Amazonía.
Uno de los Barcos que Hace el Recorrido por el Amazone.
Indio Yagua Dispando Dardo con Curare.
Niño Bora.
Amazonía.
Planta Alucinógena del Jardín Etnobotánico.
Pasaje de Paquito.Brebajes Hechos con Plantas Naturales.
Casa de Fierro Diseñada por Eiffel.
Laguna Negra, en el Rio Napo.

La selva amazónica es fundamental para la conservación de nuestro mundo pero visitarla es acceder a un mundo misterioso que excita la imaginación.

Resulta como un viaje al centro de la vida; en principio apabulla la grandiosidad del paisaje pero enseguida uno se identifica con él con un sentimiento ancestral sugerido por la llamada de la vida salvaje.

Para el visitante la selva puede resultar paraíso o infierno verde; eso dependerá de que haya escogido una buena empresa especializada, necesaria para que todo llegue a buen puerto sin desvirtuar la autenticidad. De otra manera sería imposible acceder a sensaciones como poder contemplar la selva a nivel de la copa de los árboles desde un puente colgante a 37 metros de altura; descubrir árboles gigantescos de 60 metros; observar animales salvajes perfectamente camuflados en su hábitat que sólo el ojo experto de los guías son capaces de vislumbrar; o ser bien recibidos por tribus indígenas que de otra manera no se abrirían a los extraños.

Iba a ser mi sexto viaje a la selva amazónica y el más placentero. Es decir, ya tenía experiencia previa y, sin más, lo primero que recomiendo es ponerse en manos de una empresa con solvencia pues la selva es maravillosa cuando se recorre con seguridad pero puede ser terrible si se cometen imprudencias. Todas las empresas que se mencionan en este artículo poseen guías experimentados, son personas locales, nacidos en la selva peruana, con un amplio conocimiento acerca de la ecología y cultura de la Amazonía. Cuando los científicos vienen a estudiar la selva de lluvia también necesitan guías, entonces se produce una simbiosis de conocimientos de tal manera que aunque la mayoría de guías sólo tienen unos años de instrucción formal aprenden los fundamentos científicos del mundo selvático. Algunos tienen sangre indígena, hablan español, inglés, además del idioma tribal, de esta forma facilitan la introducción con inusitada rapidez entre los lugareños.

Por ejemplo, a veces me he preguntado por el sentido del humor entre los índios, que siempre me semblaban tan hieráticos, pero en este viaje el guía sabía el idioma y pudimos traducir chistes y tener una conversación en tono jocoso.

Los guías son la base de un buen viaje por la selva, donde la experiencia resulta vital. Por eso desde el principio quiero que quede patente mi agradecimiento especial a Segundo Mesia y Neil Guerra de Amazon Tours&Cruises; a Cliver Rioja de Explorama y a Victor de Heliconia.

MULTIDESTINO El área caribeña resulta idónea para el multidestino. Esta vez volé de España a Cuba; después de unos días de buceo, mucha música y fantasía caribeña me fui hacia Bogotá (Colombia) -vía Panamá- con COPA (líneas aéreas panameñas) mediante un billete que había sacado por internet a muy buen precio. Bogotá me parece una ciudad estupenda donde destaca el barrio colonial de La Candelaria y la Fundación Botero; su excepcional Museo del Oro (35.000 piezas de orfebría precolombina en exhibición) más otros muchos encantos.

La línea aérea colombiana Aerorepública vuela tres veces por semana a Leticia a orillas del Amazonas. Hora y media de vuelo en modernas aeronaves con buena atención, para pasar de las montañas andinas a un mar verde surcado por los ríos amazónicos.

Leticia ocupa un territorio que sobre el papel parece un trapecio sobresaliendo del mapa de Colombia y toca las fronteras brasileña y peruana; de ahí el sobrenombre de Tríangulo de las Tres Fronteras. A la vuelta de mi periplo pasaría unos días en Leticia visitando sus atractivos amazónicos.

En el propio aeropuerto de Leticia me esperaba el guía de Amazon Tours&Cruises para llevarme directamente al barco pues mi objetivo era viajar a Iquitos (Perú) en barco conociendo la más genuina amazonía peruana y regresar en avión de nuevo a Leticia con una empresa llamada Aviaselva, que vuela barato.

