la concepción de espacios para el pensamiento, a la organización de eventos, fórums, seminarios,  conversatorios que tributen a los necesarios encuentros de las artes y los artistas, de los filósofos, de los científicos, de los hombres y mujeres de pensamiento, los cuales, a pesar de las insensateces del mundo contemporáneo, siguen creyendo en  lo que está vivo y cambia.