A este mundo venimos a conocer, a apreciar toda la inmensa variedad que nos proporciona el día a día, sin embargo con el paso del tiempo también encontramos que podemos reducir a una esencia mínima lo más bello sin alterarlo y descubrimos que aquí todos los colores pueden reducirse a sólo dos; azul y verde, porque estoy en un lugar donde el mar se cofunde con la selva y la selva se vuelve un cielo infinito.

Hay momentos también en que lo pequeño se vuelve grande y majestuoso, imposible de abarcar con una mirada, con un suspiro que venga desde lo más hondo; donde nuestras alegrías y tristezas se unen, donde la melancolía se codea con el éxtasis de un amanecer nuevo., de un mirar desde otro punto de vista que no nos había alcanzado a tocar el alma.

Así es el estado mexicano de Jalisco, nuestra propuesta para este número, con un Océano Pacífico al que pocos se enfrentan por su bravura y una planta mágica que es azul, sin que nadie pueda reprocharle su rareza

Comienza el frío y las lluvias, la eterna añoranza del sol, el calor y los colores sobre el manto gris en que se van transformando los días. Pero es mejor extrañar un sol que promete su retorno, a despreciar una sola gota de agua, que pueda regalarnos la vida.

Ariela Rangel