A BORDO El "Amazón" es un barco con historia, fue contruido en Escocia hacia 1896, especialmente para llevar caucho desde Iquitos a Belem; en sentido contrario cargaba materiales de construcción de Portugal y España para embellecer las mansiones que en aquella época de la fiebre del caucho se contruían los tiránicos patrones. No tiene quilla para así poder pararse en la arena de los playones fluviales. Ahora el norteamericano Paul Wright lo ha reconvertido en barco de pasajeros para su empresa de cruceros amazónicos. Sus veinte camarotes tienen aire acondicionado y baño privado; una sala recubierta de maderas nobles hace las veces de comedor buffet y pequeña biblioteca, posibilitando el conocimientos mutuo de los pasajeros que viven con alegría este viaje tan peculiar.

La travesía turística de Leticia a Iquitos sale los miércoles y llega los sábados -la distancia es de 400 kms.- deteniéndonos para visitar lugares muy interesantes. Tener la posibilidad de ver los excepcionales amaneceres y atardeceres amazónicos con la vista puesta en el horizonte ilimitado del río; pasar en un instante de soportar los rayos de un sol tórrido a encontrarte rodeado por el fragor de una tormenta tropical; ver desfilar desde las largas ventanas del camarote el escenario de la jungla con tramos verdes y tramos floridos ,aparentemente sin orden ni concierto; y otras muchas sensaciones más hacen de este un crucero diferente.

Conmovedora resulta la visita al leprosorio de San Pablo donde 34 pacientes son cuidados con especial cariño por la hermana Reina, una monja canadiense que lleva once años realizando esta encomiable labor.

La hermana Reina nació un 6 de enero -día de Reyes- y desde estas lineas me gustaría decirle que ha sido uno de los mejores regalos que los Reyes Magos pudieron hacer a la humanidad. También sé que no quiere homenajes sino ropa de verano para sus enfermos. Eso me pidió y hago un llamamiento para que cualquier viajero animado a seguir mis pasos pueda llevarle alguna prenda.

Respecto a los residentes en el hospital debo decir que la lepra no es contagiosa si los pacientes toman la medicación oportuna. En este caso, el visitante puede ir con total tranquilidad y disfrutar de la bondad humana en su estado más puro.

Fotografío a Reina con Rosa Teco, enferma desde los 4 años de edad la cual, a pesar de tener los dedos afectados por la enfermedad, borda lindos tapetes que vende a los turistas por tres dólares. Maravilloso.

Por otro lado, había leído en la biografía del Che Guevara que durante su primer periplo por Latinoamérica buscando causas humanitarias llegó a este leprosorio en 1952. Le pregunté a la hermana por el tema y me informó de la existencia en el pueblecito anexo de un viejecito al que llamaban con el apodo de Che porque lo había operado dicho personaje.

Pronto encontré a Isaías Silva Lozano, el segundo Che, que hoy tiene 93 años. Así cuenta su historia: “Me operó en el brazo y evito la irradiación de la enfermedad en todo el cuerpo, yo padecía unos dolores que no me dejaban trabajar y he vivido tanto gracias al Che, ¡sólo Cristo curaba así!”. Sorprendente. La travesía sigue; paramos en pequeñas aldeas donde observar la genuina vida de los habitantes de la rivera del río más grande del mundo, una existencia que se debate entre una tranquila placidez dentro de un entorno fantástico y la lucha por conseguir lo necesario en dicho entorno, hostil a los asentamientos humanos en los términos concebidos desde nuestro punto de vista.

Sólo las comunidades indígenas, con su especial cultura plenamente adaptada al medio ambiente, consiguen salir adelante sin destruir los recursos naturales. Por esta zona se asientan fundamentalmente comunidades yaguas, huitotos y boras.

En el mes de agosto el río esta bajo, el estiaje puede suponer una bajada de nivel de hasta diez metros con lo cual deja en sus orillas playones de limo que los lugareños aprovechan para plantar arroz.

