El Caballito: Si de símbolos hablamos sin duda el Caballito con el niño, es el que representa a Puerto Vallarta en el mundo. Obra del escultor Rafael Zamarripa está realizado en bronce con casi tres metros de altura y tiene una historia “mágica” con él. En 1976 era la primera escultura colocada en el malecón, pero 10 años antes se colocó otra obra igual en Playa de los Muertos. Por la fuerza del mar y la gente que se montaba se cayó y se perdió en el mar, años después apareció misteriosamente hasta que el Kenna volvió a llevárselo para aparecer de nuevo y ser reinstalado en la playa donde sigue saludando a todos los visitantes.

PUERTO: El puerto es otro de los puntos más importantes de Vallarta ya que a él llega mucho del turismo que da vida al pueblo. Construido en sus orígenes para un solo crucero, en el 2007 se terminó la construcción de dos nuevos muelles por lo que hoy Puerto Vallarta cuenta con tres posiciones de atraque para atender simultáneamente 3 cruceros de las más altas especificaciones. La Terminal marítima ofrece además todo tipo de servicios turísticos y comerciales complementarios como son: taxis, guías-chofer, casa de cambio, mercado de artesanía, etc.

El golf es ya un atractivo en si mismo, que atrae numerosos turistas. Vallarta cuenta con 7 campos de primer nivel y un torneo anual en el mes de noviembre. Los campos son Marina Vallarta, Vista Vallarta Tom Weiskopf, Mayan Palace, Paradise Village-El Tigre, Vista Vallarta, Jack Niclaus, Four Season y Flamingos.

Marina: La marina es un centro importante de diversión y entretenimiento con muchos de los hoteles más importantes, restaurantes y lugares de moda. Con espacio para unos 400 yates es el lugar perfecto para degustar una buena comida mientras disfruta de la vista y la tranquilidad. El faro tiene un bar desde el que se aprecia una vista increíble.

La historia y leyendas que rodean al Tequila son tan mágicas como la propia cultura de México. Hasta el 1600 el uso de esta bebida y sus derivados fue en pequeña escala; en este año se establece la primera factoría para fabricación de vino mezcal. Se atribuye al señor Pedro de Tagle, marqués de Altamira, la construcción de la primera fábrica y el cultivo formal del agave alrededor de ella, introduciendo el destilado de la bebida, proceso que los indios no hacían y que convierte al tequila en una bebida mestiza. Después de muchos avatares, en 1758 José Antonio Cuervo obtiene la primera licencia para la manufactura del vino mezcal en la Taberna del Cuervo. La Rojeña fue la primera fábrica en la que se empezó a fabricar lo que hoy se conoce por tequila. De ese momento a nuestros días el tequila se ha convertido en una bebida conocida en todo el mundo, llena aún de magia e historia.

Muchas son las versiones del origen de la palabra Mariachi, a nosotros nos gusta en la que dice que podría venir del termino náhuatl MARIA CE SON, encontrado en una alabanza a la Virgen de la Pila y que ellos pronunciaban como Maria-she o Maria- shi. En sus orígenes los mariachis no incluían los instrumentos de viento, utilizaban guitarra, violín, vihuela y arpa. En los años 30 se incorpora la trompeta y fue Pedro Iturralde el que grabó en 1949 las primeras canciones con dos trompetas. Unos de los más famosos en el mundo es el Mariachi Vargas de Tecalitlan, fundado por Silvestre Vargas con amigos a quienes enseñó a leer música, todo un cambio ya que hasta entonces el mariachi era lírico o de oído.

Asistir a un Jaripeo ayuda a sentir y entender mejor qué es México; se puede sentir la fuerza de sus gentes y cómo entienden incluso las relaciones entre hombres y de hombres con animales. El jaripeo para muchos es el antecesor de la charreada actual, aunque para otros es solo la monta de toros. Quedándonos con el primer concepto, en el jaripeo participan diferentes equipos que deben ejecutar las diez suertes charras, algunas individualmente y otras como equipo, pero un charro no debe hacer más de tres, aunque existen las charreadas llamadas “charro completo” que consiste en la ejecución de siete de la diez suertes por un solo charro. Las diez suertes que constituyen la charreada se pueden dividir en dos tipos de faenas -las realizadas con la reata y las faenas sin ella- y son: Cala de caballo, peales en el lienzo, las colas, el jineteo de toro, la terna en el ruedo que incluye lazar la cabeza al toro y lazarlo de las patas, el jineteo de yegua, las manganas a pie, las manganas a caballo y el paso de la muerte.