Por la noche salimos a observar caimanes. Desde la barca se ilumina con un foco de luz hasta que varios pares de ojos aparecen brillantes en las orillas. El caimán encandilado no reacciona hasta que los experimentados brazos del guía lo agarran con fuerza. En esta ocasión agarran un caimán negro, demasiado grande para cogerlo un turista y hacerse una foto además los de esa clase son agresivos, lo soltamos y sale pitando a sumergirse; luego cogemos un caimán blanco y entonces sí se deciden algunos turistas a hacerse esa foto que lo inmortalizará como todo un aventurero en los confines de la tierra -del agua debería decir- más salvaje.

IQUITOS Llegamos al puerto fluvial de Iquitos. Estamos a 3700 kms. de la desembocadura amazónica y aún así pueden llegar grandes barcos desde el Atlántico. La razón sigue siendo el caudad inmenso del Amazonas y una inclinación mínima ya que el desnivel desde este punto hasta la desembocadura es de tan sólo 115 metros. La profundidad media aquí es de 30 metros.

Iquitos es la ciudad más grande del mundo que no tiene carreteras. Es como una isla en donde viven 600.000 personas. De aquí sólo se sale en avión o en barco porque la selva la aisla del resto del país. No me acabo de explicar como puede crecer así una ciudad en medio del aislamiento selvático. Los jesuitas fundaron una misión en 1757 y como tantas otras creció lentamente. Pero a finales del siglo XIX Dunlop descubre la forma de vulcanizar el caucho: Ha nacido el neumático y con ello la carrera para conseguir la ansiada materia prima que sólo se obtiene de un árbol amazónico. Como en tantas otras fiebres, acuden gentes a la llamada de la riqueza fácil produciendo desequilibrios sociales sobre los que se han escrito libros. Recomiendo la novela Manaos, de Vázquez Figueroa y la película Fitzcarraldo, de Werner Herzog.

Iquitos me resulta una ciudad muy animada, sorprendente. Casi ningún turista le dedica tiempo pero vale la pena pasar unos días. La ciudad conserva parte del encanto de la época de esplendor, como las antiguas casonas adornadas con lujosas fachadas de azulejos pero lo más interesante es su ambiente; me llaman la atención tres cosas: primero que casi no tienen coches pero está llena de motocarros con función de mototaxis (a medio dólar la carrera normal) que atruenan las calles de mayor tráfico; luego, sus enormes barrios palafíticos entre los que destaca el de Belén y por último, los divertidos bailaderos populares donde la cumbia es el ritmo preferido.

El centro de la ciudad lo constituye la Plaza de Armas, con hotel de 5 estrellas incluido -Hotel El Dorado Plaza- todo un lujo en este entorno y algún otro que le sigue en categoría por las calles cercanas (Hotel Acosta y Hotel Victoria Regia). En una esquina de la Plaza se encuentra la célebre Casa de Fierro que fue traída desde París en 1897 y armada pieza a pieza por uno de los excéntricos millonarios caucheros. Hoy cumple la función de restaurante y consulado británico, donde Phillip W. Duffy -cónsul honorario- me recuerda cierto personaje al estilo de la película Casablanca; en todo caso la comida es excelente dentro del marco con vistas más bonitas del centro de la ciudad.

En una calle paralela a la plaza encuentro el restaurante Gran Maloca, especializado en comida regional; o lo que es lo mismo, grandes pescados del río Amazonas, caza de animales selváticos y suri, algo muy especial que a muchos puede parecer repelente aunque el nombre suena muy bonito: "suri". El suri son gruesas larvas de mariposa que se crían en la médula de ciertas palmas y resultan deliciosas a la plancha; ¡brocheta de suri, bocati di cardinali!.

Y en ambos restaurante preparan la mejor chonta de la ciudad (chonta=tiras de palmito), me encantó. Además, el restaurante Gran Maloca tiene bodegas en las que intentan conseguir vinos y licores a base de frutos amazónicos, por ahora comercializan lo que llaman Whisky Loretano, Ron Naval y Vino de Frutas Amazónicas.

Visité un par de veces el Pasaje Paquito, dentro del mercado de Belén. Allí venden toda clase de remedios hechos a base de plantas selváticas, que a tenor de lo que me cuentan rayan lo milagroso. Concentrados de raíces y hojas toman el nombre de Levanta muerto en función de su poder afrodisíaco estilo viagra, el Siete Raíces previene los enfriamientos, la resina de Ojé mata los parásitos intestinales, Sangre de grado para la amigdalitis; y otros muchos remedios para cánceres, cicatrices y cuanto se ponga por medio.

Pero fundamentalmente Iquitos es la base para conocer la auténtica Amazonía peruana, por tanto es la Capital de la Biodiversidad Mundial.

AMAZONÍA Si montar buenos establecimientos de turismo resulta complicado en cualquier sitio, dar buen servicio en la selva necesita de coordinación y cuidado extraordinario. Me parece de gran mérito conseguir que personas sin ninguna preparación física y todas las edades puedan acceder a conocer la última gran frontera del mundo como si fuera un paraíso.

Hace cuarenta años, Peter Jenson llegó a Perú desde Estados Unidos para realizar estudios antropológicos y aquí fundó el primer albergue a la orilla del Amazonas, cerca de un poblado de indios yaguas. Lo llamó Explorama Lodge, se encuentra a 80 kms. de Iquitos rodeado de selva primaria. La cercanía a una comunidad indígena muy pura brinda la ocasión de conocer su extraordinaria cultura.

La mayoría de los indígenas amazónicos iban desnudos pero los yaguas fueron de las pocas tribus que los descubridores españoles vieron vestidas con sus faldas de fibra de palmera aguaje y turbantes de largas melenas. Desde lejos, y con el miedo metido en el cuerpo ante ataques de seres con falda y melena surgiendo de la espesura, no me extraña que pudiesen ser confundidos con mujeres guerreras análogas a las mitológicas griegas.

Al fin y al cabo nos encontramos prácticamente en el punto donde el capitán español Francisco de Orellana, que descendía por el río Napo procedente de Ecuador, da por primera vez en la historia con el Amazonas en 1541, navegándolo durante casi un año hasta su desembocadura. Fue también el primero en señalar la existencia de la terribles mujeres guerreras que dieron su nombre al río.

Los yaguas cazan con cervatanas que construyen con dos piezas de madera de pucuna que unen mediante una soga de corteza de filadendro. El agujero lo pulen con arena y lo vaquetean con una madera fina. Para construirse una cervatana emplean dos o tres semanas. Pulen los dardos con mandíbulas de piraña, en cuyo extremo llevan un algodón de lupuna impregnado del veneno curare.

Proseguimos ascendiendo por el Napo hasta el Expornapo Lodge, puerta de acceso al "Puente Colgante", una maravilla de ingeniería sostenible que permite ver la selva a nivel de las copas de los árboles más desarrollados mediante pasarelas progresivas en altura que llegan a alcanzar los 37 metros, sin problemas de acceso. Literalmente paseas 500 metros por lo alto de los árboles observando una de las más altas biodiversidades del mundo. Colgado sobre las ramas de gigantescos árboles, vuelas sobre el océano verde, hasta puedo fotografiar mi propia sombra sobre la grandiosa copa. Siempre se visita con guía, lo que añade un extra de seguridad.

El Puente Colgante es utilizado por investigadores, constituyendo un ejemplo excepcional de cómo armonizar estudio científico y turismo sostenible. Permite conocer los 5 pisos o capas de la selva: la superior formada por copas de árboles de más de 40 metros, espaciadas entre si por grandes distancias; el piso cuarto formado por copas de árboles medianos menos espaciadas y por debajo, entre los 7 a 10 metros, encontramos las copas de los árboles del tercer piso muy apiñadas, que impiden la entrada de luz al segundo piso de arbustos y matorrales; menos luz aún recibe el primero a ras de suelo formado por hierbas, helechos, musgos y hongos. Por dicha razón en la selva primaria no se camina mal ya que llega tan poca luz al suelo que la maleza no crece.

Un día me presentan a Erlin, chamán cuidador del Jardín Etnobotánico. Allí se crían 200 clases de plantas para curar toda clase de enfermedades. Plantas para elaborar alucinógenos como la ayahuasca que permiten ver nuestro futuro; remedios para el reuma (Clavo huasca), para la diarrea (ajengibre), para el cáncer y la próstata (uña de gato), control de diabetes (cocona), etc. Los hombres sabios reciben su cultura de forma fundamentalmente oral, por eso cuando uno de ellos muere desaparece una auténtica enciclopedia viviente, menos mal que también emplean mucho tiempo en transmitir conocimientos a sus descendientes.

Digamos lo que queramos, no viene mal cierto grado de comodidad aún dentro de la más brava naturaleza. El Ceiba Tops es un lodge de lujo, parece increíble que se pueda conseguir ofrecer en plena selva habitaciones con aire acondicionado, baño privado con agua caliente, piscina, hidromasaje, internet y toda una serie de completos servicios de alto nivel mediante soluciones que no dañan el entorno, pero aquí se consigue.

Ceiba Tops recibe este nombre porque a pocos minutos se encuentra una ceiba gigantesca cuya altura debe superar los 50 metros. Son árboles de excelente madera, que estás siendo talados de forma abusiva en otros lugares por las empresas madereras, esperemos que estas otras de turismo sostenible ganen la batalla en la reivindicación conservacionista.

El cauce del río Amazonas está salpicado por multitud de islas. Una de las más nombradas de la zona es la isla de Yanamono (yana significa negro en quechua), frente a la cual se ubica el albergue Heliconia Lodge.

Lo más llamativo de Heliconia es la torre de madera y palma perfectamente integrada en el paisaje a orillas de Amazonas donde un día pude disfrutar de una tormenta de máximo nivel; aseguro que verse rodeado de tan impresionante diluvio produce una sensación épica de las inconmensurables fuerzas naturales.

Llueve 250 días al año y hace sol otros tantos, combinación que posibilita disfrutar de una mañana de sol radiante para de pronto formarse unos nubarrones negrísimos que invitan a buscar refugio lo más pronto posible. Por cierto que no hace tanto calor como parece, sobre todo si lo comparamos con las temperaturas de cualquier país mediterráneo en verano y por la noche refresca bastante.

Salimos a realizar otra caminata por la selva, los guías nos hacen ver lo desapercibido; gracias a ello observo gran cantidad de aves, perezosos, monos, mariposas. Luego toca la consabida pesca de pirañas -por cierto fritas resultan deliciosas- y la observación de delfines que saltan confiados arqueándose sobre las aguas.

En toda la Amazonía casi todos los animales se cazan para comer menos el delfín. Le pregunto a Víctor, el guía de Heliconia, si había comido carne de delfín, negó con la cabeza y frunció el ceño. La carne de delfín es perfectamente comestible, pero a juicio de la gente de allí produce impotencia.

DATOS UTILES www.aerorepublica.com.co Tel. +57 (1) 3400532 . Fax 2873895 . Bogotá www.copaair.com aviaselva@terra.com.pe C/Putumayo 364. Iquitos. Tel. +51 (65) 222830 www.amazontours.net amazontours@terra.com.pe Requena 336. Iquitos. Tel. (65) 231611 www.explorama.com amazon@explorama.com Tel. (65) 252526. Fax 252533 . Iquitos www.heliconialodge.com.pe ventas@heliconialodge.com.pe

HOTELES Hotel El Dorado Plaza. Napo 258 (Plaza de Armas). Iquitos Tel. (65) 222555 / 231405 www.eldoradoplazahotel.com Hotel Victoria Regia. Ricardo Palma 252. Iquitos Tel/fax (65) 231983 www.victoriaregiahotel.com info@victoriaregiahotel.com Hotel Anaconda Carrera 11 No. 7-34 . Leticia Tel. +57 (8) 27119 www.hotelanaconda.com.co resevas@hotelanaconda.com.co

RESTAURANTE Gran Maloca. C/ Sargento Lores nº 170. Iquitos. Tel (65) 233126 mmaloca@tvs.com.pe Casa de Fierro. C/ Putumayo 182 A. Iquitos. Tel (65) 222732